Se les obliga a esperar 82 días para cobrar sus facturas

El Gobierno creará "con urgencia" un régimen sancionador para los que tardan en pagar a los transportistas

Los transportistas autónomos tardan, de media, 82 días en cobrar sus facturas. Por esta razón, el Gobierno aprobó la tramitación urgente de un régimen sancionador para los que se demoran en pagar las facturas en este sector.

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El Gobierno creará "con urgencia" un régimen sancionador para los que tardan en pagar a los transportistas

La morosidad se ha convertido en un problema demasiado habitual dentro del transporte por carretera. Hasta el punto de que estos autónomos cobran, de media, por sus servicios en 82 días. Se trata de una ilegalidad que, dentro de poco tiempo, podrá ser sancionada mediante un régimen específico. La ley de Morosidad deja claro que las facturas en el sector privado deben abonarse en un plazo máximo de 60 días. El problema es que, hasta ahora, no existían multas para aquellos que rebasaran este límite y retrasaran sus pagos. Los autónomos llevan años reclamando que la Ley de Morosidad se acompañe con un régimen sancionador para penalizar a los que violen la norma.

El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes la tramitación administrativa urgente de una modificación de la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre (LOTT) para crear en España un régimen sancionador de la morosidad para proteger a los autónomos del transporte de mercancías por carretera. Lo hizo a petición del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, cumpliendo así con una de las mayores reivindicaciones dentro del sector.

“La puesta en marcha de un régimen sancionador de la morosidad es una petición que llevamos toda la vida haciendo”, dijo el presidente de la Federación Española del Transporte por Carretera (Fetransa), Víctor González. Y que ahora está más cerca que nunca debido a la decisión del Ejecutivo de tramitarlo por vía urgente.

“El anteproyecto de ley del régimen sancionador se podría haber tramitado de forma normal o por urgencia. Y, al final, va a ser por urgencia, lo que significa que todos los trámites por los que tiene que pasar una norma para entrar en vigor se reducen a la mitad”, detalló el presidente de Fetransa.

Además, González comentó que la tramitación urgente de este régimen sancionador es el resultado de un compromiso que adquirió el Ministerio de Transporte con el Departamento de Mercancías del Comité Nacional de Transporte por Carretera (el órgano que representa al sector y que negocia con el Ministerio los cambios del sector).

¿Cuándo estará listo el régimen sancionador de la morosidad del transporte por carretera? Es la pregunta que se hacen miles de autónomos desde que se anunció su tramitación urgente y que, de momento, todavía no tiene respuesta. La tramitación de una ley suele ser un proceso bastante complejo, ya que son muchos los órganos que se tienen que consultar y que tienen que dar su aprobación para poder entrar en vigor. Un proceso burocrático que se puede demorar a pesar de ser "urgente".

Aunque todavía no se ha concretado una fecha, los transportistas autónomos esperan que se ponga en marcha cuanto antes. A poder ser, "que esté en vigor a principios del año que viene”, dijo el presidente de Fetransa.

¿Qué hará el régimen sancionador?

Aunque el presidente de Fetransa, Víctor González, aún no puede revelar todos los detalles del funcionamiento que tendrá el régimen sancionador del transporte, sí que aseguró que, “a través de él, se impondrán sanciones con importes altos, de cuantía disuasoria, para evitar estas más prácticas que afectan la actividad”. En concreto, comentó que éstas se podrían imponer de dos formas:

  • De oficio. Cuando la Inspección lleve a cabo una visita a una empresa del sector y observe que está pagando a más de 60 días de forma reiterada podrá “actuar de oficio” e imponer sanciones a los clientes de los autónomos.
  • Denuncias anónimas. Los autónomos o, incluso, las asociaciones del sector podrían realizar denuncias anónimas sobre los casos que tuvieran conocimiento de una situación de morosidad para que la Inspección actúe. 

Los transportistas no pueden denunciar la morosidad que padecían

Los transportistas llevan años alertando sobre la necesidad de desarrollar un régimen sancionador que penalice la morosidad dentro del sector.  Tanto es así que la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (FENADISMER) creó en julio de 2012 el Observatorio permanente de la morosidad y los pagos en el sector del transporte por carretera, para conocer y denunciar la tasa de morosidad que sufren los transportistas en España.

Según los últimos datos del Observatorio relativos al mes de agosto, los plazos medios de pago en el sector fueron de 82 días y el 65% de los clientes de los transportistas incumple la ley de morosidad.

Según explicó el presidente de Fetransa, Víctor González, la Ley de Ordenación del Transporte Terrestre (LOTT) establece que los contratos de transporte deben abonarse en 30 días. “Salvo por pacto contrario. Es decir, que ambas partes lleguen a otro acuerdo. Pero, a su vez, la Ley de morosidad recoge que en ningún caso los periodos de pago se podrán dilatar más de 60 días”.

Sin embargo, ninguna de las dos normas establece “un mecanismo para penalizar a aquel que se las salte”, obligando a los que quieran corregir su situación a denunciar por la vía judicial. “El problema es que un autónomo no va a denunciar a su propio cliente pues, si bien recibiría los pagos pendientes, perdería la oportunidad de volver a trabajar con él”, explicó González.

Un régimen muy necesario para los transportistas

Al hecho de no poder corregir su situación por otra vía que no les haga perder clientes, se le suma otra importante circunstancia: los gastos. Aunque el autónomo cobre a 82 días, tiene que abonar lo que se gastó en hacer el servicio mucho antes.

Como explicó González, “nosotros cobramos a tres meses, pero los gastos que tenemos de nuestro servicio son mensuales, pues tenemos que pagar la gasolina, la amortización de los vehículos o los seguros”. Esto hace que los transportistas tengan que cubrir esos gastos con un dinero que todavía no tienen. “Vamos con el agua al cuello”.