Desde Amazon responden que cumplen con la legalidad

El pequeño comercio denuncia las competencia desleal de las plataformas digitales

Según varias asociaciones del pequeño comercio, las plataformas digitales como Amazon tributan en países de fiscalidad privilegiada y adquieren grandes cantidades de productos a los distribuidores en naciones donde los costes laborales y de producción son muy inferiores a los de España. Desde la compañía de Jeff Bezos responden que cumplen con la normativa fiscal de los países en los que opera y que trabajan con los proveedores más competitivos de cada región.

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El pequeño comercio denuncia las competencia desleal de las plataformas digitales

Las previsiones del sector del pequeño comercio para la campaña de Navidad son poco halagüeñas. Aunque todavía es pronto para saber cómo se comportarán los Reyes Magos, el puente de diciembre -uno de los mejores del año para comercio- no ha sido especialmente bueno, estas navidades nos va a costar mucho igualar las ventas de años anteriores”, explica Luis Pacheco, presidente de Cocem (Confederación del Comercio Especializado de Madrid), y propietario de un establecimiento de fruta gourmet. Además del daño que en la cuenta de resultados provocará el aumento de la luz y la gasolina, plataformas como Amazon o Alibabá -Aliexpress en España- son la china en el zapato del comercio minorista.

El síndrome del marketplace tiene que ver tanto con los nuevos hábitos de compra, especialmente entre las generaciones de milenials y centenials, como con el “agravio comparativo” -aseguran los comerciantes- que deriva de los vacíos en la regulación, principalmente en el ámbito fiscal de los gigantes del comercio electrónico . Eduardo Hernández Moya, presidente de la Asociación de Comerciantes de Retiro, en Madrid, y fundador de la mítica tienda Deportes Moya que los comerciantes “compramos en español, vendemos en español y a españoles y hacemos España”. 

Por norma general, muchas de estas plataformas tienen su matriz empresarial en países con fiscalidad "privilegiada", como por ejemplo Irlanda, donde el tipo del Impuesto de Sociedades es de un 12,5%, o Luxemburgo, país que emplea la política fiscal para atraer la inversión extranjera. Eso sin contar el IVA, que si bien en el caso irlandés es algo más elevado que en España, en el Gran Ducado es de un 17% en el tipo general, del 14% en el reducido y del 3% y 8% en los superreducidos. Autónomos y Emprendedores, ha consultado con estas plataformas acerca del "agravio comparativo" denunciado por el pequeño comercio. Los portavoces del gigante que preside Jeff Bezos, han explicado a este respecto que "Amazon paga todos los impuestos que se requieren en cada país donde opera. El impuesto de sociedades tiene en cuenta los beneficios, no los ingresos, y los beneficios de se han mantenido bajos debido a las fuertes inversiones y al hecho de que el comercio minorista es una actividad altamente competitiva y de bajo margen". Recuerdan  a su vez que la compañía ha invertido más de 1.100 millones de euros en España desde 2010 y que actualmente, emplea a más de 3.200 personas, cifra a la que hay que sumar los 10.000 puestos de trabajo indirectos creados por las empresas españolas que emplean la plataforma Amazon Marketplace.

Frente a ello, el pequeño comercio en España ha de tributar un 25% en el Impuesto de Sociedades, y el IVA que se aplica a los productos es del 21% en su tipo general y de 10% y 4% en el reducido y superreducido respectivamente. A ello hay que sumar los costes laborales, siendo las cotizaciones sociales el mayor lastre para la generación de empleo y el crecimiento salarial.

Estamos jugando un mismo partido en el que una portería tiene dos metros y la otra cinco. No pedimos que desaparezcan, pero sí que se iguale el marco fiscal”, denuncia Pacheco, A este respecto, desconfía del impuesto a las tecnológicas aprobada por el Gobierno a finales de octubre y que pretende gravar con un 3% los servicios de publicidad en línea, intermediación online y venta de datos de usuarios que proporcionen las empresas que facturen un mínimo de tres millones de euros en España o 750 millones a nivel mundial.  “Tienen que ir más allá. En la cuenta de resultados de este tipo de plataformas la tasa Google son migajas. Queremos que las cosas se hagan bien, no hacen falta grandes alharacas, sino transparencia”.

