Consejo Económico y Social

“Los autónomos tienen que estar en el CES”

A Marcos Peña bien se le podría conocer como el “pacificador”. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero le nombró presidente del CES (Consejo Económico y Social) hace más de una década. Desde entonces le ha tocado ejercer de árbitro y mediador en partidos tan complicados como la huelga de los controladores aéreos de El Prat. La pasada semana compareció en la Subcomisión para la reforma del Régimen de Autónomos del Congreso de los Disputados, para exponer su visión de cómo mejorar la protección social del colectivo.

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Marcos Peña, presidente del CES.
“Los autónomos tienen que estar en el CES”

-La Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo establece que en el periodo de un año el colectivo cuente con representación en el CES, ¿cómo valora esta medida?

-Nos parece razonable, aunque hay que aclarar que los autónomos ya están representados en el Consejo Económico y Social a través de otras organizaciones en las que participan los autónomos de manera decidida, por ejemplo UGT, la economía social a través de CEPES, los representantes de los sectores marítimo y agrario, incluso la patronal de los pequeños empresarios, CEPYME… Esto nos da una cierta sensibilidad hacia las cuestiones que les afectan. Dicho esto, la presencia de los autónomos en el CES requiere tanto de la opinión del CES -tal y como se establece en la Ley- como de un cambio legislativo.

-Teniendo en cuenta ese cambio legislativo ¿es posible cumplir el plazo de un año que se establece?

-No creo que la incorporación sea difícil y compleja. Es cierto que exige una toma de posición del CES y una recomposición de los consejeros. Hay que decidir en cuál de los tres grupos se incorporan, si se ha de hacer una ampliación de éstos o reordernarlos, creando un nuevo subgrupo.

-¿Cree que patronal y sindicatos serán favorables a dar entrada a los autónomos en el CES? 

-Ni los sindicatos, ni la patronal, ni ninguna de las asociaciones que la integran han manifestado su oposición sustantiva a la participación de los autónomos en el CES. Ni siquiera informalmente. Es más, se da como un hecho y habrá que aplicarlo.

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-La participación de los autónomos en el CES lleva dando vueltas trece años ¿cuáles son los escollos que han impedido llevar a cabo lo que, además, es un compromiso del propio presidente del Gobierno?

-Insisto en que la orfandad no existía. Quizá pueda haber existido algo de temor en que la apertura siente un precedente que suponga, a su vez, un revulsivo para que otros colectivos reclamen la entrada. También es cierto que en el proceso importa mucho medir la representatividad de las voces: quiénes, cómo y a cuántos representan.

-Hace pocos días ha comparecido en la mesa de la Subcomisión para la Reforma del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), ¿qué propone el CES para mejorar la protección social de los autónomos?

-Lo prioritario es la coordinación entre administraciones. Especialmente con la administración fiscal. Por otra parte, el sistema ha de ser flexible y obligatorio y no huir de la ecuación de que se percibe en función de lo que se cotiza. Todos sabemos que las prestaciones del RETA son inferiores, pero no por una perversidad, sino porque la cotización es inferior. Asimismo, la regulación ha de tener muy presente la supresión del fraude, con ello no quiero decir que el autónomo sea un defraudador.

-También se mostró partidario de la supresión de las bonificaciones…

-El mercado de trabajo debe ser depurado. Las cotizaciones están para financiar y mantener el sistema, no para promover el empleo. Por otra parte, nos encontramos con la complejidad de saber hasta qué punto bonificar la creación de empleo es efectivo y se amplían con ello el número de ocupados. Es decir, si se hubiera contratado a esta persona con o sin bonificación.

La única política de Empleo es la política educativa

-¿Cree que propuestas como establecer cuotas superreducidas para los autónomos que menos ingresen o realizar aportaciones únicas facilitarán la entrada de cotizantes y ayudarán a rescatar a muchos autónomos de la economía sumergida?

-Personalmente no son medidas que me entusiasmen. Las comprendo desde la acción del Gobierno porque lo que urge es la creación de empleo. Pero hay que mantener el rigor en las cotizaciones.

-¿Cómo se mantiene ese rigor?

-Con el compromiso fiscal. La coordinación entre la Seguridad Social y Hacienda es determinante.  

-De cara a que exista una segunda oportunidad, ¿se debe extender el plan Prepara a los autónomos?

