Estudio sobre la evolución de empresas y trabajadores

CEOE pide un “tratamiento distinto” para los autónomos societarios

La patronal considera que la Ley de Medidas Urgentes “se ha quedado corta” y no recoge la realidad del mercado laboral.

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CEOE pide un “tratamiento distinto” para los autónomos societarios

Ni son autónomos persona física ni son asalariados del Régimen General, sin embargo la Ley les obliga a estar afiliados al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). Una particular situación que afecta a los más de 1,35 millones de autónomos societarios entre los que se encuentran desde emprendedores con uno o dos empleados hasta medianos y grandes empresarios con más de 250.

Así lo ha denunciado Jordi García Viña, director de Relaciones Laborales de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales): “No tiene sentido que para ser mi propio jefe tenga que estar afiliado al Régimen de Autónomos. Los autónomos persona física y los societarios son dos colectivos diferentes y por tanto deberían tener un tratamiento distinto”.

Este fallo regulatorio se solventaría con una “reforma sociolaboral importante”  en cuyas raíces está la de acabar con la “rigidez y la burocracia” del sistema. Desde la patronal de los empresarios descartan que la solución esté en equiparar el RETA con Régimen General, y apuestan por impulsar nuevos mecanismos “desde el punto de vista del concepto de empresa que impera en el colectivo. No desde la generalidad”, ha explicado García Viña, durante la presentación del Estudio sobre la evolución de empresas y trabajadores que ha tenido lugar esta mañana en la sede de CEOE .

Iniciativas que, “necesariamente” han de ir más allá de la veintena de medidas que se recogen en la Ley de Medidas Urgentes para el Trabajo Autónomo que “se ha quedado corta”. En opinión de la patronal, “la tarifa plana no es suficiente. Es imprescindible una reflexión importante que abarque la diversidad del colectivo y afronte los retos de la nueva realidad del mercado de trabajo”, ha apostillado.

De ser llamados a comparecer en la Subcomisión para la Reforma del RETA que iniciará sus trabajos el próximo mes de septiembre, las propuestas que presentará la patronal afrontarán retos como la flexibilización del modelo de cotización de los autónomos, para que integre la nueva realidad del mercado laboral surgida al abrigo de la economía digital (plataformas, prestación de servicios por proyectos, etc…). Además, consideran necesario “profundizar” en la situación de los TRADE (Trabajadores Autónomos Económicamente Dependientes) y suprimir las barreras que limitan la contratación y el crecimiento empresarial de las pymes y los autónomos.

Valor refugio

Entre las conclusiones más duras del informe está que “hemos perdido el ímpetu del emprendimiento de los años de crisis y los españoles prefieren estar de nuevo en la parte de los asalariados”, ha lamentado García Viña. En el periodo 2013 – 2016 el número de afiliaciones al Régimen General se ha incrementado un 9,93% mientras que el Régimen de Autónomos lo ha hecho en poco más de la mitad, un 5,20%.

Los datos objetivos del estudio refuerzan la idea de que el RETA ha sido “un valor refugio durante los años de crisis”. Entre 2007 y 2010, la afiliación de autónomos sólo disminuyó un -1,01% frente al -10,58% de caída de asalariados. Además, fue durante la debacle económica de 1999 cuando se alcanzó el mayor porcentaje de autónomos respecto a empresas (72,72%). A partir de ese momento y hasta 2007 se produjo un retroceso de casi cinco puntos (67,98%) de los que se recuperaron cuatro en 2008 (71,72%), para entrar entonces en una situación de estabilidad con sesgos a la baja que se mantiene hasta ahora.

La tesis que defienden en CEOE apunta a la dificultad de conciliar vida profesional y familiar como uno de los aspectos que más frenan el emprendimiento y el trabajo autónomo en España. A lo anterior, hay que añadir las dificultades tanto administrativas como fiscales a las que tienen que hacer frente los autónomos y las pymes que quieren expandirse. “Hay que eliminar las trabas que impiden que se puedan desarrollar las actividades y consolidar los negocios de los autónomos y las pymes”, apostillaba el responsable del área laboral de la patronal.

Más pequeña, más flexible

Durante los años más duros de la recesión ser pequeño ha sido una ventaja. Entre 2008 y 2013 el índice de mortalidad de las empresas de hasta nueve empleados fue tres veces más bajo que en las de entre 10 y 49  trabajadores. Además, sólo representan el 7,70% del total de empleo perdido.

Para CEOE, la flexibilidad en salarios y en tiempos de trabajo habrían sido dos de las herramientas de supervivencia que han evitado tener que echar el cierre en gran parte de los casos. “La mayor sostenibilidad del empleo en las pymes se debe a que los mecanismos de ajuste han sido diferentes y más efectivos”, ha puntualizado García Viña.

En el apartado relativo a la creación de empresas tras la salida de la crisis, el informe destaca que las que más crecen -en comparación a su peso sobre el total-, son aquellas que cuentan con 10 empleados o más. Especialmente las de menos de 50 trabajadores, que han pasado de representar el 97,77% en 2010 al 98,09% de finales de 2016. Son, a su vez, las que más empleo han generado, ocupando a un 44,81% del total de trabajadores, más de cuatro puntos por encima de hace seis años (41,61%).