Compras a proveedores low cost

Entre los supuestos abusos que denuncia el pequeño comercio está el de las compras de mercancías. Tanto Hernández Moya como Pacheco y Francisco Carmona, presidente de la Asociación de Comerciantes del Barrio de las Letras, y dueño de una tienda de alimentación, coinciden en afirmar que estas plataformas “compran a proveedores o distribuidores de países del Este como Hungría, Bulgaria, Rumanía o Polonia, cuyos costes laborales y de producción son muy inferiores”. Además, el propietario de Deportes Moya añade un agravante, “no nos ponen limitaciones para acceder. En absoluto. Emplean los datos de nuestros clientes para posteriormente enviarles ofertas del mismo producto a un precio mucho más económico con el que nosotros no podemos competir”.

Amazon también se ha pronunciado respecto a esta cuestión. "Trabajamos con miles de proveedores de España, así como del resto del mundo, buscando de manera permanente ofrecerle a nuestros clientes los productos que necesitan a precios competitivos". Recalcan igualmente que son una plataforma de ayuda a la internacionalización de los negocios más pequeños. Según los datos proporcionados por gigante del comercio electrónico la exportaciones de las pequeñas y medianas empresas que emplean la plataforma Amazon Marketplace, superaron los 250 millones de euros el año pasado. 

A ello se une lo que se puede denominar efecto escaparate. “Cada vez nos encontramos con más casos de clientes que vienen a la tienda, se prueban el artículo y después lo compran en estos mercados virtuales”.

A pesar de todo el pequeño comercio sigue creyendo en su valor añadido. “No están especializados, no ofrecen un servicio personalizado. Nosotros conocemos a nuestros clientes, les asesoramos…” Además, la fiebre por las compras a golpe de click va por edades. Pacheco explica que “donde más se está notando es en la franja de entre 25 y 35 años. Los clientes de edades superiores siguen prefiriendo comprar en nuestros establecimientos”. 

Campo acotado

Según los datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores el porcentaje de usuarios que compraron por internet se ha incrementado más de un 20% en los últimos tres años. Es más, hasta el mes de junio, un 44,5% de los internautas emplearon las tiendas virtuales para adquirir algún bien o servicio. Y en términos de facturación las cifras son un 33% más abultadas que las del mismo semestre de 2017, lo cual se traduce en la friolera de cerca de 9.000 millones de euros.

Un pastel que, a tenor de las estadísticas queda reservado para los grandes  gigantes. Pese a que según los datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) sólo el 5% de los pequeños negocios vende a través de la red de redes, los últimos datos del Indicex de Bankia, el 80% está en pleno proceso transformación digital.

A este respecto, Carmona discrepa levemente  que pese a la creencia generalizada “lo tradicional no está reñido con lo tecnológico. El pequeño comercio ha hecho grandes esfuerzos para digitalizarse, pero es cierto que tenemos que emplear todas las herramientas y no centrarnos única y exclusivamente en la venta online”. En su caso un 15% de las ventas proceden de la tienda virtual incluso recibe pedidos de fuera de España.

Por su parte, Hernández Moya, abunda en la tesis de la posición de poder “nos quitan cuota de mercado y no podemos jugar en un campo que está acotado para gente con mucho dinero”. Asimismo, se lamenta de que por muchas inversiones que se realicen “nunca es suficiente. Hemos invertido en torno a 300.000 euros en sistemas informáticos, tienda online, página web… Y el porcentaje de compradores virtuales, aunque se va incrementando, es de un 5%”. No obstante, reconoce que en torno a un 20% de los clientes que compran en la tienda han visto antes el producto en la web.

El presidente de Cocem añade también que el coste que supone adaptar los negocios a las nuevas tecnologías se ha realizado a pleno pulmón. “Ayudas para digitalizarnos, nada. Los comerciantes somos como hormigas, nos ponemos y lo hacemos”.