300.000 negocios podrían cerrar este año

Los autónomos que se den de baja antes de junio de 2022 deberán devolver las ayudas directas que reciban

Las nuevas ayudas directas que aprobó el Gobierno exigen, como condición, que los autónomos se mantengan dados de alta hasta junio de 2022. Si no, tendrán que devolver todo lo percibido. 
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Los autónomos que se den de baja antes de junio de 2022 deberán devolver las ayudas directas que reciban

Miles de autónomos han depositado sus esperanzas para la recuperación de sus negocios en las nuevas ayudas directas que aprobó el Gobierno a principios de marzo, y que se espera que en verano repartan las comunidades autónomas aunque, en principio, sólo a los sectores que consideran más afectados. No obstante, el requisito de viabilidad, que marcó Europa y que ha aplicado el Ejecutivo en las condiciones de acceso a las subvenciones sigue preocupando a los expertos. 

El Gobierno ya anunció que no estaba dispuesto a mantener artificialmente con subvenciones a las denominadas empresas 'zombies'. Los filtros para evitar que estas ayudas lleguen a negocios avocados al cierre se articularon por dos vías: en primer lugar, los requisitos previos, y en segundo lugar, la condición de mantenimiento de la actividad. 

Si bien muchos negocios inviables podrían quedarse sin ayudas en el propio proceso de selección de beneficiarios, porque tuvieron pérdidas en 2019, o porque ni si quiera pertenecen a algunos de los 95 sectores que el Gobierno marcó como destinatarios, otros pasarán el filtro y podrían acabar con su negocio cerrado y teniendo que devolver miles de euros a Hacienda. 

Mantenerse de alta hasta junio de 2022 o devolver las ayudas

Así lo avisa el punto seis del artículo 4 del Real Decreto Ley 5/2021, que regula estas subvenciones: "la empresa beneficiaria de estas ayudas deberá justificar ante el órgano concedente el mantenimiento de la actividad que da derecho a las ayudas a 30 de junio de 2022. En caso contrario, procederá el reintegro de las ayudas percibidas". 

Esto significa que, en poco más de un año, podría darse el caso de que miles de autónomos se vean con un doble problema: que se queden sin fuente de ingresos porque no aguantaron más esta crisis y tuvieron que cerrar y, por si esto fuera poco, que tengan que devolver también una ayuda directa de entre 4.000 y 200.000 euros. 

El Gobierno justifica que esta condición de mantenimiento de la actividad se alinea con lo que exige la Unión Europea, es decir, que los fondos que da a los Estados miembro vayan a parar sólo a empresas perjudicadas por la crisis, pero con buenas perspectivas de recuperación. Sin embargo, lo cierto es que miles de autónomos y pequeños negocios, especialmente los ubicados en el sector servicios, podrían cerrar siendo perfectamente viables, ya que no tienen colchón para aguantar más cierres y restricciones.

Así lo denunció recientemente el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA): "más del 90% de los autónomos y empresas eran viables a mediados de marzo de 2020 y sin embargo, las dificultades que hoy sufren muchos sectores, no son por culpa de su gestión o sus decisiones empresariales"

Precisamente, la propia federación ya venía advirtiendo en su último barómetro del reguero de negocios cerrados -y que hace un año eran viables- que podría haber de aquí a unos meses. Uno de los datos más destacados de esta encuesta que hizo ATA es que más de 300.000 trabajadores por cuenta propia prevén cerrar definitivamente su negocio a lo largo de este año. Y, probablemente, de entre ellos habrá muchos  beneficiarios de las nuevas ayudas directas que acaben teniendo que devolver lo percibido, por sólo incumplir el requisito de mantenerse de alta. 

Miles de autónomos podrían cerrar antes de 2022

De hecho, en el barómetro de ATA, nada menos que el 46,2% de los autónomos aseguraron tener dudas sobre la continuidad y el futuro de su negocio, aunque estén activos y puedan cumplir perfectamente con los requisitos de acceso a las ayudas: fundamentalmente no haber tenido pérdidas en 2019 y pertenecer a alguno de los 95 epígrafes publicados en el BOE.

Unos datos que preocupan al presidente de ATA, Lorenzo Amor, quien señaló que “llevamos once meses realmente complicados, viviendo una pandemia nunca vista hasta el momento. 2020 ha sido un año horrible para miles de autónomos que han tenido que reducir sus plantillas, soportar pérdidas de las cuales no saben si se va a recuperar y quizá se verán obligados a echar el cierre en la ruina más absoluta".

