Cómo hace Hacienda para detectarlo

¿Qué sectores estarán más vigilados por el uso de dinero en efectivo en 2022?

El Plan de Control Tributario de 2022 pondrá un año más su foco sobre el uso de efectivo en los negocios. ¿Qué sectores serán los más vigilados por la Inspección y cómo actúa Hacienda para detectar los pagos?
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Los sectores más expuestos a inspecciones por usar dinero en efectivo
¿Qué sectores estarán más vigilados por el uso de dinero en efectivo en 2022?

El recién publicado Plan de Control Tributario para 2022 ha puesto sobre la mesa que los autónomos y pequeños negocios vuelven, un año más, a estar sobre el foco de la Agencia Tributaria. Las líneas de actuación estarán en sintonía con lo establecido en la Ley de Medidas de Prevención y Lucha contra el Fraude Fiscal que se aprobó el pasado julio, y una de las más sonadas es el control del uso del dinero en efectivo

La norma donde se refiere a la investigación y las actuaciones de comprobación del fraude tributario recoge, dentro del apartado de ‘actuaciones', que una de las ejecuciones que Hacienda mantendrá a lo largo de este año es “la presencia de la Administración en aquellos sectores en los que los niveles de economía sumergida y especialmente de ámbitos en los cuales se utiliza el efectivo como único medio de pago aceptado.

Tal y como explicó el secretario general de Gestha, José María Mollinedo, “normalmente, este tipo de acciones se centran sobre aquellas actividades que habitualmente se relacionan con el consumidor final. Ya que, en muchos casos, la información contable que suministran a la Agencia Tributaria no coincide. Es decir, no aparece el uso del dinero en efectivo en su contabilidad, sólo los ingresos de las transacciones hechas con tarjeta. Son comportamientos y movimientos económicos que suelen llamar la atención del inspector y que según qué tipo de actividades, suelen ser motivo de visita".

Sectores más vigilados por estas actuaciones de la inspección

Son muchos los negocios, y en especial los regentados por trabajadores por cuenta propia, los que pueden verse afectados por este tipo de actuaciones de la Inspección de Hacienda. Esto es debido a que la mayoría de los sectores trabajan de cara al público, es decir, con el consumidor final, lo que hace que hagan un mayor uso del dinero en efectivo para cobrar sus servicios a clientes que las grandes empresas.

En concreto, los sectores que corren el riesgo de ser más investigados por esta práctica son:

  • El comercio
  • La hostelería
  • Agricultura, el sector terciario: la recogida de fruta en los campos se hace, normalmente, dando una señal en metálico. En muchos caso, según el secretario general de Gestha, ésta no se declara e incluso se supera el límite establecido por ley
  • Las reformas y arreglos
  • La construcción
  • Las actividades inmobiliarias

¿Cómo detecta Hacienda que se está cometiendo este tipo de fraude?

Fuentes oficiales de la Agencia Tributaria revelaron el modo de cómo Hacienda es capaz de detectar cuándo un negocio está cometiendo fraude con el uso del dinero en efectivo. Según Mollinedo, la clave está en observar el comportamiento y funcionamiento de diferentes tipos de negocios por zonas, y focalizarse en aquellos que tenga “una actividad llamativa”.

Esto que denomina como “actividad llamativa” no es otra cosa que la diferencia entre las cuentas que presenta un autónomo o pequeño negocio, frente a las que puede presentar otro de la misma actividad, en la misma zona geográfica. “Hay ocasiones en las que viendo la contabilidad de las empresas se pueden ver esos incumplimientos y se puede detectar como un empresario no está declarando ese dinero en metálico” apuntó Mollinedo.

En este sentido, el presidente del Sindicato de Inspectores y Técnicos de Hacienda explicó dos tipos detección:

1.- Por no incluir el dinero metálico

Según Mollinedo hay actividades contables de los negocios que “saltan” porque sus operaciones no se asemeja a lo que ocurre en el resto de actividades. “Imagina un negocio en el que se puede pagar tanto con tarjeta, como en efectivo. Sin embargo, sólo declara las facturas de las operaciones que le pagan con tarjeta. Se trata de una situación rara y es muy fácil que un establecimiento con este tipo de comportamientos entre en el plan de comprobación porque no cumple con los ratios de normalidad de pagos”, detalló el experto.

