Una normativa "injusta", "inviable" e "innecesaria"

Esto es lo que opinan a pie de calle los pequeños negocios sobre el registro obligatorio de la jornada

Ya hace más de 15 días que todos los negocios españoles tienen la obligación de registrar la jornada de sus empleados. La nueva normativa no entiende de tamaños. Grandes y pequeñas empresas deberán registrar la entrada y salida de sus trabajadores. Pero ¿qué opinan a pie de calle los autónomos afectados?

Esto es lo que opinan a pie de calle los pequeños negocios sobre el registro obligatorio de la jornada

Ferreterías, carnicerías, floristerías o restaurantes. Negocios familiares que de la noche a la mañana se han visto obligados a registrar la jornada de sus trabajadores. Sus entradas y salidas deberán quedar registradas a diario, sea cual sea el contrato, y sea cual sea el tamaño de su negocio. Durante cuatro años tendrán que guardar el registro si no quieren enfrentarse a sanciones de 626 a 6250 euros. Ya hace más de 15 días desde aquel 12 de mayo de 2019, cuando entró en vigor el Real decreto ley 8/2019 y se hizo efectiva la obligación de registro para todos los negocios.

Muchas asociaciones de autónomos y empresarios ya se han posicionado al respecto. Para ellos, la nueva normativa es un verdadero despropósito. Así lo definía Lorenzo Amor, el presidente de la Federación de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que tildó el registro horario de “chapuza que hace que volvamos al siglo pasado”. Y es que, el presidente de la mayor asociación de autónomos de España lo tiene claro: “ la ley no puede ser igual para una empresa con 50 trabajadores que para un pequeño empresario con dos trabajadores”.  

Es de sobra conocido lo que opinan plataformas y asociaciones. Pero ¿Qué opina la carnicera al frente de un negocio en un pequeño barrio de Zaragoza? ¿y el autónomo al frente de una floristería familiar con menos de cinco empleados? Hace poco más de dos semanas que se puso en marcha este sistema y los pequeños negocios ya lo tienen claro: el registro les quita flexibilidad y añade una carga de trabajo innecesaria.  

Menos flexibilidad y más carga de trabajo 

De la noche a la mañana, los negocios familiares se han tenido que adaptar a una normativa que, en realidad, no piensa en ellos. Los calificativos más generalizados son una ley “injusta”; “inviable”;“con lagunas” y, sobretodo “innecesaria”.  

Donde antes regía la confianza y flexibilidad, se ha impuesto un sistema que, “en el mejor de los casos, no sirve para nada. Tiene lagunas, el que quiera sortearlo, lo sorteará y el que quiera aplicar un registro fiable, y automatizado tendrá que hacer frente a costes, a veces, inabarcables” explicaba el dueño de Burgiñon, una floristería madrileña que se ve abocada a hacer el registro de forma manual, por que, entre otras cosas, las empresas de softwares de registro más competitivas no dan a basto con la demanda.  

Aseguró que este sistema les ha cogido desprevenidos y que ha sido un verdadero golpe para su economía. “Las floristerías tienen un margen de beneficio muy reducido y necesitan mucha mano de obra. En las épocas de gran demanda,  podíamos permitirnos más trabajadores que cubrieran horas de más y esas horas se le acababan devolviendo más adelante. Era cuestión de flexibilidad, un intercambio de favores. Ahora, simplemente es inviable. Tener a un trabajador en nómina con todas las horas extras incluidas incrementa hasta un 75% el coste de la hora”.  

Un sistema para grandes empresas no para pequeños negocios 

El nuevo registro horario ha dejado descontentos a la mayoría de autónomos al frente de negocios familiares. Es el caso de Patricia Salmerón, dueña de la carnicería que lleva su apellido, un negocio en el que de los tres trabajadores contratados, dos son parte de su familia. “Entiendo que este sistema sea útil para grandes empresas, donde dueños y trabajadores prácticamente no se conocen pero ¿qué utilidad tienen registrar la entrada y la salida de mi marido o mi hijo?”.  

Esta carnicería situada en un pequeño barrio de la capital aragonesa empezó a hacer el registro hace dos semanas. Tras estos quince días, su dueña reconoció que sigue sin entender la finalidad de este sistema para un negocio como el suyo. “Somos familia y no vamos a tirar piedras en nuestro propio tejado. Lo único que aporta el registro son más cargas administrativas por que el que quiera sortearlo, lo va hacer sin problemas. A fin de cuentas –al menos en nuestro caso- es tan solo un papel. Hecha la ley, hecha la trampa" concluyó Salmerón 

La mayoría registran la jornada de forma manual 

La mayor parte de los negocios españoles registran las horas de sus trabajadores de forma manual. Así lo estimó la empresa de soluciones digitales Aggity que, tras un estudio entre más de un centenar de negocios, llegó a la conclusión de que el 47% de los negocios carecen de sistemas automáticos de registro. Este porcentaje incrementa exponencialmente cuando se trata de negocios familiares.

Y es que, esta forma rudimentaria de registro es también la más barata. Así lo explicó Mari Carmen Dueso, dueña del restaurante libanés La Feria, un negocio familiar con seis empleados que se adelantó dos años a la entrada de la normativa.

"La entrada del registro no nos ha cogido desprevenidos. Registramos desde hace tiempo la jornada de nuestros empleados puesto que la mayoría están a media jornada. Lo empezamos a hacer de forma manual y seguiremos haciéndolo así. No estamos dispuestos a hacer frente al coste de implementar un sistema de registro automático. Confiamos en nuestros trabajadores y ellos confían en nosotros. En otras palabras: para lo único que nos sirve hacer el registro es para cumplir con la normativa" concluyó la dueña de este restaurante situado en la capital aragonesa. 

Lo misma opina Sergio Almorín, encargado de "Ideas prácticas del hogar", una pequeña ferretería dónde él es el único empleado. "Creo que es un sistema que mejora las condiciones de trabajo en las grandes fábricas no en pequeños negocios de barrio. Como empleado, no veo la utilidad de implantar un sistema de control tan estricto en un negocio, donde hay absoluta transparencia y confianza. El registro de la jornada en pequeños negocios de ningún modo beneficia al autónomo,pero tampoco al trabajador. La flexibilidad y la confianza es parte de la relación laboral en los negocios familiares y eso,vale más que cualquier hoja de registro" concluyó Almorín.