No quieren que se toque el Impuesto de Sociedades

Los economistas piden bajar cotizaciones a cambio de la subida de impuestos medioambientales

Pese a la carga fiscal que soportan los españoles, perece ser que la recaudación procedente de las tasas de hidrocarburos, emisiones, transporte o matriculación de vehículos, entre otros, están muy por debajo de la media europea. No obstante, un incremento de los tipos en estos productos ha de compensarse con la bajada de cotizaciones y el mantenimiento de las bonificaciones y exenciones en el Impuesto de Sociedades.

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Los economistas piden bajar cotizaciones a cambio de la subida de impuestos medioambientales

La política fiscal de España necesita, según los expertos, una revisión en profundidad que permita redistribuir la carga impositiva de forma eficiente y permita corregir los desequilibrios de la economía. Para ello, y entre otras medidas, se han de reducir las cotizaciones sociales y los tipos aplicados tanto a los impuestos directos (IRPF y Sociedades) como al ahorro, a cambio de revisar al alza algunos impuestos indirectos, especialmente los medioambientales, según el Instituto de Estudios Económicos (IEE) y el Consejo General de Economistas (CGE) .

Según el informe Taxation Trends in the European Union elaborado por la Comisión Europea, los ingresos por este concepto suponen un 1,8% del PIB frente al 2,4% de media de la Unión Europea. Así, “junto con Irlanda, España es el país que menos recauda en impuestos medioambientales lo que permite que haya margen para aumentar la carga impositiva”, ha explicado José Luis Feito, presidente del IEE, durante la jornada ¿Se pagan muchos impuestos? organizada por el CGE. Esta opinión ha sido compartida por el ex portavoz de Economía del Partido Socialista en el Congreso, Juan Moscoso del Prado, quien ha aseverado que “en impuestos como el diésel estamos lejísimos de la fiscalidad europea”. Ambos han reconocido que “hay margen” para aumentar la carga impositiva en productos contaminantes como los hidrocarburos, pero “hay que hacerlo con todos, no sólo con el diésel como ha propuesto el Gobierno", puntualizaba Feito.  

Valentín Pich, presidente del CGE, que también se mostraba favorable a una revisión al alza de los tipos, defendía que “lo prioritario es reorganizar los impuestos medioambientales. Necesitamos un modelo de financiación autonómica serio. No se puede hacer nada en el ejercicio de la fiscalidad medioambiental, ni pueden llegar de una manera ordenada si no cambiamos el sistema”. Así, desde el CGE proponen que, en los impuestos autonómicos, sea el Estado quien determine “los que sean necesarios” y ceda “recaudación y capacidad normativa a los territorios”. Ente estos están los Actos Jurídicos Documentados (AJD) que grava las hipotecas, que tras la marcha atrás del supremo tendrán que asumir los clientes, “es un impuesto decimonónico que no tiene cabida en la era digital”, afirmaba Pich. Asimismo, apuntaba la decisión del Gobierno de que sean los bancos quienes lo asuman a partir de ahora se traducirá en “un incremento de costes de los préstamos”.

A lo que no se han referido los economistas en sus tesis es al sobrecoste de entre 1.500 y 2.000 euros al año que, según los cálculos de la Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos (ATA), supondrá para los autónomos la subida del diésel de hasta 13 céntimos por litro que se gesta por parte del Ejecutivo de Sánchez. Cabe recordar que este combustible es empleado por el 70% de los autónomos.

El IVA reducido y superreducido, es otro de los gravámenes sobre los que hay que actuar a corto plazo. “Eliminando el tipo superreducido -que es el que más beneficia a las rentas altas- se ingresarían entre 8.000 y 10.000 millones de euros más cada año”, aseveraba el presidente de la IEE.

Asimismo, tasas como las de basuras o el canon del agua son, en opinión de los economistas, otros de los gravámenes en los que hay espacio para la revisión. “Antes o después habrá que hacer algo”.

Ni cotizaciones ni sociedades se tocan

Financiar las políticas de gasto y avanzar en la mejora del estado de bienestar exige recursos financieros, “estamos en un momento crítico”, afirmaba Moscoso. En este sentido, según el IEE y el CGE, la solución no pasa por subir los impuestos que gravan la actividad productiva y empresarial, es decir Sociedades y cotizaciones, tal y como planea el Gobierno. “Los costes laborales en España son muy elevados” lo que supone un lastre para la productividad, el crecimiento de las empresas y la generación de empleo. Por tanto, “no tiene sentido que se toquen las cotizaciones sociales, sentenciaba el presidente del IEE.

Tampoco es partidario de la subida del Impuesto de Sociedades (IS) que propone el Ejecutivo de Pedro Sánchez. “No trae nada bueno para quienes la defienden. Más cuando la tasa de tributación de las empresas es de las más elevadas de Europa”, afirmaba Feito, quien ha cifrado en el 23% el tipo efectivo que abonan las empresas del IBEX. Porcentaje 13 puntos superior al que se viene ofreciendo por parte de Hacienda que justificó en la “manipulación torticera” de los datos que hace la Agencia Tributaria, a la que acusó de “tomar sólo las bases imponibles positivas y no las negativas”. Actualmente el 60% de las empresas siguen en pérdidas mientras que en 2007 la cifra estaba en torno al 50%, “en condiciones normales las empresas españolas pagarían más que las de la Unión Europea”.

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En este sentido, Moscoso puntalizaba que “la base imponible de las grandes corporaciones y grupos de empresas se trata de manera desigual respecto a las pymes”. Aunque ha defendido la reforma de Sociedades que plantea el Gobierno, ex portavoz socialista del Congreso ha alertado de que “hay que hacerla incentivando la generación de empleo, la innovación y la inversión”.

El impuesto al diésel apenas afectará al consumo pero si al autónomo

En respuesta a una pregunta acerca de si la subida de impuestos al diésel se trasladará al consumo, los economistas coinciden en que el impacto será "puntual. Si se traslada a los precios, el IPC subirá los primeros meses para después recuperar la senda normal”. No obstante, el riesgo está en que no pueda repercutirse ni a clientes ni a proveedores. En tal caso sería asumido por el autónomo o empresario y,“si se lo tragan, se notará en los salarios y la creación de empleo”, explicaba Feito.   

España es uno de los países con unos ingresos impositivos inferiores a la de la Unión Europea. En términos de PIB, que en 2016 (últimos datos publicados) fueron del 33,3%, situándose 5,3 puntos por debajo de la media europea del 38,9% y más de 12 puntos por debajo de Dinamarca (46,4%) y Francia (45,6%), países donde más se recauda vía impuestos, según Eurostat. Mejorar estas cifras vía impuestos y situarlas al nivel de las de los 28, tal y como viene recomendando la Comisión Europea, requiere tener en cuenta las particularidades de la economía española. El país cuenta con el tercer PIB per cápita más bajo de los 28 (sólo por detrás de Grecia y Portugal), una tasa de empleo de tan sólo el 64% -penúltima entre los 28 y más de siete puntos inferior a la media-, el elevado nivel de deuda externa (86,9%) y el déficit más alto de los 28 (-3,1%).

“No se puede converger en impuestos si haber convergido antes en renta”, detallaba Feito, quien insistía en que “somos el país de la Unión Europea que menos gravan el consumo y el trabajo pero que más gravámenes impone sobre el capital”.