Los ingresos del RETA crecieron en 1.209 millones desde la entrada en vigor de la Tarifa Plana
Según la Seguridad Social, a día de hoy, el 12,3% de los autónomos están acogidos a la Tarifa Plana de 50 euros (a partir del 1 de enero 60 euros ) y, desde el 2013, se han beneficiado a un total de 2 millones de nuevos trabajadores por cuenta propia. A pesar de estas ayudas, en los últimos cuatro años los ingresos por cotizaciones al RETA han crecido el 11,6%.
Entre los temas que tendrá que decidor el futuro Gobierno que salga elegido en las próximas elecciones está el mantenimiento de la Tarifa Plana de cotización de 50 euros que entró en vigor en 2013, durante el mandato de Mariano Rajoy.
Aunque la medida cuenta con algunos detractores, los datos de la propia Seguridad Social dejan claro que ha servido para incentivar el emprendimiento en España, según el objetivo para el que se diseñó. Dichas cifras a las que ha tenido acceso Autónomos y Emprendedores revelan que, desde 2013, más de dos millones de emprendedores se habrían beneficiado de la Tarifa Plana. Siendo el acumulado desde 2015 -momento en el que se compatibiliza con la contratación- y hasta finales del pasado año de 1.643.142 beneficiarios. Si contamos desde 2013 (cuando se puso en marcha la medida) este último número se eleva a más de dos millones.
Pero lo más interesante es que estas ayudas no han impedido al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos seguir creciendo en ingresos. La recaudación por cotizaciones al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) se incrementó en 1.209 millones de euros entre 2013 y 2017 (último dato facilitado por la Seguridad Social), lo que supone un aumento del 11,6% en promedio. Por la parte del gasto, el coste para las arcas del Estado en bonificaciones y reducciones para el fomento del empleo habría sido de unos 560 millones de euros de media cada ejercicio del periodo. Ahora bien, hay que tener en cuenta que esta cantidad no sería imputable íntegramente a la Tarifa Plana, ya que se incluyen aquellas orientadas a la conciliación, maternidad, alta de familiares colaboradores o autónomos con discapacidad entre otras.
En el histórico, desde que se aprobasen las primeras bonificaciones en 2005, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y hasta 2012, el coste de las deducciones, que se limitaban al 25% de la cuota por contingencias comunes, sumó 1.489 millones de euros, pasando de los 60,85 millones de euros en el primer año de vigencia, a los 283,87 millones de euros en el último. En cuanto a los ingresos por cotizaciones, durante los citados ocho años de gobierno socialista, éstas se incrementaron en 1.515 millones de euros. Es decir, unos 300 millones más que lo que aumentó la recaudación desde la puesta en marcha de la Tarifa Plana hasta el año 2017.
Cálculos erróneos y opiniones encontradas
Las asociaciones de autónomos, el Gobierno y los expertos parecen estar de acuerdo en que se necesitan medidas para fomentar el emprendimiento y el trabajo autónomo especialmente en los primeros años de actividad. Los más difíciles tanto por la inversión como por la propia dinámica de los negocios hasta que se consolidan.
Sin embargo, siempre ha habido opiniones encontradas respecto a la Tarifa Plana. La raíz de la última polémica viene dada a la hora de contabilizar el número de autónomos acogidos a esta bonificación que siguen al frente de su actividad. Según las estimaciones de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos) rondaría los 820.000, más del 26% del colectivo. Seguridad Social rebaja la cifra a 376.414, apenas un 12,3%. La diferencia radicaría en el cálculo. Los datos de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social comparan el crecimiento neto de autónomos (altas menos bajas) con el número de beneficiarios de la Tarifa Plana sin entrar en ningún pormenor. Es decir, no tiene en cuenta los efectos rotación y sustitución que se producen por, entre otras causas, las jubilaciones o los ceses temporales de la actividad, ni el periodo de ayuda en el que están (por ejemplo, mes ocho, mes 15 o mes 22).
De hecho, los cálculos del Ministerio de dirige Magdalena Valerio chocan de pleno con los manejados por comunidades autónomas como Madrid, donde el número de autónomos beneficiarios de la Tarifa Plana que continúan con su negocio en activo es del 69% una vez transcurridos los 24 meses de vigencia.
Una ‘tarifa’ con precedentes desde 2005
Pese a que fue la ministra Fátima Báñez quien propuso su ampliación a todo el colectivo, la medida cuenta con antecedentes desde 2005 -antes incluso de la aprobación de la Ley de Estatuto del Trabajo Autónomo (LETA)-, cuando el presidente del Gobierno era José Luis Rodríguez Zapatero. Por aquel entonces, los emprendedores menores de 30 años (35 en el caso de las mujeres) que se incorporasen al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y que cotizasen por la base mínima se beneficiarían de una reducción del 25% en la cuota de contingencias comunes durante los 12 meses posteriores al inicio de la actividad así como de una bonificación de igual cuantía una vez finalizado dicho periodo. Es decir, 24 meses de cuota reducida.
Con la aprobación del LETA, en 2007 el porcentaje de reducción se amplió al 30% y se elevó el periodo a 30 meses (15 de reducción y 15 de bonificación).
A partir de 2013 las exenciones se ampliaron y pasaron al 80% de la cuota durante los 6 primeros meses de actividad o 50 euros (de ahí la nomenclatura de Tarifa Plana), 50% de reducción del séptimo al decimosegundo mes y el 30% desde el decimotercero hasta el decimoctavo mes.
En 2015 se dio una nueva vuelta de tuerca al derogar el requisito por el que los autónomos que empleaban trabajadores por cuenta ajena no podían beneficiarse de la medida. A partir de ahí, todas las condiciones anteriores se mantuvieron vigentes hasta 2018 cuando la Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo, impulsada por Ciudadanos, amplío el periodo de Tarifa Plana a los 12 primeros meses de actividad y los periodos posteriores de reducciones y bonificación del 50% y 30% hasta los 18 y 24 meses respectivamente.