-La protección de los autónomos en desempleo es un clásico que toma protagonismo con el mestizaje que se está produciendo en el trabajo por cuenta propia. Ante ello hay que reaccionar y dar respuesta, bien sea a través de la mejora de la formación profesional para el empleo o de planes como el Prepara.

-¿Deben converger el Régimen General y el Régimen de Autónomos?

-Que el debate de las cuestiones que afectan a la sostenibilidad de las pensiones y la protección social de los autónomos se produzcan bajo el mismo marco del Pacto de Toledo no significa que el RETA deba ser una pieza separada. De hecho, han de tener los mismos derechos y deberes que los trabajadores por cuenta ajena. No obstante, se debe avanzar hacia un gran sistema que, partiendo de las mismas premisas, exija una coordinación y reconozca las singularidades propias de cada uno de los regímenes.

-¿A qué se refiere con mayor coordinación entre regímenes?

-Debe flexibilizarse el paso de un sistema a otro, ya que los autónomos no transitan toda su vida laboral en el mismo Régimen. Venimos de un modelo industrial que se basaba en jornada-salario, salario-base de cotización, base de cotización-contribución para la protección social. En éste, el trabajo autónomo se quedaba en la periferia del modelo productivo. Ahora, sin embargo, se va acercando a la centralidad. Proceso que, además, se va agigantado con la uberización de la economía. Estamos ante un magma enorme que va desde el trabajador hipertecnológico hasta el autónomo de toda la vida. Hay que comprender la diversidad que impera en el nuevo modelo y darle un cauce razonable.

-¿Cuál es la solución para la sostenibilidad del sistema de pensiones?

-En mi opinión, hay que reforzar la contributividad. Tenemos un grave problema de ingresos. Lo primero es evitar cualquier distracción en las cotizaciones. Debemos protegerlos como la niña de nuestros ojos. Lo que se quiera promover que se promueva, pero las cuotas son sagradas.  El sistema de pensiones debe constituirse, crearse y mantenerse por y para el pago de las pensiones por las que los trabajadores cotizan durante toda su vida laboral. Esta es una ecuación de hierro que no debe ser violada.

-¿Ayudará sacar del sistema la financiación de las pensiones de muerte y orfandad?

-Esto no implica que se reduzca la carga para el sistema, y ésta es para el origen como para la sociedad que la soporta. Hay que purificar el sistema, profesionalizarlo y mejorar la contributividad. La caja de la Seguridad Social no permite cualquier acción compasiva.

Debemos proteger las cotizaciones como la niña de nuestros ojos, están para proteger en sistema, no para promover el empleo

-¿Cómo valora el CES la Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo?

-Los autónomos son el 17% de nuestro país. El 57% no quieren serlo, por ello es algo que debemos promover y proteger, porque el futuro pasa por el autoempleo. No se pueden poner puertas al campo, pero al campo hay que ir con la vestimenta adecuada, esto es lo que ha hecho la Ley. Dar orden, protección y racionalización al trabajo autónomo.

-En 2015 emitieron un dictamen sobre el anteproyecto de Ley de medidas de fomento de trabajo autónomo y la economía social en su posición sobre la figura del TRADE (sustituciones), resultó bastante controvertida…  

-El autónomo dependiente es una ‘contradicción términis’. O eres autónomo o eres dependiente. El anatema de que es poco operativo no implica que no haya que evitar hacer un uso perverso. Ahora bien, combatir el fraude no es sencillo y pasa por contar con la complicidad de los actores, en este caso sindicatos, empresarios y administración.

-¿Es partidario de suprimir esta figura?

-Creo que esta figura no atrae a nadie. Dicho esto, no soy partidario de suprimir, sino de mejorar y adaptarse a la realidad.

-Ahora que los datos parece que acompañan, ¿cómo valoran la situación del mercado laboral en España?

-El mercado laboral está exhausto y dudo que la realidad dependa de los esfuerzos jurídicos. El derecho va a la zaga de la realidad. Los cambios son bien intencionados pero no solucionan el problema de fondo, en todo caso lo enturbian. Lo que importa es el trabajo no el número de contratos.

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-¿Cómo afectará la digitalización al empleo del futuro?

