Según los expertos de la Cámara de Comercio de Madrid

¿Por qué cursar un máster en administración podría aumentar los ingresos de cualquier autónomo?

Los Másteres de Administración de Empresas no sólo son una buena oportunidad para los recién graduados, sino también para las personas que ya tienen un negocio. Los expertos de la Cámara de Comercio de Madrid explican cinco motivos por los que un MBA puede aumentar los ingresos de cualquier autónomo.

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¿Por qué cursar un máster en administración podría aumentar los ingresos de cualquier autónomo?
¿Por qué cursar un máster en administración podría aumentar los ingresos de cualquier autónomo?

La formación es una de las piezas clave para cualquier profesional, no sólo para los asalariados que estudian para conseguir un mejor puesto de trabajo, sino también para los emprendedores que necesitan cada vez más conocimientos para saber gestionar adecuadamente su negocio y desmarcarse de la competencia.

Hoy más que nunca, los emprendedores necesitan formarse constantemente para poder estar a la altura de las demandas actuales, no sólo en materia de digitalización, sino también en administración y gestión de empresas. Según advierten los expertos, estas competencias, que lógicamente no son innatas para ningún emprendedor, permiten adaptarse a las circunstancias y tomar las decisiones acertadas ante momentos adversos, como la crisis del coronavirus o un eventual desabastecimiento.

En contra de lo que muchos piensan, los cursos y másteres no sólo ayudan a los recién graduados a encontrar un empleo, o a los emprendedores a montar un negocio, sino también a los autónomos y pequeños empresarios a mantenerse o hacer crecer su actividad. Además, cada vez hay más opciones formativas flexibles y capaces de adaptarse a los horarios y a la falta de tiempo que suelen tener los trabajadores por cuenta propia.

A continuación, los expertos dan cinco motivos por los que estudiar un MBA (Máster en Administración de Empresas) puede ser una oportunidad de crecimiento para cualquier autónomo o emprendedor, y también una inversión que podría ayudarle a generar más ingresos en su negocio.

¿Por qué emprendedores y autónomos deberían estudiar un MBA?

A pesar de que pueda parecer que el precio de matrícula de un Máster MBA en Madrid es caro, cuando se explora todo lo que ofrece a nivel profesional y académico, lo cierto es que es una de las inversiones con mayor retorno que pueden hacer los autónomos.

Con un máster adecuado, el trabajador por cuenta propia va a tener herramientas con las que construir y hacer crecer su negocio, tanto si lleva poco tiempo con su actividad, como si es un emprendedor con un proyecto ya consolidado y que quiere seguir creciendo de forma ordenada, efectiva y rentable.

Nuevos caminos para el crecimiento empresarial

Estudiar un MBA ayuda a entender diferentes realidades de las empresas y perfila a los profesionales en ciertas aptitudes y características que no pueden dominar hasta que las estudian, asimilan y se lanzan al terreno de la práctica. Con estos másteres, las personas empiezan a tener mejores dotes de mando, acceden a nociones avanzadas de economía, finanzas o de liderazgo, insumos claves para aprender a buscar nuevas oportunidades de negocio.

A medida que el negocio va escalando, es fundamental saber cómo seleccionar a las personas adecuadas, dirigir equipos según la cultura o misión del proyecto y cómo motivar al equipo para el logro de los objetivos fijados.

En definitiva, se trata de ayudar a buscar nuevas sendas a la hora de emprender, dar el impulso necesario para buscar otras vías, tener ideas diferentes, y llegar más lejos a nivel profesional. A fin de cuentas, estos estudios se orientan sobre todo a aquellas personas que quieren montar y dirigir su propio negocio aprendiendo sobre finanzas, marketing, economía, gestión de equipos de trabajo, liderazgo, innovación y estrategia empresarial.

