El virus les ha hundido pero es difícil acreditar pérdidas

Los taxistas se quejan de que no podrán acceder al nuevo cese de actividad

Los miles de autónomos que se dedican al sector del taxi están al límite. Además de soportar la caída de ingresos por el Estado de Alarma y estar expuestos al contagio, no pueden acogerse al Cese de Actividad extraordinario. El principal motivo es que, al estar por módulos, no tienen cómo acreditar sus perdidas para acceder a la prestación.

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Los taxistas se quejan de que no podrán acceder al nuevo cese de actividad

Las calles y ciudades que antes estaban abarrotadas de personas, desde hace dos semanas, están desiertas. El decreto del Estado de Alarma confinó a todos los españoles en sus hogares y dejó a multitud de sectores y actividades sin clientes ni ingresos suficientes para vivir. Aparte del comercio y de la restauración, hay un sector que está sufriendo más que nunca esta falta de movimiento en las calles: los taxis. Un servicio público de atención a la ciudadanía que se encuentra en una situación límite, en la que no puede ni tan si quiera acogerse a la prestación por cese de actividad extraordinario, que puso en marcha el Gobierno.

El decreto del Estado de Alarma no impide explícitamente a la población coger un taxi. Sin embargo, el confinamiento ha reducido drásticamente las carreras: los taxistas apenas llegan a hacer cuatro o cinco servicios en 12 horas. Una caída en sus ventas producida que debería convertirles en los perfectos candidatos para acogerse a la prestación extraordinaria pero que, como denunció el presidente de la Federación Andaluza del Taxi (FAAT) y Asociación del taxi en Córdoba, Miguel Ruano, no pueden solicitar. Una situación que han puesto en conocimiento del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y MIgraciones pero, hasta  el momento, no había recibido respuesta alguna.

Una de las razones que está impidiendo a los taxistas, en su mayoría trabajadores por cuenta propia, acceder a la prestación es el simple hecho de cotizar por estimación objetiva, también conocida como módulos. “La gran mayoría de los autónomos que se dedican al sector del taxi está en módulos y tiene un montón de dudas sobre cómo se va a aplicar el cese de actividad extraordinario a nuestro sistema de cotización” dijo el presidente de FAAT.

Según explicó Ruano, los taxistas o, mejor dicho, todos los 'moduleros', no pueden acreditar la caída del 75% que exige la norma para acogerse a la prestación. Aseguran, incluso, que el problema no está en llegar al porcentaje de caída que exige el Real Decreto-ley 8/2020, pues dicen tener pérdidas del 80% o 90%, sino en cómo acreditarlo. “¿cómo justificamos la caída teniendo en cuenta que estamos en módulos?” se preguntaba en presidente de FAAT.

Cabe recordar que a aquellos que cotizan por estimación objetiva no se les exige llevar un libro de cuentas y, por tanto, no pueden justificar nada vinculado a sus ingresos. “Sólo sabemos que serán la mutuas las que se encargarán de gestionar la prestación y sabemos que se podrán solicitar presentando una declaración jurada, pero seguimos sin saber cómo los que estamos en módulos vamos a poder acreditar esas pérdidas” apuntó Ruano.

Por su parte, en una guía publicada en la revista oficial de la Seguridad Social y titulada Todas las preguntas y respuestas sobre la nueva prestación extraordinaria para autónomos, la Tesorería responde a esta cuestión y asegura estar trabajando “en un protocolo con la Agencia Tributaria” para resolverlo. En su respuesta, apunta a que lo “más efectivo”, para acreditar la caída del 75% de la actividad de los moduleros, sería buscar una forma de “computar la totalidad de las operaciones, exista o no obligación de expedir facturas”. Aunque no aclara cómo se haría, ni si éste será, finalmente, el procedimiento que se utilizará. .

No poder acogerse a la prestación extraordinaria por cotizar por módulos es un problema que no sólo afecta a los taxistas, sino a los cientos de miles de profesionales que cotizan por este sistema: unos 400.000 autónomos, entre transportistas, taxistas, peluquerías y bares, que están a la espera de que el Ejecutivo aclare su situación.

Las licencias se lo ponen difícil para cesar su actividad

Otra de las razones que está impidiendo a los taxistas, unos 65.000 en toda España, acceder a la prestación del cese de actividad extraordinaria es ser un servicio público. “No nos podemos acoger al cese de actividad extraordinario como lo podría hacer, por ejemplo, una zapatería, porque nuestra actividad es una concesión administrativa y acogerse al cese de actividad implicaría la pérdida de la licencia” afirmó Ruano. Quien detalla, siguiendo con el ejemplo de la zapatería que, mientras que un comercio puede cesar su actividad y volver a retomarla cuando se acabe el confinamiento, los taxistas no pueden hacerlo, ya que el cese de la actividad en el sector implica desprenderse de la autorización administrativa que les permite funcionar. Es decir, “quedarnos sin la licencia del taxi y que luego no se puede recuperar”.

