Un estudio denuncia que trabajan a pérdidas

El 40% de los autónomos de los sectores sanitarios se verán obligados a dejar su actividad en diez años

ATA ha vuelto a denunciar que las aseguradoras llevan más de 30 años sin actualizar sus baremos de precios, lo que obliga a los autónomos sanitarios a trabajar a pérdidas. La actividad ha dejado de ser atractiva y un estudio prevé que en los próximos diez años desaparezca el 40% de los profesionales privados de la salud.

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El 40% de los autónomos de los sectores sanitarios se verán obligados a dejar su actividad en diez años

La sanidad privada ha dejado de ser interesante para los profesionales sanitarios por cuenta propia, tal y como denuncia la Sectorial de Sanidad de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que representa a más de a 260.000 autónomos sanitarios, de los 400.000 que ejercen actualmente. Según denunciaron estos profesionales, vienen a cobrar entre 5 y 8 euros por una consulta de medicina general, entre 3 y 5 euros por una sesión de fimosis, o 45 euros por extirpar un tumor de mama. Estas tarifas hacen casi insostenible la actividad privada. La Sectorial se ha reunido recientemente con representantes del Gobierno para buscar una solución a la problemática y el Ejecutivo se muestra “receptivo” a sus peticiones.

De hecho, un informe elaborado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) prevé que, sino mejora la situación y se actualizan los baremos, en los próximos diez años desaparecerá el 40% de los autónomos médicos que ejercen medicina privada. Un dato que según el portavoz de la Sectorial de Sanidad y secretario general de ATA, José Luis Pera, “se puede trasladar al resto de sectores sanitarios: podólogos, ópticos y optometristas, farmacéuticos, psicólogos o fisioterapeutas, que también se encuentran en situaciones similares”.

José Luis Perea, explicó que los baremos de precios que pagan las aseguradoras por los servicios sanitaros son “insuficientes. Estos llevan más de 30 años sin ser actualizados”. Y es precisamente esta falta de mejora en los precios, lo que pone en peligro la continuidad de la actividad de la medicina privada en España. “El trabajo de la medicina privada ya no es atractivo para las nuevas generaciones de profesionales, porque son muchas las horas que se tienen que hacer para compensar los gastos de mantener la consulta abierta y poder obtener unos ingresos dignos” aseguró Perea.

En este sentido, Perea ejemplificó que un fisioterapeuta autónomo con una pequeña consulta de entre 67 y 70 metros cuadros, tiene unos gastos fijos de 70.000 euros. No obstante, las aseguradoras le están pagando entre 3 y 5 euros por una sesión. “Con estas condiciones, un profesional así no podrá mantener la consulta abierta durante muchos años” afirmó

Un observatorio público para vigilar las condiciones de la medicina privada

Las condiciones de la medicina privada hacen que los autónomos sanitarios, como en otros muchos sectores, estén trabajando a pérdidas. “Pero si se está trabajando desde la Administración para que la agricultura, el transporte y la ganadería no trabaje a pérdidas, tampoco se debería permitir que una actividad tan delicada como es la salud esté trabajando a pérdidas” reflexionó Perea.

El secretario general de ATA como portavoz de la Sectorial de la Federación se ha reunido recientemente con la directora general de ordenación profesional del Ministerio de Sanidad, Celia Gómez González. Durante el encuentro, como contó Perea, la representante del Gobierno, quien no conocía en profundidad la delicada situación de los autónomos sanitarios, se mostró “receptiva” a la hora de crear un observatorio público de medicina privada, liderado por el Ministerio de Sanidad.

Según dijo Perea, “somos conscientes de que el Estado no podrá intervenir en los precios que se abonan en la medicina privada pero, a través del Observatorio, se podrían conocer las condiciones en las que se prestan los servicios en la sanidad privada y se podrían mejorar. Además de que podrían establecerse unos baremos de referencia para las compañías. Además, esto último ya está tasado en la sanidad pública y puede ser una muy buena fuente de referencia”.

Asimismo, a través de este observatorio también se podría vigilar el creciente intrusismo profesional, las deficiencias de la normativa de publicidad sanitaria, entre otros aspectos que dificultan la actividad diaria de 400.000 profesionales sanitarios que ejercen su actividad por cuenta propia.

Los principales problemas de los autónomos sanitarios

El principal problema de los autónomos sanitario es, a juicio de Perea, que actualmente “no se reconoce, ni se paga la labor de estos profesionales, que ponen los medios, las consultas y su formación al servicio de los pacientes. Si esta situación no ha saltado por los aires es por la deontología de estos trabajadores por cuenta propia que se preocupan, primero, por el paciente y luego por cobrar o no” denunció Perea.

A raíz de este problema, se deriva el resto que padece el sector. Algunos de los más graves están recogidos en el último estudio del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos sobre las condiciones de competencia en el mercado del ejercicio libre de la medicina:

  • Insuficientes baremos y desactualización de los precios de los servicios: se paga entre 5 y 8 euros por consulta. Y se lleva más de 30 años sin actualizar los pagos.
  • Las aseguradoras abonan la segunda consulta a la mitad. Y si es necesario realizar una tercera o más, en el mismo mes, no se paga.
  • Las aseguradoras suelen utilizar una categoría distinta a la real para imponer unos precios más bajos. Por ejemplo, pagar una consulta de pediatría, como una consulta de familia general.
  • Baremos muy bajos para para cirugías de alto riesgo, como 45 euros por extirpación mama o 24 euros por fimosis.
  • Aseguradoras suelen realizar interpretaciones muy restrictivas e incluso incorrectas, de los actos médicos que puede realizar el profesional. Por ejemplo: los podólogos sólo hacen quiropodia o las consultas para recetas no se considera acto médico, resultando una fijación de precio muy bajo.
  • El 37,7% de los médicos trabaja sin contrato para las compañías aseguradoras.