Un aprendizaje totalmente práctico

La teoría es necesaria, pero la práctica lo es aún más. Los MBA más avanzados y de renombre, como el de la Cámara de Comercio de Madrid, se vuelcan en este aspecto, ya que se ofrece una formación esencialmente práctica de lo más sencillo hasta lo más complejo y, sobre todo, centrada en la realidad de los negocios más modernos e innovadores.

Al estudiar un MBA se aprende a tomar decisiones difíciles, analizar datos y gestionar recursos limitados. Por ejemplo, se enseña a pensar en el negocio como un proyecto escalable, que puede crecer y expandirse desarrollando nuevos productos o servicios. Igualmente, el autónomo aprenderá qué perfiles de personas necesitará contratar y cómo delegar las tareas para que todo el equipo logre trabajar compartiendo objetivos.

Profesores con una amplia experiencia

La calidad del aprendizaje depende de que los docentes sean profesionales expertos con experiencia, de éxitos, pero también de fracasos. En este sentido, los MBA de calidad suelen invertir todo lo necesario para poner a disposición del alumnado profesores que son especialistas en su ámbito. Así, es posible acceder a un equipo de profesores de la talla de Isabel Aguilera, expresidenta de Google España o General Electric; o Manuel Pimentel, miembro de consejos de firmas como Telefónica, Hunosa o Endesa, entre otros.

Formarse con este tipo de personalidades no sólo garantiza una buena enseñanza, también permite conocer cuáles son las mejores técnicas para llevar adelante un negocio pequeño o mediano, independientemente del sector de actividad económica.

Así mismo, aprender con profesionales reputados influye directamente en el desarrollo de habilidades tan importantes para un emprendedor como el liderazgo, la comunicación y la negociación. Esto es importante, por ejemplo, al hacer una ronda de financiación, donde la mayoría de los inversores Venture Capital o de capital de riesgo, analizan más que el proyecto el perfil del emprendedor.

Un autónomo con un MBA como aval obtiene más confianza por parte de cualquier tipo de inversor. Esto es porque los Másteres en Administración de Empresas enfatizan en su programa académico el desarrollo de habilidades como el liderazgo, la negociación y la toma de decisiones ante problemas de diversa complejidad

Networking potenciado

En los MBA es habitual facilitar el acceso a prácticas en empresas de renombre, a ferias, foros o eventos de sectores variados dentro del ámbito empresarial con alcance a nivel nacional e internacional. Todo esto supone una buena oportunidad para hacer networking y establecer contacto con profesionales de diferentes perfiles y recorrido.

De este modo, pueden surgir nuevas oportunidades para formar nuevas empresas o modelos de negocio, sumar fuerzas o experimentar en terrenos aún desconocidos con otros mercados distintos a los habituales. También es posible interactuar con profesionales, establecer contacto y estrechar lazos.

Estas personalidades que predominan en las clases de los Master in Business Administration convierten a las escuelas de negocios en fuertes aceleradoras de personas con los mismos intereses, ideas afines y proyectos en común en cuanto a nuevas inversiones y creación de empresas en diferentes sectores. Estas conexiones son de gran valor para crear contactos ya que pueden llegar a convertirse en futuros socios o incluso en clientes potenciales.

Conocimientos para saber gestionar cualquier situación

Con un curso de un MBA, se obtiene una titulación que certifica que el emprendedor se ha preparado con los mejores, y eso abre muchas más oportunidades que cualquier otra alternativa de formación a nivel de máster.

Pero, además, se adquieren conocimientos de calidad, lo que ayudará al emprendedor a contar con un mayor dominio de cualquier frente necesario a la hora de liderar un negocio o un equipo, así como cuando toque empezar a construir un proyecto desde cero o explorar nuevas oportunidades con otros socios.

Además de ayudar a construir una marca profesional, un MBA en el mundo de los negocios aporta credibilidad y supone un entrenamiento para saber cómo adaptarse a las condiciones económicas convulsas y poseer un estilo de pensamiento innovador y visionario que detecta oportunidades dónde, por lo general, casi nadie las ve.