Las máquinas de diagnosis cuestan entre 2.000 y 6.000 euros

La entrada del vehículo eléctrico obligará a los talleres a reconvertirse

Muchos de los autónomos que están al frente de talleres independientes todavía no han iniciado el su adaptación hacia los coches sin emisiones. Una de las causas es la inversión que requiere. Una máquina de diagnosis cuesta hasta 6.000 euros y hay que tener una por cada marca de coche. Además hay que sumar su mantenimiento.
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Foto: Cetraa
La entrada del vehículo eléctrico obligará a los talleres a reconvertirse

Mucho se ha escrito sobre la bondad y lo perverso del vehículo eléctrico para consumidores, marcas, y medio ambiente. Ahora bien, poco se ha hablado del impacto que puede tener en un sector en el que la tasa de paro es prácticamente cero. Los talleres independientes de reparación de vehículos.

Según destaca Faconauto, a partir de los datos de un informe elaborado por la consultora Solera, la implantación del coche eléctrico supondrá un descenso de la facturación de estos negocios de un 38% por, entre otras cuestiones, la desaparición de unas 25 piezas que ahora se integran en los vehículos diésel o gasolina. Pese a la gris perspectiva, en el caso de los talleres mecánicos que no dependen de una marca o talleres independientes, “muy pocos están adaptándose al vehículo eléctrico, afirma Guillermo Moreno, vicepresidente de CETRAA (Confederación Española de Automóviles y Afines) que representa a cerca del 70% de los talleres de reparación de vehículos en España.

A diferencia de los talleres de los concesionarios de marcas que sólo requieren la instalación de una única máquina de diagnosis, en el caso de los talleres independientes necesitan una por cada marca con la que trabajen. Es decir, si el taller presta servicio para Seat, Renault, Mercedes y Ford tienen que disponer de cuatro diferentes. Esto requiere, además de espacio, una importante inversión inicial que oscila entre los  2.000 y 6.000 euros por máquina.

Desembolso que no es baladí para los, aproximadamente, 43.000 negocios -la mayoría de carácter familiar con una media de entre seis y ocho trabajadores- que integran un sector emplea a unas 151.000 personas, según los datos de Conepa (Federación Española de Empresarios Profesionales de la Automoción).

Sin embargo, la barrera no es tanto la inversión inicial como la sostenibilidad a futuro. “El problema es el mantenimiento de las máquinas que, dependiendo de las marcas puede suponer entre 700 y 1.000 euros al año”, explica Moreno.

Y todo ello sin apenas ayudas. Si bien para la compra de vehículos eficientes el Gobierno puso en marcha el Plan Moves cuyo presupuesto inicial para 2019 es de 45 millones de euros que son gestionados por las comunidades autónomas, los profesionales de los talleres de reparación de vehículos y, especialmente los de los independientes, se sienten huérfanos. “En este momento no hay ayudas. Y las pocas que hay llegan tarde y casi nunca a quienes más lo necesitan que son los talleres pequeños”, lamenta el vicepresidente de CETRAA y presidente del sector de la automoción en la Comunidad Valenciana y Alicante.

Formación continua

Aunque los talleres de reparación de vehículos facturaron el primer semestre del año 6.350 millones de euros, un 2,4% más que en el mismo periodo del año precedente, la incertidumbre acerca de cuál y cómo será el coche del futuro planea sobre el sector. Además de la inversión en recursos materiales la formación de los empleados es una de las piezas claves para la subsistencia en el futuro más inmediato. “El que no está preparado hoy en día no puede trabajar”, asegura tajante Guillermo Moreno.

En este sentido explica que el reciclaje de los trabajadores es uno de los valores diferenciales de una actividad económica donde la robotización está teniendo un mayor impacto. A este respecto en CETRAA calculan que un 20% de los mecánicos podrían quedarse sin empleo si no se forman. “Es una profesión muy dura y muy difícil en la que no podemos estancarnos porque si no damos respuesta a los cambios producidos por los avances tecnológicos nos quedamos fuera del mercado”. Y añade, “no nos da miedo pero hay que prepararse”.

A diferencia de lo que ocurre con la inversión en maquinaria, tanto el Gobierno central como los gobiernos autonómicos y las propias asociaciones sí han puesto en marcha planes de formación específica para el sector. “Los ha habido, los hay y espero que los siga habiendo”, constata el vicepresidente de la Confederación de Talleres.

Este tipo de cursos que, dependiendo de la tipología oscilan entre las 30 y las 240 horas, son muy demandados. De hecho, “se suelen impartir los viernes por la tarde y los sábados por la mañana -horarios en los talleres no prestan servicio- porque así nos lo han pedido los propios alumnos”, comenta.   

A pesar de ello la falta de cualificación es algo con lo que tiene que bregar el sector en la actualidad. Incluso, esta circunstancia ha hecho que los salarios crezcan por encima de la media.

Estabilidad y certidumbre

Además de la llegada de los vehículos sostenibles los talleres mecánicos también se están viendo afectados por la situación política. “Hay desanimo, inquietud e incluso cierto miedo porque no sabemos qué va a pasar ni cómo actuar. Las inversiones y, por tanto, la contratación están paralizadas”, afirma Moreno.

A este respecto desde la Confederación piden “estabilidad y transparencia” y solicitan al futuro Gobierno que antes de realizar anuncios como el de la subida del diésel hablen con el sector por el efecto negativo que puede tener en los sectores más sensibles. Y apuntan que, desde que se anunciase la medida, las facturación ha caído en torno a un 20%.