-El nuevo modelo productivo tiene que estar en el epicentro de las preocupaciones de los gobiernos. Es una cuestión vital que cuenta con una opinión aprobada y concertada por parte de todos los agentes económicos que participan en el CES. Hemos de tener en cuenta que van a desaparecer el 47% de los oficios que conocemos y que la productividad aumentará un 30% pero que también se va a romper la neutralidad tecnológica y se va a producir una reducción salarial de entre el 18% y el 33%.

-A tenor de esos datos, el futuro del trabajo no parece esperanzador...

-Los datos parecen orientarnos hacia un escenario tenebroso pero nosotros no compartimos esa opinión. Desde el CES creemos que se puede atajar la situación a través de la gestión participada de empresarios y sindicatos.

-¿Cómo debe ser esa gestión participada?

-A partir de lo que en el CES llamamos el triángulo del bienestar: educación, sanidad y pensiones. Es lo único que aporta cohesión. Desde ahí es desde donde se puede gestionar el resto. Para ello la apuesta identitaria de España ha de ser la apuesta por el conocimiento, son las personas, el factor humano como factor estratégico. Esta debe ir, además, desde la guardería hasta la investigación. Y en esto estamos muy distraídos. La única política de empleo es la política educativa.

-¿Pasa esa apuesta por la centralización de la educación?

-Ese es un tema menor. Lo que ha de importar y sobre lo que se ha de hacer una reflexión profunda es en que el 60% de los niños harán una carrera que hoy en día no existe. ¡Cáspita! Cuánto nos estamos distrayendo con el rollito identitario.

-Han criticado la falta de eficiencia de determinadas políticas activas de empleo como la Garantía Juvenil…

-Estamos alarmados por la situación del empleo juvenil. Tenemos el mismo número de jóvenes que de pensionistas. Es un poco ingenuo creer que con actuaciones como la Garantía Juvenil se va a resolver el problema. El trabajo es lo único que te corporiza socialmente, por tanto si los jóvenes no trabajan el proyecto social y la cohesión se ven afectados.

-Entonces, ¿por donde pasa el futuro de los jóvenes en el mercado laboral?

-En primer lugar, he de decir que hay que poner en cuestión consignas como la de jóvenes sin futuro. Tienen ahora más futuro que nunca. Ahora bien, como le decía, si queremos que esto sea una realidad hay que potenciar el conocimiento. El 37% de los titulados superiores desarrollan trabajos de baja cualificación. Este desajuste tiene su colofón en lo que llamamos el síndrome del reloj de arena, es decir, en 2020 faltarán en España 1,9 millones de trabajadores de perfiles de ciencia, ingeniería y profesiones tecnológicas. Las necesidades del mercado laboral no responden a la cualificación real.

-En un informe de 2016 aludían a que es difícil recuperar el nivel de empleo previo a la crisis sin la construcción, ¿está anclado el modelo productivo de España? 

-No somos conscientes de la herida de la crisis, cuya cicatrización es difícil. Hemos recuperado dos millones de empleos, lo que está muy bien. No obstante, el resto de la recuperación es cada día más difícil porque son excedentes de construcción y el 70% de los parados no ha pasado la educación básica, por lo que su recolocación será muy compleja. Dicho esto, lamentarnos de la importancia del turismo o de la construcción para la economía española es un poco infantil. Eso sí, hay que profesionalizarlos.

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-¿Es la Economía Social una alternativa?

-La Economía Social, está en sintonía con el signo de los tiempos ya que conlleva cohesión y factor humano. Creo, sinceramente que, las personas son la ventaja más importante de este sector. Por otro lado, es muy flexible, se adapta a las nuevas estructuras. Hay que aclarar que no es un tipo de economía caritativa. Todo lo contrario, está conectada con la eficiencia del sistema. Y en esto las nuevas actividades de la economía digital son un nicho muy propicio.

-¿Es reversible el daño que el secesionismo está haciendo en la economía y el empleo?

El daño deja siempre huella y la cicatriz siempre se acaba viendo. Me preocupa que ni los agentes sociales ni los económicos hayan considerado oportuno hacer una delimitación previa de las consecuencias. No se ha hecho un análisis, no se ha hecho una defensa de los intereses de los representados, que en definitiva son las personas. Hay que dejar la poesía y pasar a la aritmética. La humanidad tiene un refugio que es la ley y fuera de ese refugio hace mucho frío. El caos sólo es capaz de gestionarlo la ley.