Reconoce que no todos los autónomos pueden poner el aire a 27 grados

El Gobierno dice ahora que será flexible con el decreto de ahorro energético en algunos negocios y sectores

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera avanzó este viernes que la prohibición de poner el aire acondicionado por debajo de los 27 grados en verano se "flexibilizará" para algunos negocios, según la actividad y el trabajo que se desarrolle.

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El Gobierno dice ahora que será flexible con el decreto de ahorro energético en algunos negocios y sectores
El Gobierno dice ahora que será flexible con el decreto de ahorro energético en algunos negocios y sectores

El Gobierno ha aclarado que las recién aprobadas restricciones de temperatura para ahorrar energía que entrarán en vigor la semana que viene se aplicarán de manera "flexible" para los negocios, según el tipo de actividad económica y el trabajo que desempeñen. Según avanzó este viernes la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, la aplicación del polémico paquete de medidas urgentes tendrá algunas excepciones y no todos los autónomos tendrán que reducir de la misma manera el uso del aire acondicionado en sus locales durante el verano.

Las declaraciones de la ministra vienen tras una semana repleta de reacciones por parte de los comerciantes y hosteleros que se tendrán que ceñir desde el próximo 9 de agosto a las limitaciones en el uso del aire acondicionado, de la calefacción e incluso de la iluminación de los escaparates. Como ya avanzó este diario, varias organizaciones representativas del colectivo y de los sectores denunciaron no sólo la merma de clientes que puede producir estas restricciones, al haber más calor en sus locales durante el verano y más frio en invierno, sino también las dificultades que va a suponer para algunas actividades trabajar y conservar el género a temperaturas tan elevadas durante la época estival.

Este Real Decreto-Ley 14/2022, que ya está publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), obligará a más de un millón de autónomos al frente de locales, bares, restaurantes u hoteles a bajar el aire acondicionado, como mucho, a 27 grados y a subir la calefacción como máximo a 19 grados. El límite durante el invierno supondría, para muchos hosteleros y tiendas, perder tránsito de clientes al tener más fríos sus establecimientos. Sin embargo, todavía mayor podría ser el problema si hubiera que mantener en todos los casos el termostato a 27 grados durante los meses de mayo a septiembre. Algunos abogados laboralistas advirtieron a este diario que la baja temperatura en algunas actividades no es "un capricho", sino una forma de asegurar que el género se encuentra en las condiciones adecuadas y que los trabajadores pueden desempeñar su labor en buenas condiciones.

Los autónomos que necesitan temperaturas más bajas para trabajar podrán poner el aire a 25 grados

La ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Rivera, quiso aclarar este viernes que los bares, restaurantes y comercios que necesiten, por la naturaleza de su actividad, una temperatura más baja durante el verano, podrían poner el aire acondicionado "en el entorno de los 25 grados", y no a 27 como obligaría en un principio la ley. Estas aclaraciones, aunque todavía tienen que desarrollarse en el Real Decreto y precisar a qué autónomos afectarían, han tranquilizado a miles de fruterías, pescaderías, carnicerías, cocinas, talleres mecánicos y un sinfín de negocios para los que el aire acondicionado no es un gusto, sino una necesidad para sus empleados e incluso una exigencia para conservar los productos en buen estado.

Según Rivera, a la hora de aplicar la limitación de la temperatura en los negocios se tendrá en cuenta la legislación laboral, ya que no es lo mismo una "discoteca o un gimnasio", que necesitan mantener temperaturas bajas durante el verano por el bienestar de los clientes y los trabajadores, que "otros espacios como una librería". Tampoco es lo mismo un taller mecánico o una cocina, donde los trabajadores tienen que soportar temperaturas muy elevadas aún cuando hay un aparato de aire acondicionado cerca, que una ferretería o una tienda de ropa.

Se diferenciará entre trabajo sedentario y activo

Es más, como ya avanzó este diario, la Inspección de Trabajo está llevando a cabo desde junio una campaña que se centra en vigilar el cumplimiento de la normativa de riesgos laborales respecto a la temperatura en los locales cerrados. El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, en el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo exige las siguientes condiciones ambientales para los trabajadores:

  • Que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares esté comprendida entre 17ºC y 27ºC.
  • Que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros esté comprendida entre 14ºC y 25ªC.

