Más de 25.000 millones en pérdidas.

500.000 autónomos podrían cerrar definitivamente tras la crisis del COVID-19

Es probable que se acaben perdiendo medio millón de negocios una vez pase la crisis del coronavirus. Son cálculos del presidente de ATA que, además estima , un coste de 25.000 millones de euros. El Covid-19 ya ha hecho mella en la mayoría de sectores. transporte, hostelería, o comercio, son sólo algunos de ellos. 
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500.000 autónomos podrían cerrar definitivamente tras la crisis del COVID-19

La crisis provocada por el Covid-19, el coronavirus, está generando un clima de incertidumbre entre los autónomos. Muchos de ellos no saben si podrán reanudar su actividad tras este periodo. La falta de ingresos y los gastos fijos ya han hecho mella en el colectivo. El Gobierno ya ha puesto en marcha algunas medidas, como la moratoria de impuestos o de cotizaciones a la Seguridad Social -ésta última, anunciada el pasado martes-. Aunque lo cierto es que ambas no harán más que postergar las deudas de los autónomos que, tarde o temprano tendrán que hacer frente a sus obligaciones

Por el momento, la única prestación directa que tiene el colectivo es el cese de actividad extraordinario, con el que pueden percibir el 70% de su  base reguladora y, en este caso sí, suspender su obligación de pagar la cuota a la Seguridad Social. Sin embargo, a la vista de los datos, lo aprobado hasta ahora no es suficiente para evitar el cierre de miles de negocios.

Según Lorenzo Amor, presidente de ATA, es probable que tras la crisis del Coronavirus alrededor de medio millón de autónomos -de los 3,3 que conforman el colectivo- no puedan volver a abrir sus negocios. Según estimó el presidente, a pesar de que el Gobierno aseguró que trabajaría "para que esta crisis pase como un paréntesis", no será así, pues cuando todo vuelva a la normalidad, es probable que se pierdan " 500.000 autónomos con un coste de 25.000 millones de euros. Tardaremos en cerrar ese agujero y muchos tendrán que recuperarse primero ante de pensar en contratar de nuevo, por lo que también el empleo se resentirá" explicó Amor en una entrevista concedida al diario La Razón.  

Es más, según algunas estimaciones,  es probable que, a finales de abril, cerca de 800.000 autónomos se hayan acogido al Cese de Actividad. Si bien esto no significa que no vuelvan a abrir más adelante, la cifra es representativa de la difícil situación que está atravesando el colectivo pues, para acceder a esta prestación, hace falte o bien tener la actividad suspendida, o bien acreditar -al menos- un 75% de caída de ingresos.

La pérdida de autónomos por sectores

A pesar de que todos los sectores están viendo resentida su actividad, esta crisis ha tenido una influencia distinta en cada uno de ellos. En el comercio, por ejemplo, se espera el cierre de un 20% de los negocios, según aseguró Pedro Campo, presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC),  que calificó esta situación de “auténtico drama”.

Campo señaló que todo va a depender de lo que se alargue esta situación y de cómo evolucione la demanda después. Hay que tener en cuenta la falta de liquidez de la mayoría de comercios para aguantar estas circunstancias: “hay subsectores que ya estaban muy castigados y estaban viviendo prácticamente al día, con la caja diaria o mensual. Por lo que no tener ahora prácticamente ningún ingreso les coloca en una situación crítica”, añadió.

El presidente de la CEC explicó que esta crisis requiere de una respuesta contundente por parte de las administraciones. Y "de forma urgente", ya que, si las ayudas se demoran, desaparecerán miles de pequeños negocios. “El comercio no tiene margen para aguantar dos o tres meses sin una inyección de liquidez”.

Una vez que estos autónomos retomen su actividad, Campo aconseja que se les apoye más que nunca, "poniendo en relieve el valor, difícilmente cuantificable, que el pequeño comercio aporta a sus entornos más allá de lo estrictamente comercial. Contribuyen a la animación, vida, iluminación o la limpieza de los barrios"

En este sentido, desde la CEC piden a las instituciones que trabajen también en el día de después, sensibilizando y concienciando a los consumidores de la importancia de comprar en el pequeño comercio, "ya que está en juego su supervivencia”.  

