Los autónomos, expectantes

Trabajo se abre a otros modelos de indemnización por despido como la mochila austríaca

La llamada 'mochila austríaca' entra de nuevo en el debate político. Esta fórmula, que consiste en crear un fondo de aportaciones a lo largo de la vida del trabajador que éste puede recuperar como indemnización por despido básicamente, no es descartable para el Gobierno según declaraciones recientes de la ministra de Trabajo Magdalena Valerio. Es otra forma de indemnización que los autónomos con trabajadores a su cargo observan con expectación, por si pudiera ser una manera de aliviar uno de sus problemas, el gran desembolso que deben hacer en caso de prescindir de un empleado.

mochila alpes
Trabajo se abre a otros modelos de indemnización por despido como la mochila austríaca

Magdalena Valerio, ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, ha dejado la puerta abierta a analizar la introducción de la fórmula conocida como ‘mochila austríaca’ en España. Esta medida consiste en que se constituye un fondo donde se hacen aportaciones de forma que el trabajador pueda disponer las mismas si cambia de empresa, bien sea por despido, jubilación o cambio de empresa por otras causas. En Austria, país donde se creó la fórmula y único en el que funciona -de ahí el nombre-, son los empresarios los que ingresan todos los meses el 1,53% del salario bruto del trabajador para que éste disponga de una cuenta que podrá rescatar en el momento en que cambie de empresa, sea despedido y se lo lleve como indemnización o se jubile. En el país centroeuropeo, la 'mochila' ha funcionado muy bien desde que se creó en 2003 porque los trabajadores disponen de un ingreso como indemnización en caso de despido, de un dinero para capitalizar negocios propios y de complementos a su pensión. Ahora bien, esta ‘mochila’ tiene su origen en un país donde no hay prestación por desempleo, ni derecho a indemnización por despido ni otras compensaciones sociales.

En España la ‘mochila austríaca’ está en el candelero desde hace unos años. La planteó el Partido Popular para la cita electoral de 2011, la incorporó Ciudadanos en sus programas de 2015 y 2016 y ahora el Gobierno de Pedro Sánchez está dispuesto a incluirla en las mesas de diálogo social.

Hacer frente a un despido

El fondo de capitalización o ‘mochila austríaca’ presenta una serie de ventajas para el contratador y para el empleado. En el ámbito de los autónomos podría suponer un alivio para los que cuentan con trabajadores a su cargo según como se articule. El empleado cuenta con un fondo equivalente a una indemnización por despido que se ha ido nutriendo a lo largo de su vida laboral en un centro de trabajo determinado. Su implantación liberaría al autónomo empleador de hacer frente a un desembolso económico elevado en el momento del despido de un trabajador. Y éste, a su vez, tiene la libertad de cambiar de empresa sin temor a perder los derechos que la antigüedad le otorga en caso de despido.

En el caso de los autónomos personas físicas, sobre todo cuando arrecian dificultades económicas, si hay que despedir a un empleado o varios ermpleados la situación es muy dura. La mayoría de las veces, el propietario de un negocio se ve obligado a prescindir de parte de su plantilla o de toda ella porque no puede hacer frente a los gastos. Sin embargo, dar este paso es a la vez muy costoso porque el despido de sus trabajadores le supone un coste económico en forma de indemnización que le quebranta todavía más.

Hay que recordar que, en la actualidad y en virtud de la reforma laboral aprobada en 2012, las indemnizaciones por despido son dos desde el punto de vista económico: si el despido se considera procedente (basado en causas objetivas) se abonarán 20 días por año trabajado hasta un máximo de 12 mensualidades; si el despido se considera improcedente se abonarán 33 días por año trabajado hasta un máximo de casi dos años (720 días).

Articulación

El modelo austríaco podría ser una solución para desembarazarse del desembolso que hay que hacer de golpe. Si se implantase en España, la articulación de la medida es clave. En Austria el fondo- que gestionan firmas financieras privadas para obtener del mismo la máxima rentabilidad, pero donde el Estado garantiza el 100% de las cantidades depositadas-, lo paga el empresario, que lo asume como un coste laboral más del trabajador. La gestión privada y el aval del Estado se trasladarían a España, según las fuentes consultadas.

En España, los expertos y los partidos políticos que defienden esta medida contemplan tres escenarios: que lo pague el contratador, a fin de que el coste laboral mensual compense en el caso de tener que hacer frente a una indemnización por despido; que lo pague el trabajador, que dispondría de una cuenta personal a su disposición pero cuya aportación saldría de su sueldo; o que lo pague la Seguridad Social, detrayendo un porcentaje de las cotizaciones sociales, lo que hoy por hoy y dadas las condiciones de su tesorería, es muy poco probable.