Los autónomos contratarán menos

El servicio de estudios de BBVA advierte del “efecto negativo” del SMI en los colectivos vulnerables

El servicio de estudios de la entidad considera que, de no haberse producido el incremento del salario mínimo interprofesional hasta los 900 euros mensuales, se crearían más puestos de trabajo de los previstos. Además, apunta un posible aumento de la desigualdad de rentas.

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El servicio de estudios de BBVA advierte del “efecto negativo” del SMI en los colectivos vulnerables

La economía española está perdiendo algo de fuelle y eso repercute en la creación de empleo. El servicio de estudios de BBVA ha confirmado esta preocupante tendencia en su informe Situación España del segundo trimestre del año. Éste advierte del “efecto negativo” de la subida del 22,3% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), hasta los 900 euros mensuales, que obligará a las empresas a absorber la subida o repercutirla en los precios. Coste que, en cualquiera de los casos, se acabará trasladando al mercado laboral. Concretamente las estimaciones de los expertos de la entidad que preside Carlos Torres Vila “sugieren” que, de no haberse producido este incremento, se podrían crear entre un 0,1% y un 0,4% más de empleos entre 2019 y 2020.

El informe señala, además, que serán los colectivos con mayores dificultades para acceder al mercado de trabajo (parados de larga duración, mayores de 45 años, inmigrantes o jóvenes que buscan su primer empleo) los que resultarán más perjudicados. Rafael Domench, responsable de análisis macroeconómico de BBVA Research, explicó que “los efectos de la subida del SMI se van acumulando en el tiempo”. Así, tras haber observado el impacto que se ha producido en primer trimestre del año, “pensamos que habrá unas tres décimas de menor creación de empleo en los colectivos más vulnerables”. Tesis que coincide con la avanzada por la agencia de calificación Moody’s en el informe Spain minimum wage, que explica que las compañías contratarán menos para evitar que se disparen los costes laborales y que los jóvenes que buscan su primer empleo estarán entre los grupos más afectados.

No obstante, desde el servicio de estudios de la entidad insisten en que “sigue siendo pronto” para evaluar el impacto real de la medida aprobada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez el 28 de diciembre pasado año y que entro en vigor el 1 de enero de este 2019.

Un lastre para los autónomos empleadores

BBVA Research no es la primera entidad que alerta de los efectos perversos de la subida del SMI. Los analistas Banco de España alertaron por los 125.000 puestos de trabajo que están en riesgo. Por su parte, la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) estima que se dejarán de crear 40.000 empleos. También en Bruselas preocupa el incremento que, según sus cálculos, podría afectar a 90.000 trabajadores.

A pie de negocio, son muchas las voces críticas con esta medida que, en su planteamiento, parece no haber tenido en cuenta que el tejido empresarial de España está formado por más de un 98% de autónomos y pequeñas empresas. El coste laboral de la subida será de 3.000 euros anuales por cada empleado en plantilla. Algo inasumible por muchos pequeños negocios con uno o dos empleados que aún se las ven y se las desean para llegar a fin de mes. “Si alguien piensa que los ingresos de los autónomos y las pequeñas empresas van a crecer un 22% es que no ha pagado nunca una nómina”, ha afirmado Lorenzo Amor en todas las ocasiones que ha sido preguntado por este tema.

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En la parte contraria, el Gobierno continúa con su férrea defensa de la elevada subida del SMI. El pasado martes, durante la presentación de los datos de paro y afiliación del mes de marzo, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, criticaba “lo precipitado de los análisis” de los expertos y presumía del impacto que la subida del SMI ha tenido en los ingresos por cotizaciones sociales durante el primer trimestre del año, que han crecido un 6,47%. “La economía española agradece que se suban los salarios y crezca la demanda interna”, afirmó Granado, quien aprovechó para negar que se hubiera producido trasvase de trabajadores del Régimen General al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos).  

Se creará empleo, pero a menor ritmo

Los expertos de BBVA Research han revisado ligeramente a la baja las previsiones de crecimiento anunciadas en el informe de enero. Concretamente el PIB aumentará en 2019 a un ritmo del 2,2% -dos décimas menos que a principios de año (2,4%)- y del 1,9% en 2020 -una inferior (1,9%)-.

Varias son las causas que subyacen en este descenso. Según Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research, se producirá una “moderación del consumo por consecuencia del agotamiento del impulso fiscal y la incertidumbre de la política económica”. A ello se añaden “la exposición a las tensiones y las dudas que se plantean en el comercio internacional” cuyo impacto producirá “un menor crecimiento de la economía europea”. Además, la inversión y las exportaciones – que hasta ahora tiraban de la economía española- también muestran signos de debilidad.

Si bien esta coyuntura amenaza el mercado de trabajo, el periodo 2019-2020 se saldará con una reducción de la tasa de paro hasta el 12% y con la generación de unos 630.000 nuevos puestos de trabajo. Esto, a bote pronto, supondría unos 430.000 puestos de trabajo menos que los que se crearon entre 2017 y 2018. Es decir, aumentará el empleo pero a un ritmo muy inferior al de los años anteriores.

Respecto a los salarios, éstos crecerán por encima de la inflación, según los analistas de BBVA. No obstante, advierten del frenazo en la mejora de la productividad por una posible falta de cualificación del capital humano. Esto no es algo positivo. Todo lo contrario, “el crecimiento de los salarios junto con el reducido crecimiento de la productividad aparente del factor trabajo, podría ralentizar la creación del empleo y aumentar la desigualdad de rentas”, detalla el informe. Caso distinto sería si la productividad fuese el germen de la mejora salarial, "pocas cosas hay mejores para el progreso y el bienestar social que los salarios crezcan de manera sostenible como consecuencia de aumentos de la productividad, que el crecimiento sea equitativo y que llegue a todos los trabajadores", concluye Rafael Domenech en una de sus publicaciones.