Los ratios a los que se refirió Mollinedo y que comprueban los inspectores son muy variados, pueden ir desde la relación del negocio con los empleados, hasta el margen bruto de las compras. “Se comprueban todos aquellos aspectos que puedan indicar que un negocio está facturando en B”, dijo Mollinedo. Esto hace, siguiendo con el ejemplo anterior, que “un negocio que con más o incluso el mismo número de empleados facture menos que otro de la zona, sea sospechoso”.

2.- Por sólo incluir el dinero metálico

Asimismo, los inspectores de hacienda se suelen encontrar con otro tipo de casos y son aquellos establecimientos en los que sólo se usa efectivo. “Es fácil que un autónomo achaque que no le compensa pagar comisiones bancarias por la instalación de un datáfono, y sólo admita pagos en efectivo” dijo Mollinedo.

En este tipo de situaciones los inspectores analizan “los elementos que están detrás de la actividad”. Como, por ejemplo, el hecho de que un negocio compre más material o productos de los que dice vender. “Es un caso muy habitual. Se compra material, que se vende y que luego no se declara. Normalmente, cuando se piden explicaciones sobre dónde está el stock, las explicaciones que suelen los empresarios son tardías e inconsistentes, como que se les ha estropeado el género y han tenido que tirarlo”.

Por eso, y para comprobar que el empresario está diciendo la verdad y no está “fingiendo” se observa la vida personal del autónomo. “Se analiza el estilo de vida que mantienen a través del análisis de la adquisición de vehículos o inmuebles, las vacaciones, las compras de las tarjetas de crédito, etc”. Todo ello para determinar si el negocio está funcionando y no se está declarando debidamente, o por el contrario la actividad no es rentable y es cierto que se ha tenido que prescindir de esa materia prima.

La competencia o los propios empleados también pueden denunciar

Por supuesto, también "es frecuente que estas denuncias se realicen por parte de la propia competencia. Si alguna empresa competidora detecta, de la forma que sea, que el autónomo en cuestión suele realizar operaciones en efectivo con sumas importantes de dinero, es frecuente que denuncien. También es muy común que sean los propios empleados quienes denuncien que la empresa está realizando pagos por encima de los 1.000 euros", explicó José María Mollinedo.

En todo caso, hay que tener en cuenta que para que una denuncia de estas características tenga validez, debe cumplir algunos requisitos como que el denunciante presente la denuncia con su nombre o el de su empresa, " y esto disuade a muchos de presentar la denuncia, porque la mayoría no quieren aparecer identificados. Además, no basta con que haya sospechas de que se ha cometido una infracción, sino que se tiene que precisar la forma en la que se pagó, por qué producto o servicio se superó ese límite de pago en efectivo, y otros detalles de interés para que los técnicos hagan la comprobación oportuna".

Multas a las que se enfrentan los negocios

Para evitar que estos contribuyentes hagan un uso excesivo de dinero en metálico, que es difícil de controlar, la ley prevé desde hace años sanciones. Así, se considerarán "sujetos infractores" tanto las personas o entidades que paguen como las que reciban cantidades en efectivo incumpliendo la limitación vigente. Esto significa que tanto el pagador como el receptor responderán de la infracción que se cometa y de la sanción que se imponga. La Agencia Tributaria podrá dirigirse indistintamente contra cualquiera de ellos o contra ambos.

Se trata de una infracción tipificada como 'grave', y cuya base de la sanción será la cuantía pagada en efectivo en las operaciones de importe igual o superior a 1.000 euros y la multa a pagar será de un 25% de dicha base. Así, si un autónomo pagara o cobrara 2.000 euros en metálico, se tendría que enfrentar a una multa de 500 euros. Multa que puede ser cada vez más frecuente, habida cuenta de que uno de los objetivos del nuevo plan de control tributario es precisamente estrechar el cerco sobre los pagos en efectivo que se hacen, habitualmente, entre los pequeños negocios.