La ministra quiso aclarar que, tal y como exige la normativa laboral, los negocios que puedan "justificar" la necesidad de tener temperaturas más bajas podrán poner el aire acondicionado a 25 grados, en vez de 27. "No se puede pedir a trabajadores que están en condiciones de ejercicio físico importante que no tengan las condiciones que el derecho laboral garantiza con respecto a los máximos y mínimos de temperatura", dijo Rivera. 

Los negocios tendrán que ceñirse a uno u otro límite dependiendo de la naturaleza de su actividad y el trabajo físico que se realice. Según la ministra se hará una distinción entre los trabajos sedentarios- como un despacho de abogados, una asesoría o cualquier oficina- y los trabajos activos - la cocina de un restaurante o un taller mecánico-. "El propio decreto ley ya prevé que allí donde haya espacios donde los trabajadores tengan que desplazarse y tengan un ejercicio físico, la norma debe aplicarse con la flexibilidad que corresponda", aclaró Rivera.

La conservación del género debería ser otro motivo para poder bajar el aire a 25 grado

Además, y aunque la ministra no se refirió a ello durante la entrevista, otra de las grandes preocupaciones de los hosteleros, comerciantes y expertos laboralistas es la conservación del género durante los meses de verano con las nuevas limitaciones. Es el caso de las pescaderías o carnicerías donde las cámaras de exposición tendrán que aguantar los 27 grados de temperatura que hay en la tienda.

Todavía más complicado puede ser en una frutería, donde normalmente el producto está expuesto fuera de cámaras en la tienda y mantener la fruta durante todo el día a 27 grados perjudicaría la conservación de la mayoría de las frutas.

Más obligaciones e inversión para los autónomos 

Las críticas a las medidas de ahorro energético no han venido sólo por los límites de la temperatura y cómo estos pueden afectar a los clientes, trabajadores y al producto.  Para cumplir estas obligaciones, los autónomos tendrán, además, que demostrar mediante un termómetro visible en el exterior que su local está a la temperatura adecuada y tener una puerta que se cierre automáticamente. Esto, según algunos expertos consultados, no sólo supone una inversión, por tener que comprar un aparato que mida la temperatura y cambiar el sistema de cerrado de la puerta, sino que además podría suponer una contradicción con otras normativas.

Además, en algunos casos, las nuevas obligaciones se contraponen a las recomendaciones del COVID-19. "Los hosteleros llevamos dos años gastando más energía en verano e invierno por abrir las puertas para tener bien ventilado el local. Ahora, ¿Qué debemos asegurar, la salud de nuestros comensales o el ahorro de energía", explicó Mari Carmen Dueso, dueña de un restaurante a este diario.

En el mismo sentido, el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA) denunció en Onda Cero la dificultad para aplicar las medidas de ahorro energético propuestas por el Gobierno. Según Amor, son una carga más y  suponen unos gastos extra para los autónomos y empresas "que no están en situación de asumir mayores niveles de gasto". 

Los autónomos que podían reducir el uso de energía en su negocio, ya lo estaban haciendo 

Las medidas del Gobierno para ahorrar energía vienen tras más de un año de subida descontrolada del precio de la luz. Por eso, aseguran distintos hosteleros a este diario, "resulta llamativo que nos obliguen a reducir el uso de la electricidad, cuando el precio se ha duplicado este último año. Los autónomos que pueden permitirse, por las características de su local, consumir menos energía, ya lo estaban haciendo. No por temor al desabastecimiento, sino por necesidad, para reducir la factura de su negocio".

En este sentido se pronunció Antonio Sañudo, dueño del bar la herradura. Tras la publicación del decreto de medidas del Gobierno, el hostelero expuso en una carta las medidas que ya llevaban meses tomando en su establecimiento por necesidad para reducir la desorbitada factura eléctrica que tiene que pagar el sector. "Tenemos aire acondicionado pero no lo tenemos en funcionamiento debido a su gasto tan elevado de luz. Para soportar el calor de verano y tener un poco de clientela, abrimos las ventanas y las puertas por la tarde para enfriar un poco nuestro pequeño salón. No ponemos la televisión (...) ni llevamos uniforme, ni chaqueta ni corbata para no echar de menos el aire acondicionado, y aconsejamos a nuestros pocos clientes que vengan con las ropas más ligeras y transpirables posibles. Estamos totalmente comprometidos con el ahorro energético, ya que en ello va nuestra supervivencia como negocio".