Por ello, expertos y asociaciones llevan tiempo avisando de la importancia de que las ayudas directas lleguen cuanto antes a los autónomos, para que puedan enfrentarse a los próximos meses, amortiguar la caída de la actividad, y evitar cierres en cadena.

Se espera que las ayudas lleguen en verano

El Gobierno ya avanzó el plazo en el que prevé que los autónomos empiecen a cobrar las nuevas ayudas directas. Si bien las transferencias a las comunidades, que son las encargadas de repartir estas subvenciones, se harán a lo largo del mes de abril, las autonomías tendrán todavía que abrir las convocatorias, fijar los plazos de solicitud y pagar a cada beneficiario la cuantía que le corresponda, entre los 3.000 y los 200.000 euros fijados por ley.

Como ya avanzó este digital, serán los gobiernos regionales, con los fondos que les sean asignados, los que pagarán a sus negocios las ayudas directas y, además, podrán modular y añadir los criterios de concesión que consideren oportunos en función de los recursos de los que dispongan. Es probable que la intermediación de las autonomías, como es lógico, retrase un tiempo más de lo que cabía esperar el proceso. No obstante, según apuntó la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero en una entrevista a la Cadena Ser, se espera que los autónomos "ya estén cobrando durante el verano". 

Un horizonte quizás demasiado lejano según la opinión de varios organismos como Funcas y de organizaciones de autónomos como ATA y que podría hacer que la situación precaria de muchos negocios se torne irreversible y antes de junio se vean obligados a darse de baja. De hecho, el propio Banco de España ya retrasó sus previsiones de inicio de la recuperación de los negocios al segundo semestre y advirtió de que no será igual para todos los sectores.

A esto hay que añadir otras cargas como la devolución de los préstamos del ICO y, casi más importante, la posible devolución de golpe de la prestación por cese de actividad que se le podrá reclamar pronto a todos aquellos autónomos que no hayan cumplido los requisitos desde marzo de 2020 para acceder a la prestación.

A la devolución de las ayudas podría sumarse la del cese

Cabe recordar que, a partir de verano, se empezaron a hacer las primeras comprobaciones de las anteriores prestaciones, es decir, las que estuvieron vigentes durante el estado de alarma. Ahora, los autónomos que decidieron solicitar la ayuda compatible con la actividad entre octubre y enero deben tener en cuenta que su mutua, desde el pasado 1 de marzo, podrá solicitar en cualquier momento que justifique que ,durante el cuarto trimestre de 2020, realmente sus ingresos cayeron por encima de un 75% respecto al mismo trimestre de 2019 y, además, que sus rendimientos netos no superaron los 5.818,75 euros.  

La mayoría de asesores y gestores consultados por este diario tan sólo han recibido solicitud de comprobación de las primeras ayudas para autónomos con caídas de facturación, es decir, las que estuvieron disponibles hasta junio. Ahora bien, las entidades colaboradoras con la Seguridad Social están en plazo y tienen derecho por ley a comprobar cuando quieran si el colectivo cumplía con las condiciones para acceder a todas las demás ayudas.

Aunque en algunos casos todavía no hayan realizado las comprobaciones, los autónomos no deben perder de vista que estas comprobaciones llegarán en cualquier momento y que, si no cumplen los requisitos, deberán devolver todo lo que hayan percibido -prestación y cuota- sin cumplir las condiciones. De hecho, a día de hoy, ya se podría empezar a solicitar la devolución de hasta tres prestaciones diferentes : la primera -entre marzo y junio-, la segunda -entre julio y septiembre-. y la tercera -entre octubre y enero-.  Por ello, muchos recomiendan que, ante la duda, se guarde la cantidad percibida en una cuenta aparte para poder disponer de ella en caso de que la mutua solicite más adelante la devolución. 

Si, finalmente, los autónomos no cumplieran con los requisitos tenían tres opciones: renunciar a la prestación antes de que termine; devolverla voluntariamente o hacerlo bajo requerimiento de su mutua. Si en la pasada prestación -o en cualquiera de las anteriores- optaron por no renunciar a ella ni devolverla, desde el 1 de marzo las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social, pueden recabar del Ministerio de Hacienda los datos tributarios de los ejercicios 2019 y 2020 necesarios para el seguimiento y control de las prestaciones reconocidas.