Aspectos de la nueva ley que se están negociando

El Gobierno rectifica y los negocios no siempre deberán pagar los gastos del empleado en teletrabajo

Gobierno, patronal y sindicatos retomaron el pasado martes las negociaciones del anteproyecto de ley del teletrabajo. De momento, parece que hay algunos puntos del borrador en los que siguen sin ponerse de acuerdo,pero el Gobierno ya admite que el negocio no siempre tiene que pagar los gastos del empleado. 
El Gobierno rectifica y los negocios no siempre deberán pagar los gastos del empleado en teletrabajo

El pasado martes se reanudaron las negociaciones del anteproyecto de ley del teletrabajo, que todavía sigue generando fricciones entre empresarios, sindicatos y Gobierno. El último borrador propuesto por el Ejecutivo trajo algunas novedades que se siguen debatiendo entre los agentes sociales y que podrían afectar a los autónomos con empleados a su cargo.

Los puntos del borrador en los que el Ministerio de Trabajo y los agentes sociales siguen sin ponerse de acuerdo son los referentes al tiempo de trabajo necesario que el empleado debe desempeñar desde casa para que la ley lo considere "teletrabajo" y los gastos que deberá asumir el empresario por esta modalidad. En la última versión del borrador, el Gobierno ha suavizado el apartado de la norma referente a los costes que deberá asumir el negocio por los gastos de su empleado teletrabajando.

De hecho, se eliminó la referencia planteada en un principio que decía que sería el empleador el que tendría que asumir  "todos los costes directos e indirectos" de la actividad de su empleado teletrabajando, y se dejó de hacer mención a una compensación "total" de los gastos. Ahora, el borrador que está encima de la mesa y que desde ayer están debatiendo los agentes sociales precisa que el trabajador no deberá asumir los costes relacionados con equipos, herramientas y medios vinculados a la actividad laboral, pero deja en manos de la negociación colectiva tanto el modo de compensación como el abono de estos gastos.

Dicha negociación, en el caso de los pequeños negocios, correspondería directamente al empleador y al trabajador en cuestión, que deberán llegar a un acuerdo.

De este modo, con la última versión del borrador, la empresa debería dotar al trabajador de los medios, equipos y herramientas necesarios como a cualquier otro trabajador, pero se deja la puerta abierta a otras cuestiones que preocupaban a los empresarios, como la obligatoriedad de pagar los costes indirectos, como gas, electricidad y wifi, y que se determinarán mediante el acuerdo al que lleguen el empleado y el empresario. 

Con sólo un día en casa se consideraría teletrabajo

Sin embargo, el punto que más estaría distanciando a empresarios, Gobierno y sindicatos sería el límite a partir del cual el trabajo desde casa pasaría a ser considerado por ley como "teletrabajo". El borrador que se está negociando establece en un 20% la jornada necesaria para que el trabajo desde casa, como medida de flexibilidad, pase a tener la consideración de "teletrabajo". 

Si este último punto preocupa a los empresarios es porque, con la última versión del borrador, con sólo un día a la semana que su empleado trabajase desde casa deberían pasar a costearle un ordenador y todo el material necesario para desarrollar su actividad a distancia, siendo que actualmente e incluso antes de la crisis del COVID-19 era muy habitual en muchos negocios que los empleados trabajaran desde su domicilio, por ejemplo, sólo el viernes, con sus propio dispositivos y material, como medida de flexibilización que beneficia ambas partes.

Los empresarios consideran el límite muy bajo

Por tanto, la ley que ahora se discute y todas las obligaciones en materia de seguridad del empleado, costes y demás cuestiones pasarían a ser de aplicación a las personas que desarrollasen su trabajo a distancia "en un periodo de referencia de tres meses", con un mínimo del 20% de la jornada. En la jornada de trabajo más habitual, de cinco días semanales, esto supondría tan sólo un día a la semana.

