Muchos no podrán volver a abrir sus puestos

La difícil situación de los miles de autónomos que viven de los mercadillos

Los autónomos que viven de las ferias de muestras y, sobre todo, los de los mercadillos -añgunos históricos- llevan dos meses si actividad. Estos vendedores viven al día y piden que se les tenga en cuenta a la hora de las ayudas, también por parte de los ayuntamientos. De lo contrario, muchos no podrán volver a abrir sus puestos.

La difícil situación de los miles de autónomos que viven de los mercadillos

La crisis sanitaria y económica generada por el Covid-19 ha provocado la cancelación de cientos de ferias, congresos y mercadillos. Con ello se ha paralizado o aplazado, casi por completo, la actividad de los autónomos, cuyos ingresos dependían de estos puestos. Se trata de uno de los sectores más castigados, máxime porque no saben cuando podrán reanudar su actividad. Sobre todo los autónomos dedicados exclusivamente a la venta ambulante

Los vendedores ambulante son autónomos cuya actividad comercial de venta al por menor se realiza generalmente en lugares públicos sin establecimiento comercial permanente que utilizan instalaciones desmontables, transportables o móviles. Viven al día de los mercadillos, pop ups, rastros y ferias. Algunos de ellos de gran valor cultural e histórico como el Rastro de Madrid, el de Els Encants en Barcelona, el de Mestalla en Valencia o el "Mercadillo del Jueves" en Sevilla. Pero hay miles que se distribuyen por ciudades y pueblos a lo largo de toda la geografía española cuya importancia es vital porque vertebran estas localidades y las nutren de artículos y productos. Además, suelen tener gran un atractivo turístico.

Actualmente, se estima que en España hay alrededor de 5.000 mercadillos y 174.000 puestos de venta ambulante, todos ellos cancelados desde hace dos meses.  Una pérdida considerable, teniendo en cuenta que en este sector se mueven en torno a 1.500 millones de euros anuales.

Tal y como explicaron desde la Asociación Profesional de la Venta Ambulante (APDEVA), se trata de un sector que está compuesto casi al 100% por autónomos, con empleos directos e indirectos, que revalorizan la economía local, y la cultura y tradiciones ancestrales. Son miles de profesionales cuyo negocio, la venta en mercadillos, corre un grave peligro de desaparecer si no se les deja volver  de inmediato a la actividad.

El colectivo ya sufría los efectos de la globalización y la digitalización. Con está nueva situación de la pandemia, se han visto en una tesitura casi insostenible. Han cesado por completo su actividad lo que es un problema teniendo en cuenta que  "viven al día y no pueden afrontar sus gastos para  bienes básicos".  Además, debido al riesgo de contagio, no saben cuándo se permitirá reanudar esta actividad ni en qué condiciones, por lo que reclaman información y ayudas.

A mediados de marzo, la mayoría de comunidades autónomas suspendieron los mercadillos, aunque en algunos casos dejaron que siguiesen operando los de alimentación, como en el País Vasco, Navarra, zonas de la Comunidad Valenciana y Murcia, y alguna ciudad andaluza.

Aunque las pérdidas ya son muy elevadas, todavía estarían a tiempo de salvar su economía si se reactivasen estos eventos. “Somos trabajadores muy humildes, que sobrevivimos a base de mucho esfuerzo, con beneficios mínimos y que no merecemos que se nos olvide”. 

Las ferias también se han anulado cuando mayor negocio generan

Por su lado, las ferias que se celebraban con motivo de fiestas locales resistían antes de esta crisis como podían al descenso de clientes, la competencia de las grandes empresas y la presión de los ayuntamientos. Ahora, su actividad es nula. “Absolutamente todos, independientemente del tipo de negocio que ejerzan en este sector, se han quedado sin poder explotar su actividad durante este periodo de declaración inicial, sus prórrogas y todo el tiempo a posteriori durante el que se decida seguir con la prohibición de organizar ferias y fiestas por motivos de afluencia y aglomeración de público”, explicó la Asociación de Ferias.

