Año Nuevo Chino

El autónomo chino del ‘todo a 100’ ya es historia

Franquicias de marcas conocidas y servicios profesionales son los ámbitos elegidos por las nuevas generaciones de chinos que trabajan en España Y consultoras muy orientadas a facilitar el comercio entre España y el país asiático. Un verdadero filón. Al margen de las leyendas urbanas y salvo excepciones, suelen tener sus papeles en regla y se han convertido en el colectivo que más afiliados extranjeros aporta a la Seguridad Social.

Negocio chino
El autónomo chino del ‘todo a 100’ ya es historia

Aunque a pie de calle parecen quintuplicarse, el número de chinos residentes en España era de 207.005, según se extrae del último Informe de Extranjeros Residentes de junio de 2017 elaborado por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Su aparente omnipresencia se debe a que “tienen muchísima fuerza en el pequeño negocio”, explica Víctor Ladreda, director General de ILM Grupo -consultora especializada en el mercado asiático y única designada por el Gobierno Chino como oficina económica y comercial para los países de habla hispana de la Zona de Libre Comercio de la región de Hengqin. De hecho, los registros de Seguridad Social hablan por sí solos. A cierre de 2017 el número de afiliados de nacionalidad China era de 101.393, de ellos 53.469 (casi el 53%) eran autónomos.

Con la llegada del año nuevo chino, el gallo de fuego da paso al perro de tierra, que la creencia popular interpreta como reinventarse, salir adelante y enriquecerse personal y profesionalmente. Unos valores que encajan perfectamente con el espíritu emprendedor y que se percibe en la forma de entender los negocios por parte de los inmigrantes de esta nacionalidad.

Pero mucho ha cambiado desde que comenzaron a entrar en España y en Europa los primeros ciudadanos chinos para regentar restaurantes de bajo precio o tiendas con artículos baratos. “El todo a cien ha pasado a la historia. Actualmente optan por tipos de negocio más especializados”, afirma Guillermo Guerrero, técnico de autoempleo y responsable del programa Incorpora de CaixaBank en AD Los Molinos. Negocios mayoristas, actividades profesionales y franquicias son los tres grandes ámbitos por los que se decantan los autónomos y empresarios procedentes del gigante asiático.

En el negocio mayorista “son la referencia”, explica Guerrero. La razón de que áreas como Cobo Calleja (Madrid) o Badalona Sud (Barcelona), se hayan convertido en centro de peregrinación para muchos comerciantes y hosteleros españoles es, por un lado, la variedad de productos, y por otro, la escala de calidades que ofrecen, frente a los proveedores nacionales. Asimismo, dentro de esta misma área, cuentan con una línea de negocio por y para chinos, que les aporta un mercado casi exclusivo.

Las actividades profesionales (abogados, consultores, asesorías...) se han convertido en el segundo filón para la comunidad china. A ellas se han lanzado las segundas generaciones de chinos, que son “mayoritariamente españoles”, puntualiza Ladreda. Su objetivo es conectar e interrelacionar las realidades de los mercados español y asiático, poniendo el foco en el comercio exterior de menor volumen que, cabe destacar, está en constante crecimiento debido a las posibilidades que ofrecen las plataformas como eBay o Amazon. “Son los grandes consultores y facilitadores de la internacionalización de los autónomos y pequeñas empresas en España, ya que conocen a la perfección la complejidad del mercado asiático”.  

La franquicia se ha convertido en otro de los caramelos para los emprendedores chinos de segunda generación que, en palabras del director general de ILM Grupo, “buscan dar una vuelta de tuerca a los negocios con los que empezaron sus familiares”. A este respecto, alimentación es uno de los sectores más beneficiados y marcas conocidas como Día, Coviran o Condi están entre las más beneficiadas por los nuevos emprendedores asiáticos.

Pagan impuestos y cotizan

La rumoroligía ha extendido el mantra de que los chinos no pagan impuestos, se benefician de exenciones fiscales o cambian constantemente el nombre del titular de la actividad para burlar al fisco. Nada más lejos de la realidad. Tanto Guerrero como Ladreda insisten en que “no hay nada de verdad”. De hecho, son el colectivo de extranjeros que más afiliados aportan al sistema y se han convertido en generadores de empleo.

Bien es cierto que a nivel fiscal, España y China cuentan desde 1990 con un convenio para evitar la doble imposición, aplicable al IRPF, impuesto de sociedades, patrimonio e impuestos locales sobre renta y patrimonio en el caso de España. En el país asiático afecta al IRPF, impuesto sobre la renta de empresas mixtas (joint ventures) de capital chino y extranjero, impuesto sobre la renta de Empresas extranjeras e impuesto local sobre la renta. Esto afecta principalmente a los exportadores que declararán en su país de origen. En cuanto a los autónomos o empresarios chinos que cuentan con establecimientos permanentes en España podrán optar por declarar sus beneficios en el gigante asiático “pero solo en la medida en que puedan atribuirse a este establecimiento permanente”.

Tampoco es del todo cierto que se hayan especializado en el fraude de “sin IVA”. “El porcentaje de quienes no hacen facturas es mínimo”, puntualiza Guerrero. En relación a esto, el menor coste de los productos que se comercializan en establecimientos regentados por chinos se debe a que funcionan como central de compras, adquiriendo grandes cantidades que abaratan los costes. En definitiva, “hay muchos bulos que provienen del desconocimiento y de la amenaza que supone la entrada de más competencia en el mercado”.

Operación Dragón

Aunque, según la Hacienda, el fraude entre la comunidad china no es mayor que entre otras, inclusive la española, desde la Agencia Tributaria se han lanzado varias operaciones de inspección en el colectivo. Entre las acciones más sonadas está la Operación Dragón, puesta en marcha el pasado mes de junio. En ella se registraron 61 locales clave de los polígonos Cobo Calleja, en Madrid, El Carrús, en Alicante o Badalona Sud, en Barcelona.

La operación se centró en sociedades del sector de la importación, distribución y venta de productos asiáticos, de las que se comprobó declaraban  de media apenas el 1,7% de sus beneficios, esto es veinte veces menos que los que la AEAT estimaba para el conjunto del sector.

Más allá de regularizar puntualmente la situación de las empresas inspeccionadas el objetivo de la operación Dragón es el de inducir a los empresarios del sector a mejorar sus comportamientos fiscales a través de un seguimiento tanto de las mismas como de otros comercios del mismo ámbito.