Universitarios y emprendedores, ¿cómo somos?

Hombre, soltero, con nivel de renta medio, de 19 a 24 años con formación en emprendimiento pero… con miedo al fracaso
Universitarios y emprendedores, ¿cómo somos?

Seis de cada diez de universitarios quieren montar su empresa. Y si miramos hacia un horizonte temporal de tres años más del 29% dice sí a la aventura de emprender, o lo que es lo mismo son “emprendedores potenciales”. La crisis económica, la precariedad del empleo y la aparición de nuevas profesiones relacionadas con las tecnologías de la información son las tres patas sobre las que se sostiene este cambio de mentalidad entre los jóvenes que ven en el autoempleo una salida real para hacer sus primeros pinitos en el mercado de trabajo. Pero, ¿cómo son los universitarios emprendedores?

El Perfil emprendedor de estudiante universitario elaborado por la CRUE (Asociación de Universidades Españolas), RedEmprendia y CISE (Centro Internacional Santander Emprendimiento), rompe paradigmas. Los estudiantes de ciencias sociales (39,2%) son los que más inquietudes muestran por dar el paso adelante, le siguen los estudiantes de ingeniería (24%) y de humanidades (22,6%). “Las iniciativas emprendedoras no son patrimonio exclusivo de unas áreas del saber. Se tiende a pensar que se concentran en las ingenierías y en las ciencias experimentales, pero las ciencias de la salud, las ciencias sociales y las humanidades presentan cada vez más casos de intento y de éxito emprendedor”, explica Senen Barros, director general de RedEmprendia.

Por género la distancia entre hombres y mujeres se acorta, un 54% respecto a un 46%. En este sentido cabe destacar que, tal y como asevera Patricia Oreña, ‎directora del área nacional de Emprendedores y Jóvenes Autónomos de ATA (Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos), la tasa de mujeres emprendedoras en España “es bastante más elevada que en el resto de Europa”. De hecho, si atendemos a la tasa de éxito de programas concretos, como el Santander YUZZ, aunque los participantes pertenecen en su mayoría al género masculino, fuentes de la entidad afirman que “las empresas constituidas por mujeres presentan mejores resultados en términos de facturación anual” siendo además proyectos promovidos por mujeres los galardonados con los principales premios vinculados a la iniciativa.

En cuanto a sus ingresos, en más del 52% de los casos los alumnos que emprenden declaran tener un nivel de renta medio. Por rango de edad los que marcan la diferencia son los estudiantes de entre 25 y 34 años, con un 26,8% de ellos con claras intenciones de emprender. Ahora bien, si sumamos los resultados de los de 20 (11,3%), 21 (12,0%), 22 (15,2%) y 23 (13,2%) años el resultado es que más de la mitad de ellos valoran el autoempleo como primera salida.

Innovación, miedo al fracaso y actividad

 

El desarrollo y omnipresencia de las TIC hace que la mayor parte de las iniciativas emprendedoras de potencial innovador tengan una componente TIC muy acentuada, lo que además se ve favorecido por los costes cada vez menores de este tipo de tecnologías y los de los servicios a ellas asociados”, aclara Barros. Rasgo que, sin embargo, no ha minorado la persistencia del miedo a emprender. El 48,6% lo padece.

Ahora bien, en la parte contraria existe un 4,9% que ha superado esa aversión pasando a integrar el grupo de quienes ya cuentan con el bagage de haber puesto en marcha un negocio. Además, un 7,5% ha participado como socio en una empresa familiar. En este sentido educar desde las edades tempranas en la cultura de la segunda oportunidad y acabar con la penalización del fracaso “es imprescindible” para consolidar el cambio de mentalidad entre los emprendedores.

 

 

Lo que opinen sí que importa

 

Entre los datos que destacan del informe llama la atención el relativo al peso que tienen las opiniones de familia y amigos, siendo las de éstos últimos, con un 65,4%, las que más se tienen en cuenta, seguido por la de alguien que lo haya hecho en los dos años previos (65,0%), así como la de la familia (48,1%).

Con respecto al apoyo que se encuentran más alla de la puerta de casa, los jóvenes aprueban con nota el respaldo que les proporcionan las universidades, especialmente en el diseño de programas orientados a fomentar el emprendimiento (70,3%), así como los premios e incentivos a los emprendedores universitarios (62%) y los cursos orientados a cómo emprender (61,8%). En la parte contrario están los suspensos que los estudiantes otorgan tanto a las actuaciones y políticas que se dan en el ámbito regional como a nivel de financiación (créditos, venture capital, etc…).