Lo que el presidente de la FATT y de la Asociación del Taxi de Córdoba quiere es “que la prestación extraordinaria para autónomos se aplique al sector del taxi como al resto de los autónomos lo antes posible”. También pide, “como lo está haciendo la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), que se suspenda la obligación a pagar la cotización este mes de marzo y que no se cargue en nuestras cuentas el cobro de la cuota el próximo martes 31”.

Miles de familias viven del taxi

Para Ruano, la situación que vive el sector es límite, pero no para la actividad, sino para las “miles de familias que viven del taxi”. El presidente de FATT expuso que gran parte de los autónomos del sector tienen el taxi como negocio familiar, es decir, trabajan en él: el autónomo y un autónomo colaborador familiar, que normalmente suele ser el cónyuge o el hijo. Por lo tanto, que haya descendido el número de carreras no sólo afecta al volumen de negocio de la actividad, sino a las miles de familias que dependen económicamente de él y que en muchos casos “iban al día, y que ahora tienen que seguir pagando hipotecas o la inversión que han hecho para cambiar el vehículo”.

Esto está obligando a muchos trabajadores por cuenta propia a hacer Expedientes Temporales de Regulación de Empleos (ERTEs). Así, por lo menos, está ocurriendo en Córdoba, donde “no paran de llamarnos taxistas, que nos piden información y ayuda para realizar ERTEs. El confinamiento de la población y las limitaciones de circulación impuestas por cada Ayuntamiento, está parando la actividad de muchos taxis que se están viendo obligatoriamente en la necesidad de suspender o reducir el empleo a sus trabajadores” señaló Ruano. Quien cree que la situación que vive en su Comunidad puede ser similar a la que se está viviendo en otras como Granada, Madrid o Sevilla: “date cuenta que, en la mayoría de las CCAA, han reducido a la mitad el número de taxistas en circulación permitida y, seguramente, en algunas regiones se vaya a más con la limitación de la actividad al 70%”.

Más de dos horas entre un servicio y otro

Aunque la norma impida a taxistas, en un menor número, circular y permita a la población utilizarlos, la realidad es que las carreras que realizan son muy limitadas. La gente utiliza los taxis para hacer la compra, ir al hospital o para ir a la casa de una persona que necesita asistencia, aunque reconoció “que nosotros tenemos que fiarnos de la gente y de que realmente están utilizando nuestros servicios para alguno de los movimientos permitidos por la Ley”.

La limitación de su actividad se nota especialmente en las horas que tardan entre que hacen un servicio y tienen otro: entre una hora y media y dos horas. También en el volumen total de carreras que realizan: apenas cuatro o cinco viajes en doce horas. Y, sobre todo, en el cansancio mental que sufren los taxistas: “muchos pasan el día solos en las paradas, esperando la llamada de algún cliente o que la radio avise de un servicio, y aunque tienen el móvil para estar entretenidos, es un estado de tensión que puede ser perjudicial para la salud”.

Una situación compleja que se agrava, al tener en cuenta que los taxistas están continuamente expuestos al contagio del virus. Están, por eso, obligados a realizar una limpieza continua del vehículo. Además, denuncian la falta de gel, de mascarilla o de guantes que sufre el sector del taxi, como muchos otros. También señalan, por el lado del cliente, que éste tiene la obligación de notificar al conductor de si está contagiado para poner en marcha un protocolo de actuación más exhaustivo.

Carreras solidarias a los hospitales

A pesar de las dificultades y de la situación límite que atraviesa el sector, el taxi muestra su faceta más solidaria y de servicio público, y ofrece carreras gratuitas a los médicos para llevarlos hospitales. “Los autónomos, en este caso los taxistas, como siempre han hecho, se han volcado en la sociedad, y han dejado a un lado sus problemas económicos para servir al resto de la ciudadanía, como ocurre en Madrid, en Granada, en Córdoba y en otras muchas ciudades.

En ellas, "los taxistas están ofreciendo sus servicios colaborando con los bancos de alimentos o transportando personal médico entre los hospitales y domicilios que necesitan atención” aseguró Miguel Ruano. Quien tiene la esperanza de que el Ejecutivo sea “sensible” con su situación y que “sea verdad, como dicen, que vayamos a  salir todos juntos de esta y que nadie se quede atrás”.