Un grupo de economistas y catedráticos calculan el impacto de la fiscalidad

Autónomos y asalariados trabajan 193 días al año para pagar impuestos y cuotas, según un informe

Un informe de la Fundación Civismo revela que los autónomos y demás contribuyentes tuvieron que trabajar hasta el pasado 13 de julio, un total de 193 días de media en 2022, sólo para pagar sus impuestos y cotizaciones.
Businessman marking on calendar for an appointment
Autónomos y asalariados trabajan 193 días al año para pagar impuestos y cuotas, según un informe
Autónomos y asalariados trabajan 193 días al año para pagar impuestos y cuotas, según un informe

Los autónomos y asalariados tuvieron que trabajar entre el 1 de enero hasta el pasado 13 de julio sólo para pagar a Hacienda y a la Seguridad Social. Los autónomos tendrán que dedicar aún muchos meses más para cubrir los costes de su actividad, y lo que quede, serían beneficios, si los hubiere. Un reciente informe de la Fundación Civismo, un think thank conformado por investigadores económicos y catedráticos, calcula que los contribuyentes dedican nada menos que 193 días al año de trabajo para hacer frente a sus impuestos y cotizaciones sociales. A partir de ese momento, que la entidad denomina 'Día de la liberación fiscal', los españoles pasarían a estar liberados de sus cargas con la Administración aunque no de otros compromisos. 

La Fundación Civismo presenta anualmente un indicador que muestra la proporción que guardan los impuestos que abonan los contribuyentes cada año respecto a su renta. Así, teniendo en cuenta que 2022 tiene 365 días, serían necesarios 193 días de la renta familiar para pagar los tributos y cotizaciones que son de obligado cumplimiento durante el presente año, El Día de la Liberación Fiscal es aquél en el que, ya a partir de ese momento, queda toda la renta disponible para pagar otros gastos, consumir y ahorrar.  Ese día del 2022 ha coincidido con el pasado 13 de julio.

Para llevar a cabo este cálculo, se habrían contemplado todo tipo de impuestos y obligaciones que recaen sobre los contribuyentes, como pueden ser cotizaciones sociales e impuestos, incluidos los tributos autonómicos y locales, IRPF y Sociedades. De hecho, según explicaron a este diario desde la Fundación, el pasado año fue la primera vez en la que no sólo se tuvo en cuenta a los asalariados a la hora de calcular la relación entre tributos y renta. Desde aquel momento se tuvieron en cuenta a actores fundamentales en la economía, como son los autónomos, que además suelen estar gravados con más obligaciones que los trabajadores por cuenta ajena, ya que, por ejemplo, si son empleadores tienen que aportar las cotizaciones de sus empleados.

Día en el que los autónomos dejan de trabajar para Hacienda y Seguridad Social por CCAA

El informe elaborado por la Fundación Civismo revela que la media nacional de días necesarios para 'liberarse fiscalmente' serían 193. Sin embargo, al haber hecho el cálculo sobre impuestos que dependen en parte de cada autonomía, existen diferencias de hasta doce días entre las distintas Comunidades Autónomas.

Según revela el estudio, Ceuta, Melilla y Murcia serían las tres comunidades donde los autónomos y asalariados necesitarían menos tiempo para desprenderse de sus obligaciones fiscales: 189 días. Así, en todas ellas, el día de la liberación fiscal sería el 9 de julio. Seguidas de estas tres comunidades se encuentran Madrid, La Rioja, Andalucía y Castilla y León (donde los contribuyentes se liberarían el 11 de julio, con 191 días trabajando para Hacienda y Seguridad Social).

En el extremo contrario, estaría Cataluña, la comunidad autónoma donde los autónomos y asalariados tienen que trabajar más días para saldar sus obligaciones fiscales y con la Seguridad Social. En esta autonomía, el Día de la Liberación Fiscal sería el próximo 21 de julio, y los contribuyentes habrían tardado un total de 201 días en liberarse de todas sus cargas con la Administración Estatal, autonómica y local.

Tras Cataluña, las siguientes comunidades donde más tardan los contribuyentes en liberarse de sus cargas fiscales son Cantabria ( 198 días al año) y Castilla-La Mancha y Valencia (ambas con 197 días).

Captura
Fuente: Fundación Civismo

La presión fiscal sobre autónomos y asalariados sigue aumentando cada año 

Según el estudio, en el 2022 la presión fiscal directa sobre las familias españolas ha vuelto a crecer, tal como lo ha venido haciendo desde 2018. De hecho, entidades como el Banco de España llegaron a cifrar en varios puntos el aumento de la carga impositiva en nuestro país, que cada vez está más cerca de llegar al 40% del PIB.

