Además, los hosteleros deberán dar agua gratis

El Gobierno aprueba un proyecto de ley que limita el uso de plástico en negocios

Teresa Ribero, ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

El Gobierno aprobó este martes un proyecto de ley que, en poco más de un año, se convertirá en una norma que limitará el uso de plásticos en cientos de miles de negocios. Además, también se exigirá que los hosteleros ofrezcan agua gratis como opción a la embotellada.

En julio de 2021, la venta y uso de productos de plástico desechables estará prohibido. Ésta será una de las consecuencias más inmediatas que tendrá para el tejido empresarial el anteproyecto de ley de residuos que aprobó este martes Consejo de Ministros y que obligará a cientos de negocios a cambiar y a transformar el funcionamiento de su actividad. Vasos para llevar el café a la oficina, toallitas, pajitas para la bebida, cubiertos desechables, la vajilla en muchos negocios de catering, tapones, botellas, fundas, bolsas y embalajes de los comercios,...y un largo etcétera que afecta a cientos de miles de negocios. 

El proyecto de norma, que el Gobierno prevé que esté publicada en el Boletín Oficial del Estado a finales de este año o a principios del siguiente, forma parte del la Estrategia Española de Economía Circular 2030. Un Plan con el que el Ejecutivo pretende, entre otras cosas, reducir un 30% del consumo nacional de materiales en relación con el PIB de 2010, disminuir la generación de residuos un 15%, reducir los gases de efecto invernadero un 20% con respecto a 1990 y mejorar hasta en un 10% la eficiencia en el consumo de agua.

Afecta especialmente a hostelería y restauración

Para conseguirlo, el Gobierno recoge, por primera vez, en un texto legislativo una serie de propuestas. Una de las que más destaca es la limitación del uso de plástico. La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, explicó que se prohibirá el uso de productos hechos a base de este material, que pueden ser sustituidos por otro tipo de materia prima. Ribera se refirió, en concreto, a la prohibición del uso de pajitas, bastoncillos, cubiertos y platos de plásticos. Asimismo, añadió que se prohíbe también el uso de microplásticos en productos de limpieza.

Se trata de una medida que afecta muy especialmente a los trabajadores autónomos, ya que muchos de ellos se dedican a sectores como el comercio y la hostelería y la restauración, dónde se hace principalmente venta y uso de estos productos. La noticia ha sido recibida con cautela por el sector, a quien le preocupa que estas restricciones sobre los envases de plásticos de un solo uso entren “en conflicto” con lo que contemplan las medida higiénico sanitarias con motivo del COVID19, apuntan desde desde la Confederación Empresarial de Hostelería en España (CEHE).

Sin embargo, la organización defiende que, por norma general, en la “hostelería tradicional” siempre se ha optado por los productos reutilizables. Asimismo, la futura norma sobre residuos recoge otra importante novedad para este sector, pues se les obliga a todos los establecimientos de restauración y hostelería a “ofrecer siempre a los clientes la posibilidad de consumo de agua no envasada, de manera gratuita y complementaria a la oferta del propio establecimiento” detalló de la ministra.

Una medida que, como confirmó, sería “lo más instantánea posible", es decir, será obligatoria poco después de la publicación de la norma en el BOE.

Se pondrá en marcha un nuevo impuesto

Aparte de la prohibición del uso del plásticos  el texto del anteproyecto de la nueva de ley de residuos grava también su fabricación. Esto significa que el Ejecutivo pondrá en marcha la creación de un nuevo impuesto, que sigue la línea de lo anunciado a principios del mes de marzo por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Este nuevo impuesto será de “carácter indirecto y recaerá sobre la fabricación, importación o adquisición intracomunitaria de envases de plástico no reutilizables que vayan a ser objeto de utilización en el mercado español” afirmó la ministra.

Un gravamen con el que el Estado español se acerca a las recomendaciones que, desde hace años, viene haciendo la Comisión Europea y en la que se dejó constancia de “que España cuenta con un margen muy amplio de actuación en materia de fiscalidad verde” dijo la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ribera incidió en que nuestro país tiene el quinto porcentaje más bajo de ingresos medioambientales con respecto al PIB del conjunto de los países de la zona euro.

Este nuevo gravamen será de 0,45 euros por kilogramo de envases y el Ejecutivo espera recaudar por él 724 millones de euros. Del mismo modo, el texto aprobado este martes en Consejo de Ministros recoge otra serie de novedades que afectan también al tejido productivo. Concretamente a los productores de los materiales plásticos. A éstos, les da una nueva obligación y les “hace responsables de hacerse cargo y financiar la recogida y gestión de residuos, como recipientes de alimentos, bebidas, bolsas de plástico, toallitas húmedas o globos”.

Otra de las novedades del texto que afecta a los negocios es la prohibición a partir del año 2021 de “la destrucción de excedentes no vendidos, de productos no perecederos, tales como productos textiles, juguetes o aparatos eléctricos. Salvo que dichos productos "deban destruirse por otras razones” aclaró la ministra.

Puede ser una oportunidad para los negocios

Aunque el anteproyecto de Ley de Residuos para impulsar una economía circular, mejorar la gestión de residuos en España y luchar contra la contaminación tendrá consecuencias tanto en a nivel social, como empresarial, hay seis sectores que se van a ver especialmente afectados: el sector agroalimentario, la construcción, el sector forestal, el industrial, el de bienes y consumo, turismo y sector textil. Ribero los calificó de “fundamentales” para conseguir los objetivos marcados en la Estrategia de Economía Circular 2030

Para la ministra, la puesta en marcha de estas medidas “deben ayudar a reducir ese consumo desproporcionado de recursos y facilitar un sistema circular en el que logremos una producción y consumo acorde con nuestros recursos limitados, que luche contra el desperdicio masivo, que nos permita hacer un uso eficiente de las cosas, que reduzca la sobre explotación de recursos”. 

En su comparecencia, tras el Consejo de Ministros, Ribera denunció que actualmente los niveles de consumo y desperdicio son tan altos que necesitaríamos dos territorios y medio para abarcar todo aquello que los españoles consumimos cada año, y que si se acumulaban todos los residuos producidos en un año se podría llenar hasta 2.900 veces el estado Santiago Bernabéu.

Son dos ejemplos que dan una visión real de un problema que tiene España y para el que es necesario, como afirmó la ministra, la puesta en marcha de "nuevas tecnologías, nuevos procesos y nuevos formas de colaboración, de nuevos servicios y nuevos modelos empresariales”, que también pueden ser una oportunidad de negocio tanto para los antiguos sectores para las startups y emprendedores.

La ministra instó a los emprendedores a reinventar su forma de producir, asegurando que la innovación y la creación de nuevos materiales, de nuevos procesos y de nuevos modelos de negocio serán fundamentales para conseguir este objetivo. 

Aseguró también que el tejido productivo está preparado para este cambio ecológico y que sólo necesita de “un marco regulatorio que facilite ese proceso de transformación y de modernización a gran escala”.