Se favorece la continuidad laboral

Los autónomos que sufren una discapacidad ya pueden disfrutar de la tarifa plana

Desde el 1 de enero, los trabajadores autónomos que sufran una discapacidad mientras ejercen su actividad por cuenta propia podrán acceder a reducciones y bonificaciones en su cuota al RETA, algo que hasta ahora no era posible. La medida ha sido aplaudida por Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI). 

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Los autónomos que sufren una discapacidad ya pueden disfrutar de la tarifa plana

El Real Decreto-Ley de medidas en el orden social, aprobado el pasado 28 de diciembre, y que contempla importantes avances en la protección social de los autónomos da un paso más para favorecer la continuidad laboral de aquellos trabajadores por cuenta propia que sufran una discapacidad igual o superior al 33%, bien por un accidente o por una enfermedad, mientras están dados de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Podrán beneficiarse de las reducciones y bonificaciones existentes para las personas con discapacidad que acceden a ellas al darse de alta como autónomos, es decir, aquellos que ya tenían una discapacidad inicial.

Hasta ahora, solamente tenían derecho a disfrutar de bonificaciones los discapacitados que ya lo eran cuando se afiliaban al RETA para ejercer como trabajadores por cuenta propia. Si la discapacidad sobrevenía después no tenían derecho a reducción y bonificación alguna por este motivo. El texto indica que se puede optar a los incentivos “a opción de los interesados” y que  “en tal caso, la aplicación de las medidas previstas se producirán a partir del día primero del mes siguiente al que tal elección se realice.”

Bonificaciones en 2019

Los trabajadores autónomos con discapacidad, que causen alta inicial o que no hubieran estado dados de alta en los dos años inmediatamente anteriores a la fecha de su afiliación, podrán beneficiarse, si eligen cotizar por la base mínima, de una reducción sobre la cotización por contingencias comunes durante los primeros 12 meses inmediatamente siguientes a la fecha del alta, que consistirá en una cuota única mensual de 60 euros. Esta cuota incluirá tanto las contingencias comunes como las profesionales pues estos trabajadores, al igual que las víctimas de violencia de género o las víctimas del terrorismo, están exentos de cotizar por cese de actividad. De esa cuota de 60 euros, 51,50 euros corresponden a contingencias comunes y 8,50 euros a contingencias profesionales.

Si se opta por una base de cotización superior a la mínima que les corresponda, los trabajadores podrán aplicarse durante los 12 primeros meses inmediatamente siguientes a la fecha del alta una reducción del 80% sobre la cuota por contingencias comunes. 

Cuando hayan transcurrido los 12 meses y con independencia de la base de cotización elegida, los trabajadores discapacitados podrán beneficiarse de una bonificación sobre la cuota por contingencias comunes por un periodo máximo de 48 meses.

Colectivo en alza

La medida ha sido muy bien acogida por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) porque facilita la continuidad en el ejercicio laboral de estas personas que han sufrido alguna discapacidad. En muchos casos, la falta de ayudas, podía acabar con su actividad por cuenta propia. Esta organización, una de las entidades de referencia en el sector en España, lleva tiempo luchando por el reconocimiento de la discapacidad sobrevenida en el ámbito del trabajo y ha agradecido a las organizaciones mayoritarias de autónomos firmantes del último acuerdo con el Gobierno la inclusión de esta medida en las negociaciones del Real Decreto. El CERMI tuvo diversos contactos con todas las partes.

A juicio de ta organización esta medida favorecerá el mantenimiento en su actividad de aquellos autónomos con discapacidad sobrevenida. El colectivo de autónomos con discapacidad crece de año en año desde la crisis económica. Si en 2014 causaron baja como autónomos unos 3.000 discapacitados, tres años más tarde se llegó a los 19.943. En 2017, último año con datos cerrados, el colectivo creció un 5,1% respecto a 2016, cuando se alcanzó la cantidad de 18.963. Para el cierre de 2018 se espera un porcentaje de aumento superior al del año precedente.

El trabajo por cuenta propia es cada vez más adecuado para las personas con discapacidad, en parte debido a la tecnología. Prácticamente en todos los sectores de actividad se encuentran trabajadores autónomos discapacitados pero lo que está aumentado progresivamente es el autoempleo a distancia o teletrabajo que no exige desplazamientos periódicos del trabajador.