Una ley que no ha cumplido las expectativas

El comercio de proximidad acusa a la liberalización de horarios de desertizar los barrios

El comercio de proximidad vuelve a la carga y pide dar marcha atrás con la liberalización de horarios en la Comunidad de Madrid. Desde COCEM consideran que no ha cumplido con las expectativas prometidas y que está acabando con las tiendas de los barrios de los municipios de la región.

El comercio de proximidad acusa a la liberalización de horarios de desertizar los barrios

La Comunidad de Madrid es la única autonomía española que ofrece a los comercios de la región total libertad para establecer sus horarios y sus correspondientes periodos de rebajas. Fue en el año 2012, cuando el Gobierno aprobó la reforma de la legislación comercial que liberalizaba el sector y Madrid fue la única que decidió adherirse a ella.

Siete años después, el sector del comercio de proximidad de la Comunidad no ha visto cumplidas las expectativas que prometía la Administración, como la creación de 20.000 puestos de trabajo. No sólo no se crearon nuevos empleos sino que se destruyeron 15.000 puestos de trabajo en los tres primeros años, según la Confederación de Comercio de Madrid (COCEM). Y los contratos que se formalizaron, tal y como explica CCOO, fueron precarios y con jornadas irregulares.

Desde que entró en vigor la medida liberalizadora en 2012, se han cerrado más de 2.500 negocios, de las cuales un 90% eran comercios de menos de 5 trabajadores, según los últimos datos de COCEM. “Por lo tanto, la medida no favorece al comercio tradicional sino solamente a la denominada gran distribución”, afirman.

Por este motivo, José Antonio Asensio, director general de COCEM, reivindica la vuelta a la legislación anterior al 2012, cuando los horarios de la Comunidad de Madrid no estaban liberalizados.

Desertización de los barrios

Desde COCEM alertan que, además del impacto negativo en la actividad económica, esta desaparición de comercios tradicionales va a provocar la desertización de las zonas comerciales de los barrios de los municipios de la Comunidad de Madrid. “Nosotros no tenemos ningún discurso en contra de las grandes superficies, incluso ha ayudado a modernizar el comercio de proximidad. No es una guerra de grandes contra pequeños. Sin embargo, esta medida ha hundido a las tiendas de barrio”, señala el director general de COCEM, ya que estas tienen que adaptarse a los horarios que imponen los grandes competidores. Este es un grave problema para el comercio de proximidad porque, la gran mayoría, abre los domingos y traslada el cierre de la tienda al lunes, haciendo inviable la conciliación familiar.

Asensio explica que “el comercio urbano no es un mero establecimiento más. Permite que haya convivencia en los barrios, estabilidad en los comercios, hace las calles más seguras y es creador de empleo. Si esta medida fuese tan buena no tendría sentido que ninguna comunidad autónoma más se haya adherido”. 

Grave impacto medioambiental

La Confederación de Comercio afirma que la liberalización de horarios "obliga a los consumidores a estar esclavizados y a tener que utilizar sus vehículos para desplazarse a los centros comerciales o grandes superficies para realizar las compras". Y muestran su preocupación por el impacto medioambiental que esto implica.

Cada mes, sólo en los días festivos, se producen un total de 2 millones de desplazamientos desde el centro de los municipios a grandes superficies y centros comerciales de la periferia con un coste mensual de 7 millones de euros en combustible, según la entidad. “Quemar al mes 6 millones de litros de combustible además de un perjuicio económico para los ciudadanos tiene un impacto medioambiental preocupante”, señalan.