En una situación similar se encuentran los transportistas. Desde la Federación Nacional de Transporte por Carretera (FETRANSA) esperan el cese de la actividad de entre el 30% y el 40% de los cerca de 80.000 profesionales que conforman el sector, entre conductores de vehículos pesados y ligeros, según aseguró Víctor González, presidente de la entidad.

También se encuentran diferencias entre subsectores. La actividad de porta coches y transportistas de materiales de obras está totalmente paralizada. Por su lado, alimentación y productos esenciales habría caído un 30%, y el subsector de las mudanzas parece que también ha retrocedido. “El colectivo estaba en una situación muy difícil antes de esta crisis, la media de edad de estos profesionales supera los 50 años. El cese de estos autónomos dependerá de cuántas ganas les quedan de pelear, cuánto quieren prolongar su trabajo antes de la jubilación y la situación económica que derive de esta crisis”, explicó González.

El presidente de FETRANSA aseguró que el colectivo va a tener muchas dificultades, sobre todo de liquidez. “Por desgracia, durante demasiados años, las políticas ultraliberales nos han llevado a una situación de colapso y de rentabilidad cercana a cero. Un golpe como éste nos pone en una situación muy peligrosa”.

Una vez que estos autónomos retomen su actividad, lo primero que tienen que tener en cuenta es la posibilidad de financiación o de refinanciación; según explicó González. “Los transportistas van a tener que asumir que a alguno le tocará cambiar de subsector y ampliar sus horizontes, trasladarse a donde haya trabajo. Algunos de los que se dediquen a las distancias cortas a lo mejor también tienen que hacer rutas nacionales o internacionales. Tendrán que tener esa capacidad y flexibilidad para hacer otros servicios”. Por otro lado, señaló que deberán estar atentos a los costes y recortarlos al máximo posible. Por ejemplo, el barril de petróleo ha caído un 40%, mientras que el gasoil no se ha depreciado tanto.

El sector del taxi está también entre los más afectados. Según explicó el secretario técnico de Federación Española del Taxi (FEDETAXI), Emilio Domínguez, estos autónomos van a ver muy reducidos sus ingresos, por lo que tendrán que pedir préstamos para atender a sus obligaciones con el Fisco y la Seguridad Social. Del mismo modo que tendrán que recurrir a financiación ajena para “poder vivir y salir adelante con las hipotecas de sus casas”. Por otro lado, “muchos de los 35.000 conductores asalariados que no hayan acabado en un ERTE, y algunos de los que sí, perderán su trabajo por la crisis de los autónomos y sólo lo recuperarán si la economía y la movilidad recobran la normalidad. Lo que, por el momento, parece bastante poco probable”, añadió el secretario técnico de FEDETAXI.

Eso sí, según aseguró Dominguez, el sector no va a perder a ninguno de los 65.000 autónomos que lo conforman: “ningún taxista titular de licencia se va a ver obligado a abandonar. La licencia es demasiado valiosa y el taxi es lo único que tienen”.

El sector de la hostelería es de los pocos que no ha podido estimar las pérdidas de sus autónomos. José Carlos Ramón Cercas, Secretario Ejecutivo de la Asociación Madrileña de Empresas de Restauración (AMER), explicó que, desde que el pasado 14 de marzo se decretó el cese de actividad, casi 300.000 negocios en toda España están paralizados: “No están recibiendo ningún tipo de ingreso y los gastos siguen llegando. Es muy difícil conservar la normalidad y va a ser muy complicado retomar la actividad una vez finalice el Estado de Alarma”.

Según el secretario, “tenemos que mirar hacia Italia, para ver cómo funcionarán las cosas en España de aquí a unos meses. Allí ya están pensando en que los bares y los restaurantes sean los últimos en abrir. Lo más seguro es que se reduzcan las capacidades de aforo una vez se retome la actividad a modo de prevención. No sabemos cómo van a verse afectados los hábitos de consumo, hay que tener en cuenta los recursos técnicos y económicos de cada negocio, su emplazamiento o la edad del titular, entre otras muchas cosas”. En función de todos estos factores y de cómo se gestionen, dependerá el número de bares y restaurantes que no puedan volver a abrir la persiana.