Primer semestre del año

Crece el número de concursos de acreedores en Madrid y Barcelona

El número de concursos de acreedores que se han abierto durante el primer semestre del año ha crecido “significativamente” en Madrid y Barcelona, según datos de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aapac). Este crecimiento se ha dado principalmente en la ciudad condal, sobre todo en cuanto los iniciados por personas físicas. Asimismo, desde la Asociación se quejan de que la mayoría de los concursos se abren y se cierran en el mismo auto, debido a que los dueños de un negocio inician el procedimiento concursal cuando ya es muy tarde y utilizando el concurso como un mero trámite para terminar con la actividad.

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Crece el número de concursos de acreedores en Madrid y Barcelona

Las empresas siguen utilizando los concursos de acreedores como un mero trámite para terminar con su actividad. Esta es la principal conclusión del balance que ha realizado la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac), que revela que durante el primer semestre del 2018 el número de concursos de acreedores declarados y concluidos en el mismo auto en España ha crecido “significativamente” en Madrid y Barcelona. Así, y según los datos recogidos por Aspac e Insolnet, Madrid ha pasado de tener 88 en 2017, a tener 99 en 2018; mientras que Barcelona ha pasado de 137 a 162.

En este sentido el número de concursos declarados y concluidos en el mismo auto o, lo que los administradores concursales denominan, empresas zombis habría aumentado un 31% en Barcelona y un 24% en Madrid. Para conocer la cifra total de las empresas que cerraron durante el primer semestre de 2018 mediante este procedimiento habrá que esperar, tal y como apunta Diego Comendador, director de Aspac, hasta agosto “que es cuando los juzgados dan los datos al INE. Nosotros lo que hacemos mientras, y de dónde se obtienen los datos del balance, es realizar un seguimiento del BOE. Entonces, se produce un pequeño decalaje debido a las fechas”.

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Un desajuste que no afecta a las razones por las que las empresas zombis siguen el alza y es que “el empresario, ya sea persona física o jurídica, concursa muy tarde. Este empresario quieren evitar a toda costa el concurso y, para ello, va consumiendo los recursos hasta que finalmente acaba presentándolo como un mero trámite”. Una forma de actuar, continúa Comendador, “que no es muy ortodoxa, porque está utilizando los medios públicos como son los juzgados para tramitar un expediente que aunque se abra y se cierre en el mismo auto, consume tiempo y recursos”.

De esta forma el empresario no utiliza la Ley Concursal correctamente, que permitiría al empresario conseguir un convenio con sus acreedores para que su negocio pudiese seguir funcionando, explica el presidente de Aspac.

Crece el número de autos abiertos por personas físicas

Otro de los aspectos que más ha llamado la atención a la Asociación Profesional de Administradores Concursales es el crecimiento de autos abiertos por las personas físicas en Barcelona, pues mientras que este tipo sólo ha crecido en 10 puntos en Madrid de 2017 a 2018, en la Ciudad condal ha pasado de 67 a 134. Según Diego Comendador, este incremento -que califica de “barbaridad”- puede deberse a que “en Cataluña se tenga un mayor conocimiento de la Ley concursal y de la exoneración del pasivo insatisfecho, o porque hay más insolvencia”.

El hecho de que sea una persona física la que abra el concurso de acreedores tiene una serie de particularidades ya que el art. 178 bis de la Ley Concursal, tal y como señala Aspacc, permite la exoneración del pasivo insatisfecho al deudor, es decir, que el empresario pueda cerrar la empresa sin tener que pagar a sus acreedores, siempre y cuando éstos no sean el Estado. En palabras del Comendador: “La persona física tiene la Ley de segunda oportunidad, que permite abrir un procedimiento y cerrarlo en dos, tres o cinco meses -por lo que ya no se estaría hablando de una empresa zombi- y con el que se busca que al empresario se le perdonen las deudas”.

“La ley de segunda oportunidad implica que tu liquidas tu patrimonio, pero empiezas con tu vida a cero. Antes, cuando se iba a un concurso, se seguía debiendo dinero hasta finalizar el pago de todas las deudas con lo que los ingresos por un nuevo trabajo, por ejemplo, iban destinados a ese pago. Esto fomentaba la economía sumergida” señaló Comendador.

Un ejemplo de segunda oportunidad que pone el presidente de Aspacc sería una persona física que abre un concurso con una deuda de 300.000 euros de los que 100.000 euros son deudas con las Administración y los otros 200.000€ son deudas con otras entidades. Ésta persona tiene un piso con un valor de 100.000 euros. Con su venta consigue saldar la deuda con la Administración y puede comenzar de nuevo porque el resto no tiene obligación de pagarlo.

Aspac señala, en el comunicado emitido, que la retribución del administrador concursal de dichos concursos -los abiertos por persona física- tienen una limitación especial respecto a su cuantía, que habitualmente no alcanza los 15 euros la hora, algo que los hace poco atractivos desde el punto de vista económico para ellos. Asimismo, vuelve a denunciar la necesidad de profesionalizar el sector, limitando el acceso a la profesión, ya que no tiene sentido que exista una media 12.000 administradores concursales para tramitar los 4.000 concursos de acreedores que se realizan anualmente.