Uno de los sectores más afectados por la crisis

Los gimnasios tardarán en volver a la actividad y no saben en qué condiciones

Los gimnasios tendrán que esperar hasta la última de las fases de desescalada para volver a abrir sus puertas. Por supuesto, nada será como antes, aunque nadie les ha explicado aún el protocolo de prevención.

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Los gimnasios tardarán en volver a la actividad y no saben en qué condiciones

La crisis sanitaria y económica ha castigado a todos los negocios de uno u otro modo. También a los gimnasios y los centros especializados en distintas disciplinas deportivas. Un sector en alza antes del confinamiento que crecía a un ritmo medio del 7,4 % en el primer trimestre del año. Tanto es así, que raro es el barrio que no cuenta con uno de estos centros.

Pero a día de hoy, al comienzo de la fase 1 del plan de desescalada en media España y tras dos meses con servicios reducidos y limitados a la vía online,  desconocen en qué momento y en qué condiciones de higiene y seguridad podrán volver a abrir sus salas y vestuarios. De hecho, aseguran que todavía no han recibido protocolos oficiales por parte de las Administraciones. Una incertidumbre que pone en riesgo la reapertura y vuelta a la actividad de un sector que concentra a miles de autónomos y del que dependen 214.000 puestos de trabajo.

Su vuelta a la actividad está prevista para la fase 3 del plan del desescalada del Gobierno que, en el mejor de los casos y para las provincias que cumplan con los criterios sanitarios mínimos, podría llegar el 8 de junio. Aunque fuera así y abrieran en unas tres semanas, el sector calcula un 45 % menos de facturación que en el 2019. Pese a que las instalaciones ya mantienen un alto nivel de desinfección constante, aseguran que tendrán que invertir un 40 % más para cumplir las nuevas medidas higiénicas y poder salir adelante.

Uno de los sectores más afectados por la crisis

Los gimnasios, sobre todo los que están regentados por autónomos y pequeños empresarios, han sido de los negocios más maltratados por esta crisis. Con muy pocos recursos, estos trabajadores por cuenta propia han tenido que mantener instalaciones de enorme tamaño.

"De la noche a la mañana nos dicen que tenemos que cerrar. No hemos tenido ningún ingreso, pero todos los gastos imaginables”, denunció Jero García, autónomo desde los 20 años y famoso dueño de dos de los centros de boxeo más importantes de la capital, en los cuales ha tenido que aplicar un ERTE a sus empleados y pedirle a su casero un aplazamiento del alquiler.

Tanto él como los demás autónomos al frente de gimnasios y centros deportivos piden al Gobierno ,entre otras cosas,  una reducción del IVA al 4 % y ayudas para cubrir sus gastos al no tener ingresos. Sólo con medidas como éstas -aseguran- se podrá reactivar el sector. Y todavía son más necesarias para los gimnasios más pequeños, que se enfrentan a una reapertura sin capacidad para invertir en decenas de costas medidas de seguridad.

Su propio protocolo de apertura a falta de uno oficial

Los centros deportivos se preparan para volver a funcionar en la Fase 3 de la desescalada. A falta de medidas oficiales y ante la incertidumbre, el sector se ha unido a través de FNEID - Federación Nacional de Empresarios de Instalaciones Deportivas – para desarrollar un plan específico para una vuelta responsable y prudente. Se trata de un protocolo específico ante esta situación con el objeto de promover una vuelta responsable y prudente cuando los gimnasios reabran sus puertas, basadas en tres pilares: el control de aforo, la mayor higiene y la desinfección.

Entre las medidas, plantean reducir el aforo de la instalación un 30%, dejándolo en el 70% de lo que marque la licencia de actividad. Además, se deberá garantizar el distanciamiento social mínimo de 1,5 metros entre personas mediante la separación o alternancia de máquinas/equipamiento; el marcado de suelo; la vigilancia por parte del personal o cualquier otro método efectivo.

En cuanto al aforo de las clases colectivas o grupales, se asegurará un espacio mínimo de 2x2 metros por usuario al margen del profesor, recomendando el marcado en el suelo con cinta adhesiva o pintura. Lo mismo ocurrirá en los vestuarios: aforo a la mitad, distanciamiento se 1,5 metros y en el caso de las duchas, alternarlas asegurando distancias mínimas de 1,5 metros siempre que no estén individualizadas. También se evitará, en la medida de lo posible, el uso de secadores de pelo y manos.

Igual que ocurre en los comercios y en la hostelería, se recomendará el pago con tarjeta para evitar el contacto con monedas y billetes. Por supuesto, se precintarán las fuentes de agua y se intentará promover el uso individual de botellas de agua o bebidas isotónicas, etc.

El centro también estará obligado a facilitar los EPIs obligatorios establecidos por las autoridades sanitarias a cada trabajador para su protección individual y la de los usuarios, así como tomar la temperatura e instalar mamparas protectoras donde no se pueda garantizar una distancia mínima de seguridad de 1,5 metros. En este sentido, deberán actualizar la prevención de riesgos laborales de las empresas, dar formación específica para todos los profesionales en detección de síntomas y prevención del Covid-19, así como seguir las medidas preventivas establecidas.

Asimismo, los profesionales de entrenamiento personal mantendrán la distancia de 1,5 metros con el usuario, y las actividades de contacto (boxeo, artes marciales…) se programarán evitando los ejercicios que conlleven contacto. Además, todas las actividades que se puedan trasladar al exterior, se realizarán al aire libre garantizando el distanciamiento de 1,5 metros entre personas.

Ideas que servirían para que los más de 5 millones de personas que se estima que acuden habitualmente a centros deportivos y gimnasios puedan retomar el ejercicio

Entrenamientos digitales, al menos hasta junio 

Sin embargo, todavía queda para que este momento sea posible, y los autónomos al frente de estos negocios puedan respirar tranquilos. Por lo menos tres semanas en las que los gimnasios tendrán que aguantar como lo han hecho hasta ahora: reinventándose. Apostando por formas de llegar al cliente, antes muy residuales en el sector. De hecho, los entrenamientos online han sido el salvavidas para unos pocos que han sabido adaptarse pronto a la situación. 

A favor de algunos juega el hecho de haber iniciado previamente el camino a la digitalización deportiva. Sin embargo, todos se han adaptado en la medida de lo posible y así no han parado.

Tanto los grandes como los pequeños han estado activos a través de sus páginas webs o sus perfiles en las redes sociales. Así, han ofrecido todo tipo de ofertas y clases online, con entrenadores marcando las pautas a través de la pantalla. De hecho, aseguran que durante el confinamiento se ha producido un repunte sin precedentes en las consultas y asesoramiento deportivo online. Quizás sea un camino abierto para muchos cuando todo vuelva a la normalidad y los gimnasios vuelvan a estar en marcha.