Un estudio afirma que los consumidores prefieren la experiencia al precio cuando compran en los negocios
Un reciente estudio afirma que los consumidores españoles se muestran más dispuestos a gastar en productos y servicios que les ofrezcan algo más que lo esencial: buscan mayor conexión emocional con los negocios.
Tras estos casi dos años de presiones inflacionistas, el panorama económico empieza a mostrar señales de estabilización. Un cambio que no sólo se refleja en los precios de productos básicos, sino también en un renovado interés de los consumidores por experimentar compras que les brinden satisfacción más allá de lo esencial. Y es que, a medida que la subida de precios se modera, los españoles muestran una creciente intención de gastar, aunque de manera más selectiva y en negocios que les ofrezcan algo más que un simple intercambio comercial: buscan, por así decir, mayor conexión emocional.
Con este telón de fondo, el reciente estudio Consumer Pulse, de Dunnhumby, revela una tendencia emergente: los consumidores españoles, tras meses de ajustarse a un entorno económico complicado, muestran ahora mayor predisposición a gastar en productos y servicios que no sean de primera necesidad y que les brinden una experiencia más rica y satisfactoria.
Uno de los primeros signos de esta estabilización inflacionista se observa en la tradicional "operación despensa", que marca el regreso a la rutina tras las vacaciones de verano. Este año, la cuesta de septiembre se presenta con menos dificultades que en años anteriores. Los precios de productos como la leche, la pasta y los aceites han mostrado una tendencia a la baja, y la eliminación del IVA en alimentos básicos ha ayudado a que la vuelta a la normalidad sea más llevadera para las familias.
Disminuye la frecuencia de compra en negocios que ofrecen descuentos a los consumidores
Aunque todavía un 39% de los consumidores sigue buscando productos más económicos, según el estudio, esta cifra ha disminuido desde el 47% registrado en estudios anteriores. Esto indica un aumento en la confianza de los compradores, quienes empiezan a pensar más allá de sus necesidades básicas y se sienten más dispuestos a disfrutar de pequeños caprichos.
Los comportamientos de consumo han evolucionado notablemente. Por ejemplo, el porcentaje de personas que opta por comer en casa en lugar de salir a restaurantes ha disminuido del 23% al 15% en el último estudio, lo que sugiere un retorno gradual a hábitos de consumo previos a la crisis. Además, se observa una leve disminución en la frecuencia con la que los consumidores acuden a tiendas de descuento, lo que podría interpretarse como un deseo de buscar experiencias de compra más gratificantes, incluso si esto implica pagar un poco más.
Cuando se les pregunta sobre los caprichos en los que están dispuestos a invertir, los consumidores españoles destacan actividades de alta gama como viajar (43%), cenar fuera (41%) y comprar ropa o accesorios (27%). Estos comportamientos reflejan una búsqueda de experiencias que les permitan desconectar y disfrutar, lo cual sugiere que los negocios y pequeños comercios que logren conectar emocionalmente con sus clientes tendrán una ventaja competitiva significativa.
Este cambio en las prioridades de consumo abre nuevas oportunidades para los pequeños comercios. Aunque una parte de los caprichos mencionados por los encuestados se sitúan fuera del ámbito del comercio de proximidad, la diversificación del sector ofrece nuevas vías para captar la atención de los consumidores. Los programas de fidelización, por ejemplo, pueden ser una herramienta clave para mantener la conexión con los clientes, incluso cuando estos buscan experiencias fuera de los comercios electrónicos . Al ofrecer recompensas que se pueden canjear en actividades de ocio o en colaboración con otros negocios, los pequeños comercios pueden seguir siendo relevantes para los consumidores, satisfaciendo sus deseos de experiencias más emocionantes.
La personalización de las promociones es cada vez más importante para atraer a los consumidores
El llamado retail media en tienda, esto es la estrategia que utiliza medios de publicidad y promoción dentro de las tiendas físicas para influir en las decisiones de compra, emerge como una de las estrategias más efectivas para captar esta nueva demanda emocional. Más de un cuarto de los compradores (26%) afirman haber sido persuadidos para comprar un producto no planificado gracias a las promociones vistas en la tienda. Además, un 21% señala que las ofertas personalizadas enviadas directamente por los pequeños comercios también han influido en sus decisiones de compra. Estos datos destacan la importancia de adaptar las estrategias de marketing para satisfacer las necesidades funcionales de los consumidores, además de inspirarles y emocionarles.
En comparación con los medios tradicionales, como la televisión o la radio, esta forma de marketing en tienda se percibe como significativamente más inspirador para los consumidores. Este enfoque permite a los pequeños comercios no solamente capturar la atención en el punto de venta, sino también crear una conexión más profunda con los clientes, lo que a su vez puede traducirse en una mayor fidelidad y repetición de compra.
A medida que los consumidores buscan más que simples transacciones, los negocios y pequeños comercios que logren inspirar y emocionar tendrán un papel central en este nuevo escenario de consumo. El éxito en este entorno dependerá de la capacidad de estos para adaptarse a estas nuevas demandas, innovar en sus propuestas y medir de manera efectiva el impacto de sus iniciativas. Al final, lo que marcará la diferencia será la habilidad para emocionar a los clientes y ofrecerles algo más que productos: experiencias memorables que los conecten de manera más profunda con las marcas.