Subcomisión para la Reforma del RETA

Más de 600.000 autónomos se beneficiarían de la cuota hiperreducida que debate el Congreso

La Subcomisión para la Reforma del RETA estudia una cuota única de 50 euros para los autónomos con ingresos inferiores al SMI.

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Más de 600.000 autónomos se beneficiarían de la cuota hiperreducida que debate el Congreso

Periodistas, abogados, trabajadores sociales, guionistas… Más de 600.000 autónomos (el 20% del colectivo) no llegan al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Con la subida del 3%, que entró en vigor en julio, la base mínima de cotización del Régimen de Autónomos se estableció en 893,10 euros mensuales. En términos de cuota esto supone un desembolso de 274,10 euros cada principio de mes. Cantidad inasumible por los cientos de miles de trabajadores por cuenta propia cuyos ingresos anuales no llegan a los 9.907,80 euros del SMI.

Esta situación obliga a muchos de ellos bien a darse de baja del sistema dos veces al año -cuatro a partir del 1 de enero de 2018, cuando entre en vigor la Ley de Reformas Urgentes para el Trabajo Autónomo- o bien a trabajar en la informalidad. “Hay meses que o comes o pagas”, se lamenta Guillermo Fernández, fotógrafo madrileño que a duras penas llega a facturar los poco más de 707 euros del salario mínimo.

Precisamente, solventar este via crucis es una de las cuestiones que se debaten bajo el marco de la Subcomisión para la Reforma del RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos). Entre las propuestas que están siendo miradas con buenos ojos por parte de los distintos grupos parlamentarios y en las que coinciden -con matices- asociaciones y expertos está en reducir las bases mínimas de cotización para el colectivo de trabajadores por cuenta propia con ingresos irregulares inferiores al SMI.

“Hay que rebajar la cuota de los autónomos que no llegan al SMI”, insistió Lorenzo Amor, presidente de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Autónomos) en su comparecencia el pasado día 18 de octubre. A este respecto la Federación defiende un modelo de tres tramos de cotización para los autónomos con ingresos inferiores a los 1.000 euros al mes.

El primero se orienta al colectivo de autónomos con ingresos inferiores al SMI. De ver la luz la propuesta de ATA, cotizarán por una tarifa hiperreducida. Ésta se fija en una cuantía de 50 euros durante dos años prorrogables otros dos si demuestra tras el primer periodo el autónomo que sus ingresos han sido inferiores al SMI. Para evitar posibles fraudes, se deberá presentar modelo 347 de los dos últimos ejercicios y resumen anual del IVA y no se aplicará a los autónomos societarios, titulares o arrendatarios de locales o establecimientos abiertos al público, quienes tengan vehículos afectos a la actividad y quiénes trabajen bajo licencia administrativa.

El segundo se aplicaría a quienes tengan ingresos que se encuentren entre el SMI y la base mínima del RETA (707,60 euros y 919,80 euros). En este caso la base de cotización se equipararía a la de los autónomos del régimen agrario, que es del 18,75% incrementada en un 3,3%. Es decir, un 22,05%. Traducido a cuota serían entre 156 y 203 euros al mes, según el tramo escogido. Al igual que en el caso anterior, quedarán excluidos los autónomos societarios y el resto de colectivos mencionados.

En tercer lugar, se establecerá una Tarifa Joven de 30 euros para los estudiantes universitarios o de Formación Profesional menores de 25 años.

Consenso y habitualidad

Ajustar las bases mínimas para los que por tener ingresos ínfimos pagan a trancas y barrancas sus cotizaciones y favorecer la entrada de nuevos cotizantes al sistema mediante fórmulas como las anteriores, cuenta a priori con el consenso de todos.

En la misma línea, UPTA (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos), defiende una cotización mínima “no superior a la establecida para los beneficiarios de la Tarifa Plana” para este colectivo.También se han pronunciado en ese sentido sindicatos, la patronal de las pequeñas empresas y los expertos. Todos coinciden en la necesidad de desarrollar un sistema que tenga en cuenta el viraje del mercado laboral impulsado por la digitalización de la economía y en el que el trabajo parcial cobra especial protagonismo.

Así las cosas, otra de las claves pasa por definir el concepto de habitualidad. Desde ATA proponen que si bien tengan la obligatoriedad de darse de alta en el RETA, no se considere “autónomos habituales” a quienes tengan ingresos de menos de la mitad del SMI, demuestren que no han realizado una actividad de forma continuada durante dos meses o discontinuada durante cuatro a lo largo de todo un año. Quedarían excluidos quienes pertenezcan a un colegio profesional, tengan en propiedad o arrendado un despacho o local abierto al público, un vehículo afecto a la actividad o quienes trabajen bajo licencia administrativa.

Sea como fuere, no será hasta el año próximo cuando se conozcan las conclusiones de la Subcomisión, que este miércoles retoma sus trabajos con las comparecencias de María del Carmen Barrera, secretaria de Políticas Sociales, Empleo y Seguridad Social de UGT y de Jordi García Viña, director del Departamento de Relaciones Laborales de CEOE. Mientras tanto y más allá del debate parlamentario, a pie de calle, autónomos como Guillermo valoran en positivo la iniciativa, aunque recelan de su desarrollo definitivo “es una opción que indudablemente nos ayudaría a muchos, pero habrá que ver la letra pequeña”.