A esto, hay que sumarle que dichas suspensiones están teniendo lugar en fechas en las cuales se genera un mayor volumen de negocio y con las que cubren una parte importante de los gastos. “Las ferias trabajan en fechas muy concretas, ligadas a grandes fiestas que son de corta duración. Esto quiere decir que generan ingresos pocos días al año”, comentaron desde la Asociación de Feriantes. A lo que añadieron que “tampoco sirve como solución el aplazamiento de las ferias a lo largo del año, ya que se solaparían con las ya habituales en esas fechas, siendo literalmente imposible”.

Los vendedores ambulantes piden apoyo

El colectivo de vendedores ambulantes pide apoyo para poder salir adelante. “Los ingresos actuales son nulos y se van a mantener así mientras dure la crisis sanitaria”. A lo que añadieron que, “como todos los gremios, necesitamos de una buena inyección de ayudas por parte de las administraciones y que se nos tenga en cuenta, ya que es una actividad de la que dependen muchas familias".

Las demandas no se dirigen sólo al Gobierno central, sino también a los Ayuntamientos, que es donde se celebran los mercadillos y las ferias y con los que se firman los convenios. "Estamos a la espera de que todo se normalice un poco para pedir apoyo específico al Gobierno central, a nivel autonómico y de los ayuntamientos”.

Por ejemplo, desde la Asociación de Vendedores Ambulantes esperan que las tasas de utilización de suelo público no se cobren hasta que haya una recuperación y estabilización de este sector. Además, estos autónomos han tenido complicado acceder a las ayudas del Gobierno, como el cese de actividad extraordinario. Es el caso de Manuel, autónomo y trabajador discontinuo: “desarrollo mi actividad en un puesto y siempre me doy de alta en autónomos de abril a octubre, ya que son las fechas de comuniones, bodas y, por supuesto, ferias”.

Por eso, asociaciones y organizaciones de mercadillos han construido una plataforma de ámbito nacional para defender al colectivo de las amenazas. “Seguimos amenazados y en breve tiempo podríamos ver desaparecer a miles de microempresas familiares que componen hoy en día los actuales mercadillos”. 

Reapertura de los mercados al aire libre

En el plan de desescalada presentado por el Gobierno, la reapertura de los mercados al aire libre quedaría autorizada desde la fase 1, a partir del próximo 11 de mayo, siempre que el Ayuntamiento correspondiente lo permita, con una limitación inicial al 25% de los puestos habituales o bien, aumentando su superficie. Eso sí, sólo para productos agroalimentarios.

Cientos de vendedores ambulantes  esperan a que se autorice una actividad -la de venta de productos esenciales- que, sin embargo, no se ha bloqueado para el resto de comerciantes. Por ello, el colectivo no entiende por qué les obligaron a parar por completo. La actividad que desempeñan es de las consideradas esenciales en el  estado de alarma que, sin embargo, les cerró el espacio que tienen para la venta de su mercancía. De hecho, piensan que son útiles y pueden ayudar ante esta situación. “Ayudaríamos a descongestionar colas y acumulaciones de gente”, apuntaron desde la Asociación de Vendedores Ambulantes.

Además, ”somos necesarios y podemos contribuir mucho en estos tiempos difíciles, aportando a los ciudadanos artículos de muy buena calidad a buenos precios y además productos de cercanía que vienen bien para ayudar al tejido empresarial de la zona”.

Por ello, piden que se reactiven los mercadillos de inmediato, “pues no tienen mayor riesgo que cualquier otro comercio y pueden aportar muchos beneficios".De hecho, unos 25.000 pequeños agricultores de COAG suelen vender sus productos en ese tipo de mercados y,  entre los que más dependen de dicha venta, destacan los nuevos agricultores jóvenes y quienes se dedican a la agricultura ecológica.

Asimismo, el representante de la Unión Nacional de Empresas del Comercio Ambulante (Uneca), Carlos Martí, señaló que el 93 % de los comerciantes ambulantes en España ha cesado su actividad estas últimas semanas, frente al 7 % que se ha mantenido con el comercio itinerante, menor que el de los mercadillos.

¿Y qué sucederá con la ferias de muestras?

En España, se pueden llegar a celebrar en un año más de 400 ferias, enfocadas a distintos sectores. Desde ganadería, hasta alimentación o mobiliario. Muchos autónomos y pequeños negocios las emplean como estrategia para dar visibilidad a sus proyectos y cerrar ventas.