El informe de Fundación Civismo alertó el año pasado sobre la presión fiscal que sufren las familias españolas, ya que se había incrementado en 3,84 puntos porcentuales, a pesar de que sus rentas habrían disminuido un 7,34% en el mismo período (primer trimestre de 2021 frente a primer trimestre de 2020). "Desde el primer trimestre de 2019, la caída acumulada de la renta familiar es del 5,95% mientras que el pago de impuestos se ha incrementado un 5,34% en el mismo periodo". 

Por tanto, los impuestos habrían subido en los últimos 22 años por encima de lo que han subido las rentas. Esto se agrava ahora con la inflación y el aumento de precios que están soportando todos los hogares. Por este motivo, la fundación ve "incomprensible" que el Gobierno no haya deflactado las tarifas del IRPF para adaptarlas a la pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los contribuyentes. 

La no deflactación del IRPF habría costado 200 euros de media a los contribuyentes

Cabe recordar que, según el informe  "¿Cuánto pagarán de más los contribuyentes españoles en el IRPF por la inflación durante 2022", del catedrático en Economía aplicada, José Felix Sanz, los autónomos tendrán que pagar 200 euros más de media este año por la inflación soportada en 2021.

El estudio hace una simulación del sobrecoste que va a tener sobre la factura fiscal de los más de 20 millones de españoles que hacen cada año la declaración, la subida del 6,5% de la tasa de inflación que se produjo el año pasado. Un aumento en los precios que, como ya avanzó este diario, tiene una doble consecuencia para los autónomos: se ven afectados por la subida de costes de las materias primas que utilizan en su negocio o de los productos que compran para sus hogares y, además, acabarán en muchos casos pagando más impuestos en su declaración de la RENTA.

Según los asesores y economistas fiscales consultados, esto último se debe a una subida fiscal encubierta y muy sutil, ya que para llevarla a cabo no es necesario aprobar nada, ni hace falta que entre ninguna medida en vigor. Al contrario, precisamente este aumento de la presión impositiva se produce por no hacer nada frente a la inflación creciente, lo que los expertos llaman "no , deflactar". Esto supone, en resumidas cuentas que o bien que el autónomo decida ingresar lo mismo que hace un año, pero que esos ingresos valgan menos por culpa de la inflación y caiga su capacidad de compra. O bien que ese mismo trabajador por cuenta propia decida subir sus precios, aumente algo sus ingresos para intentar vivir al mismo nivel que el año pasado pero que termine pagando más en IRPF.   

A pesar de que desde distintos ámbitos han venido pidiendo al Gobierno en las últimas semanas que baje los tramos de IRPF proporcionalmente a lo que ha subido la inflación, de momento, el Ejecutivo no se ha mostrado dispuesto a deflactar el impuesto. De no hacerlo, según la micro-simulación realizada por el catedrático en Economía aplicada, José Felix Sanz, esta primavera todos los españoles pagaremos un sobreimpuesto que ascenderá a más de 4,110 millones de euros respecto a 2021, lo que supondrá, en media, 199 euros de más por contribuyente.

El Gobierno tiene pendiente su promesa de bajar impuestos a los pequeños negocios

El aumento de la presión fiscal y la constante subida de precios que se ha experimentado en 2022 afecta a todas las empresas pero especialmente a los autónomos y pequeños negocios. Aún a día de hoy, tres años después de que comenzara esta legislatura, el compromiso que adquirió el Gobierno de bajar el Impuesto de Sociedades a los negocios más pequeños continúa pendiente.  Esto también venía recogido en las Directrices del Plan Estratégico de Desarrollo Sostenible 2030, un informe de 140 páginas en el que se recogen cientos de medidas sociales, laborales, económicas y fiscales, y algunas "prioridades de actuación".

Entre ellas, llevar a cabo cuanto antes una "reforma fiscal", para favorecer "la recuperación económica y la creación de empleo" y en la que se pondrá especial énfasis en "la reducción del tipo de gravamen para las pymes". Bajada que es posible que se retrase más de lo esperado, ya que parece que la revisión de este impuesto podría centrarse más bien en términos de tipos reales y deducciones que de tipos nominales, que son los que verdaderamente interesan a los pequeños negocios. 

Cabe recordar que el tipo nominal del Impuesto de Sociedades es el mismo para todos los negocios. Sin embargo, el tipo efectivo - el porcentaje que acaba pagando la empresa después de deducciones- varía mucho según el tamaño del negocio. Según el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), "los grupos consolidados (grandes empresas) tributaron entre 2007 y 2016 con un tipo del 6,37%, frente al 16% de las pymes". En 2018 -últimos datos que maneja la entidad-, las grandes empresas tributaron por un tipo medio de un 5,69% de sus beneficios mientras que las pymes lo hicieron al 15,14%.   

Esto es, fundamentalmente, por las bonificaciones y reducciones en Sociedades, como I+D+I, disponibles para todos, pero sólo accesibles para las empresas de mayor tamaño.