La mayoría acude a ahorros y a familiares

La inversión habitual para emprender no supera los 20.000 euros

El capital más frecuente que necesitaron los emprendedores para poner en marcha su negocio no alcanzó los 20.000 euros, según el informe GEM España 2017 – 2018. Además, siete de cada diez de los que necesitaron financiación prefirieron la vía extrabancaria.

jovenes emprendedores
La inversión habitual para emprender no supera los 20.000 euros

Ocho de cada diez emprendedores en 2017 necesitaron capital para poner en marcha su negocio. Ahora bien, lejos de grandes inversiones, el capital semilla más frecuente no superó los 20.000 euros. Cantidad que mejora a la de los dos años precedentes (17.810 euros en 2015 y 15.000 euros en 2016). Así se desprende del Informe GEM (Global Enterpreneurship Monitor) España 2017 – 2018 elaborado por la Red GEM España y que cuenta con el respaldo de Santander Universidades, CISE, Enisa y la Fudación Rafael del Pino.

El informe, en el que han participado 25.000 personas de entre 18 y 64 años, refleja que la media que desembolsaron los emprendedores se fijó en 93.552 euros. No obstante, hay que aclarar que los capitales iniciales oscilaron entre un mínimo de 50 euros y un máximo de cuatro millones de euros. De ahí la diferencia entre el promedio de inversión y la cantidad aportada de forma más recurrente.

Otro de los datos que llaman la atención es el relativo a las fuentes de financiación. Siete de cada diez emprendedores recurrieron al crédito extrabancario para poner en marcha su negocio. Concretamente, más de la mitad (52,16%) optaron por tirar de sus ahorros y otro 14% convirtieron a sus familiares en prestamistas.

Asimismo, la apuesta de inversores especializados o bussines angels por los nuevos negocios gana terreno poco a poco. Cerca del 6% declararon haber obtenido financiación por esta vía durante el pasado año. De hecho, el informe pone de relieve que el 3,1% de los encuestados habría actuado como inversor privado en los tres últimos años, sin participar en su gestión. Siendo 3.000 euros el capital que se desembolsó con más frecuencia. 

A la vista de los resultados del informe se deduce que el esfuerzo de la banca por abrir de nuevo el grifo del crédito a la economía real no cala, todavía, entre los emprendedores. Sólo el 21,85% recurrieron a una entidad financiera para solicitar un crédito. Los programas públicos tampoco tuvieron gran aceptación, apenas tres de cada diez nuevos proyectos obtuvieron subvenciones o ayudas de la Administración.

Así las cosas, “la demanda de capital por parte de los negocios nacientes requiere ser alineada con la oferta de fuentes alternativas de financiación dirigidas a invertir en iniciativas emprendedoras”, concluyen los expertos que han redactado el informe.

Miedo al fracaso

Un tercio de los españoles declaran que la recuperación económica ha generado más oportunidades de negocio. Esto se refleja en la tasa de actividad emprendedora (TEA) -referida a proyectos de hasta 3,5 años de vida-. Por primera vez en ocho años, la TEA supera los seis puntos porcentuales (6,2%) habiéndose incrementado un punto con respecto al pasado año. Aún así continuamos por debajo de la media europea (8,1%).

Entre los factores que lastran la creación de nuevos negocios el miedo al fracaso continua siendo la principal barrera para el 39% de los emprendedores. “La población española sigue teniendo una percepción del miedo al fracaso bastante elevada. La vertiente cultural del fracaso es más complicada de cambiar, pero los poderes públicos deben facilitar una salida menos gravosa a los emprendedores que no logran conseguir beneficios”, detalla el informe. En definitiva, facilitar la segunda oportunidad es determinante de cara a impulsar la iniciativa emprendedora en España.

A pesar de ello los datos demuestran que, a diferencia de lo que ocurría en los años de crisis, quienes emprenden lo hacen porque detectan oportunidades en el mercado, un 68,5% frente al 28,3% que afirman abrir un negocio por necesidad.

Precisamente este es uno de los factores que influyen en tasa de negocios consolidados -los de más de 3,5 años en el mercado-, que crece hasta el 7% alcanzando la media europea, así como en el número de abandonos empresariales, que cae por debajo del 2% y se sitúa un punto por debajo del promedio registrado por los países con el mismo nivel de desarrollo.

Todo ello, además, en un entorno en el que España lidera la tasa de emprendimiento femenino en Europa. Ocho mujeres dan el paso de abrir un negocio por cada diez hombres.