Sin embargo, las aglomeraciones y la movilidad están restringidas desde el 14 de marzo, por lo que han tenido que paralizar su actividad dejando a miles de autónomos, negocios y startups sin visibilidad. Tanto es así que, según datos de la Asociación de Ferias Españolas (AEF), se han cancelado o pospuesto más de 190 ferias y el sector ha perdido unos 5.000 millones de euros. 

Las creaciones de diseñadores, las obras de artistas o las innovaciones tecnológicas de distintas startups han dejado libres los recintos para que se utilizaran para temas sociales y sanitarios. “IFEMA readaptó sus espacios tras declararse el Estado de Alarma, para levantar el mayor hospital de emergencias que sirviera para descongestionar la situación crítica que vivía el sistema hospitalario. Por lo tanto, hemos estado ocupados en dar servicio a la sociedad.

Ello, lógicamente, supuso la toma de decisiones consensuadas con los distintos sectores de aplazar y buscar nuevas fechas para las ferias previstas antes de verano.Ha sido un tiempo de parón de la actividad ferial pero también un tiempo en activo para preparar  la vuelta con las máximas garantías  de salud, seguridad y movilidad, así como con nuevas fórmulas feriales adaptadas a la nueva situación”, apuntó Eduardo López-Puertas, Director General de IFEMA.

También cabe mencionar que las ferias atraen público de diferentes lugares, es decir, se abren al mundo para recibir a un gran número de visitantes. Sin embargo, la situación actual, las medidas de seguridad y la desescalada por fases impiden la movilidad. Los feriantes exponen sus artículos en esos eventos para dar visibilidad a sus propuestas y llegar al público. “Si no permiten la movilidad, no tiene sentido porque es un gasto innecesario”, comentó Carlos Mejía, que ha expuesto varios años en la feria de muestras de Zaragoza.

Por su lado, Eduardo López-Puertas, Director General de IFEMA, explicó que “es un punto clave para la recuperación de la normalidad. Por ello, y mientras estén vigentes las medidas de seguridad sanitaria, estamos desarrollando un plan de hibridación de nuestras ferias, precisamente para ayudar a dar contenidos y soluciones en el entorno de las relaciones comerciales con la ayuda de la tecnología, evitando así concentraciones de público”.

Debido a la situación, la Asociación de Ferias Españolas (AFE) y la Asociación de Palacios de Congresos de España (APCE) que representan a los principales recintos y organizadores de ferias comerciales y a los palacios de congresos en nuestro país, uno de los más destacados de Europa en las dos actividades, se han unido para pedir ayuda y poder salir adelante.

La suma de ambas genera un impacto económico inducido anual de más de 12.000 millones de euros y supone miles de empleos directos e indirectos. Además, este escenario genera un claro efecto dominó para muchos otros sectores relacionados (alojamiento, restauración, viajes, transportes, montaje de stands, audiovisuales, azafatas e intérpretes, iluminación y sonido, servicios diversos, ocio y muchos otros). Por ello, han decidido sumar esfuerzos para solicitar ayuda del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con la finalidad de paliar los efectos de la crisis generada por el COVID-19. Entre ellas, han pedido ayudas para los proveedores, expositores…

Nuevas alternativas para seguir trabajando

Para el sector, es fundamental recuperar la actividad, ya que las ferias se han consolidado como un instrumento clave para impulsar negocios, y su contribución a la economía y su aportación en la difusión de conocimientos, son fortalezas muy apreciadas. Cabe destacar también que, a pesar del panorama negativo, han demostrado su capacidad de reacción a las circunstancias. El sector se está digitalizando. Por ejemplo, la Fira de Barcelona ha puesto en marcha una feria en formato virtual, la imposibilidad de celebrar las muestras debido a los efectos del confinamiento.

Mientras se mantengan las medidas de seguridad por parte de los Gobiernos, y siga estando afectada en cierta medida la movilidad, se irán implantando nuevas fórmulas apoyadas en la tecnología. Afortunadamente, a IFEMA, le ha cogido preparada esta crisis, ya que lleva trabajando en los últimos años en una estrategia de transformación digital, que nos ha ayudado mucho en estos momentos para afrontar inversiones y actuaciones en esta vía”, concluyó Eduardo López-Puertas, Director General de IFEMA.