La mitad de los hogares españoles están reduciendo su consumo por la inflación, afirma un estudio de AECOC
Frente al desafío de la inflación, los consumidores españoles se están viendo obligados a redefinir su estrategia de compra. Según un estudio de Aecoc, las familias optan ahora por compras más pequeñas y frecuentes para estirar al máximo su presupuesto.
Los consumidores españoles han tenido que adoptar estrategias rigurosas para manejar sus finanzas en un contexto de inflación. Al menos la mitad de ellos llega ahora un tanto justa a final de mes. Fundamentalmente debido a que la inflación afecta a los hogares españoles desde comienzos de 2023, que en junio del pasado año, alcanzó un 3,5%, sólo por debajo del 5,5% de Bélgica. La causa principal es el encarecimiento de la energía y el aumento en los precios de alimentos frescos y otros productos esenciales.
En este contexto económico, “los consumidores toman medidas de ahorro para optimizar el presupuesto disponible durante sus actos de compra”, concluyó la quinta edición del Barómetro sobre la evolución del ticket de compra, elaborado por la Asociación Española de Codificación Comercial (Aecoc), en colaboración con Gelt Solutions. La responsable de estudios de Shopperview de Aecoc, Marta Munné, aseguró en el informe que estos datos confirman que el consumidor “trata de controlar mejor su presupuesto, buscando un consumo más racional, planificado y de cestas más pequeñas”.
Los consumidores están realizando compras más frecuentes, pero de menor tamaño
Según datos recogidos en esta nueva edición del barómetro de Aecoc, se ha evidenciado una notable reducción en la cantidad de productos que los consumidores incluyen en sus cestas de compra. En 2023, la media fue de 17,1 artículos por visita al supermercado, lo que representa un descenso del 26% respecto a 2021. Este cambio se debe a una necesidad creciente de optimizar el presupuesto familiar ante la escalada de precios, llevando a los consumidores a realizar compras más frecuentes, pero de menor tamaño.
El informe también destaca que, en respuesta a la incertidumbre económica, cuatro de cada diez consumidores han optado por aumentar la frecuencia de sus visitas al supermercado, prefiriendo realizar compras más pequeñas para controlar mejor sus gastos. A pesar de estos esfuerzos, aproximadamente la mitad de los hogares indica que llega apenas a fin de mes, enfrentando dificultades significativas para cubrir sus necesidades básicas.
Un aspecto relevante en la adaptación de los consumidores a la situación actual es la creciente preferencia por las llamadas marcas blancas. El estudio de Aecoc revela que el 63% de los consumidores está “muy satisfecho” con estos productos, y más del 54% planea seguir comprando marcas de la distribución debido a su favorable relación calidad-precio. Además, un 51% de los consumidores ha empezado a frecuentar más aquellos establecimientos donde predominan estas marcas del distribuidor, reflejando un cambio en la elección del lugar de compra motivado por el deseo de acceder a opciones más económicas sin sacrificar demasiado la calidad.
Los pequeños negocios de distribución deben ofrecer productos a precios competitivos y mejorar la calidad de sus marcas propias para satisfacer las necesidades de un mercado cada vez más orientado hacia el ahorro. La capacidad de adaptación parece que va a seguir siendo crucial para mantener la competitividad en un entorno de consumo que continúa evolucionando.
Los consumidores están comprando a granel para aumentar su ahorro
Por último, entre las estrategias de ahorro más destacadas que los consumidores están implementando se encuentran viejas prácticas como la planificación de las compras y el aumento de la compra a granel. Estas medidas no solo permiten un mayor control sobre el gasto, sino que también promueven un consumo más consciente y sostenible.
La adaptación de los consumidores a las nuevas realidades económicas se refleja también en su disposición a cambiar de supermercado, no mostrando ningún problema a la hora de probar nuevas opciones de productos. Una flexibilidad que, según los autores del informe, es crucial para poder seguir ajustando el presupuesto familiar en un entorno de inflación. Así, entre las estrategias que están adoptando los consumidores para ahorrar dinero en sus compras diarias se encuentran:
- Compra de productos en oferta. Aprovechar descuentos y promociones se ha vuelto una práctica habitual para maximizar el valor del dinero gastado.
- Reducción del consumo de productos no esenciales. Los consumidores están priorizando la compra de productos básicos y reduciendo el gasto en artículos considerados de lujo o no esenciales.
- Planificación de las compras. Hacer listas de compras y planificar las comidas con anticipación ayuda a evitar compras impulsivas y a controlar mejor el gasto.
- Aumento de la compra a granel. Comprar productos a granel permite ahorrar respecto a los recipientes preenvasados y aprovechar precios más bajos al adquirir menores cantidades. Lo cual es además ecológico, al disminuir los residuos.