Este punto se estaría negociando todavía y es de los que más estaría preocupando a los empresarios, porque el límite de jornada es tan bajo que disuadiría a muchos negocios de implantar medidas de flexibilidad si, para tan sólo un día de teletrabajo, ya tuvieran que comprar nuevo material -además del que ya tenga el trabajador en la oficina- y firmar un acuerdo complementario.

De hecho, este acuerdo entre empleado y empresa, según precisa el último borrador, tendría que incluir nada menos que un inventario de los equipos que necesitará el trabajador y su vida útil, así como una enumeración de los gastos que pueda tener por trabajar a distancia. En ese acuerdo, se debería calcular también la compensación que tiene que abonar la empresa por esos gastos e incluir aspectos como el horario o el lugar elegido para teletrabajar. 

Piden que el límite aumente a dos días

Al parecer, desde la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se estaría proponiendo como condición para seguir adelante con el diálogo, una ampliación de este límite de la jornada.

La propuesta consistiría en pagar los gastos previstos en el anteproteyecto de ley del teletrabajo tan sólo si el empleado se quedase en casa, al menos, dos o tres días a la semana. Es decir, que el empleado haga como mínimo un tercio de su jornada semanal a distancia para acogerse a las ventajas de la nueva ley.

Otras cuestiones que recoge el último borrador

Si no hubiera cambios en los demás aspectos de la última versión del borrador, la ley también establecería que el trabajo a distancia sea voluntario para el empleado y para el autónomo empleador y requerirá la firma de un acuerdo por escrito, que podrá suscribirse tanto cuando se firme el contrato, como más adelante. Por otro lado, la decisión de teletrabajar será reversible en todo momento, con un plazo de aviso previo que deberá fijarse también mediante el acuerdo.

Además, en cuanto a la vigilancia que podrá hacer el negocio de su empleado mientras desempeñe su actividad a distancia, el último documento sólo recoge que se podrá controlar a los empleados que trabajen a distancia a través de "las medidas que se estimen más oportunas de vigilancia y control" siempre, eso sí,  sin violar la dignidad del trabajador.

El borrador presentado este martes también recoge que los trabajadores que desempeñen su actividad a distancia tendrán los mismos derechos y retribución que aquellos que lo hagan de forma presencial y quienes teletrabajen tampoco podrían verse perjudicados en sueldo o tiempo de trabajo por las dificultades técnicas que puedan producirse en el teletrabajo.

 Además, el empleado, no podría ser despedido si se niega a teletrabajar o, tras aceptar hacerlo, rechaza esta modalidad por no adaptarse al trabajo a distancia.

También se negociará la extensión de los ERTE

Además, el Ministerio de Trabajo también negociará con la patronal CEOE y los sindicatos la extensión de los ERTE. El primer encuentro será  el 4 de septiembre en Palma de Mallorca, una de las localidades más dependientes del turismo y donde más negocios se han visto afectados por la pandemia. Eso sí, si bien la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aseguró en una entrevista el pasado jueves a Radio Nacional España (RNE) que es muy probable que haya acuerdo para extender los ERTE más allá de septiembre, también adelantó que dicho pacto no se alcanzará en la reunión de la Mesa de Diálogo Social del día 4.

A su juicio, todavía no se reúnen las condiciones suficientes para cerrar dicho acuerdo, y ese día tan sólo será un primer contacto para arrancar las negociaciones. En la misma línea, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá también afirmó que "los ERTE han llegado para quedarse estructuralmente en España" y que en el próximo encuentro con patronal y sindicatos se tienen que plantear muchas cuestiones, como el esquema que tendrían estos expedientes a partir de septiembre, considerando las particularidades del sector turístico.

En cuanto al cese de actividad, De momento, no hay ningún indicio de lo que sucederá con la prestación a partir de octubre. De hecho, las asociaciones de autónomos todavía siguen a la espera de que se confirme una fecha para reunirse y negociar con el Gobierno la continuidad de esta ayuda más allá de septiembre