Se quedan las propinas de los ‘riders’

Geolocalizados y bajo amenaza de desconexión: así trabajan los repartidores de Deliveroo

UGT denuncia ante la Inspección de Trabajo a las plataformas digitales de reparto Glovo, Deliveroo, Ubereats y Stuart por establecer "relaciones laborales encubiertas" con sus repartidores, a los que contratan como autónomos pero sin margen para ordenar el trabajo ni fijar los precios de sus servicios.

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Geolocalizados y bajo amenaza de desconexión: así trabajan los repartidores de Deliveroo

Geolocalizados y sometidos a un régimen de sanciones y amenazas de desconexión de la app. Estas son dos de las prácticas con las que Glovo, Deliveroo, Ubereats y Stuart presionan a sus trabajadores.

Así consta en la denuncia que el pasado miércoles interponía UGT (Unión General de Trabajadores) ante la Dirección General de la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social (ITSS). Según explican desde el sindicato, cuentan con decenas de denuncias de trabajadores de las citadas empresas formuladas tanto a través de la web turespuestasindical.es como a pie de calle “compartiendo tiempo con ellos”.

Estas plataformas digitales de reparto de pedidos emplean la figura del autónomo (tanto independiente como económicamente dependiente) en las contrataciones. Sin embargo, son las propias compañías las que fijan los precios de forma unilateral, organizan y ordenan el trabajo y la forma de ejecución. Es decir, "deciden quien trabaja y quien no cada día, en qué zonas y el horario”, especifican en el escrito.

Por otra parte, la aplicación se ha convertido en el ojo que todo lo ve para los ‘riders’. Ésta cuenta con un geolocalizador permanente que permite controlar dónde y cuándo está el trabajador en todo momento. Además, registra el tiempo que se tarda en realizar el pedido. Tal y como relata el sindicato, la gota que colma el vaso, es que se les proporciona una batería externa “para que estén siempre conectados a la aplicación”.

Aún hay más. Sobre la cabeza de los empleados pesa la espada de Damocles de estar sometidos a un régimen sancionador. “De no acatar las instrucciones o decisiones, son castigados con el cese en la prestación del servicio, lo que llevan a cabo a través de la desconexión automática del trabajador de la aplicación o bien con una baja calificación en la aplicación efectiva”. Esto último implica que se reduzca el número de horas de trabajo -incluso hasta cero-, que distribuye la propia empresa.

En consideración de UGT, todo lo anterior constituye un “fraude de ley. Se establecen relaciones laborales encubiertas a través de la figura de falsos autónomos”.  

Se quedan con el IVA

Otra de las malas prácticas que destapa el sindicato es que las empresas “se quedan ilegalmente con parte de las propinas de los trabajadores”. Acción que justifican en el descuento de la parte proporcional del IVA. Sin embargo, esto no tiene ni pies ni cabeza ya que este tipo de recompensas económicas están exentas de impuestos.

También en el plano fiscal, serían las empresas y no los trabajadores quienes emiten las facturas.

En relación a las infraestructuras y material que los ‘riders’ necesitan para distribuir sus pedidos (bolsas, uniforme, etc…) esta es proporcionada por la empresa, pero a cambio han de depositar una fianza cuyo importe se deduce de lo que facturen por su trabajo.

Precedentes

La polémica sobre si los trabajadores de este tipo de empresas que emplean las plataformas digitales han de enmarcarse en el Régimen General o en el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) se extiende desde el pasado verano. Entonces, los ‘riders’ valencianos de Deliveroo interpusieron una denuncia cuya resolución se conocía esta misma semana. Ésta determinaba que se estaba produciendo una “relación laboral encubierta” y obligaba a la empresa al pago de 160.814,90 euros en concepto de cotizaciones sociales no satisfechas de los trabajadores.

Por otro lado, a finales de julio la misma compañía, con domicilio social en Madrid, se mostraba abierta a regularizar las situación de sus trabajadores mediante la firma de un Acuerdo de Interés Profesional (AIP) que les reconociese como TRADE (Trabajador Autónomo Económicamente Dependiente). Todo quedó en meras buenas intenciones.

Así las cosas, este tipo de compañías continúan aprovechando el vacío legal que ha generado la irrupción de la economía 4.0 para precarizar el trabajo autónomo. A este respecto, el pasado día 13 el Congreso aprobaba una iniciativa que llevará el debate a la mesa de la Subcomisión para la Reforma del RETA, con el objetivo de definir cómo han de establecerse las relaciones laborales en este tipo de empleos y evitar posibles abusos o usos fraudulentos de la figura del autónomo.

Por otra parte, se espera que la Bruselas se pronuncie al respecto, tal y como ya ha hecho en los casos de las plataformas de transporte de pasajeros como Uber y Cabify.