Bajar el impuesto elevaría la recaudación

Los veterinarios dicen que la subida del IVA está teniendo un efecto demoledor

Desde 2012, las visitas a las clínicas se han reducido un 35% y el volumen de negocio un 12%. El sector, gravemente precarizado, se enfrenta ahora a la entrada de fondos de inversión que buscan sólo la rentabilidad y al exceso de profesionales. 

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Los veterinarios dicen que la subida del IVA está teniendo un efecto demoledor

“Demoledor”, con este término califica Manuel Lázaro, miembro de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid, el efecto que la subida de 13 puntos de IVA (del 8% al 21%) ha tenido en el sector. De hecho, desde que se aprobase en septiembre de 2012, las visitas a las clínicas veterinarias -principalmente las preventivas- se han reducido un 35% de media, llegando hasta el 43% en zonas como Galicia, explica Manuel Reinoso, vicepresidente de la AEVET (Asociación Española de Veterinarios).

Además, el Informe sobre la situación socioeconómica y laboral del sector veterinario de animales de compañía en España, elaborado por CEVE (Confederación Empresarial de Veterinarios de España), apunta que este descenso se habría traducido en una caída del volumen de negocio del 11,82% y el aumento de la precariedad laboral. Según se extrae del documento, sólo entre 2012 y 2013 la tasa de estabilidad en el empleo cayó un 7,22% y el número de trabajadores eventuales aumentó cerca del 44%.

A la vista de estos datos el sector ha pulsado, de nuevo, el botón de alerta y reclaman al Gobierno que aplique el tipo reducido de IVA, tal y como se recoge en una Proposición No de Ley (PNL) aprobada en el Congreso de los Diputados en octubre de 2016. “Una reducción del IVA a los servicios veterinarios garantizaría un aumento de las condiciones higiénicas y sanitarias para la población con respecto a determinadas enfermedades o infecciones de origen animal”, afirmó Delia Saleno, presidenta de la CEVE, durante la presentación del informe. No sólo eso. Según la Confederación rebajar el IVA de los veterinarios del 21% al 10% supondría un aumento en la recaudación de cinco millones de euros, de los 8,48 millones anuales de la actualidad hasta 13,45 millones.

Asumido por los veterinarios

La de Hacienda no sería la única cartera beneficiada. Relajar la presión fiscal a la que está sometido un sector que genera más de 2.200 millones de euros al año revertiría en la caja de la Seguridad Social. En primer lugar por la posible mejora de las cuotas de cotización de un colectivo en el que entre el 60% y 70% de los trabajadores son autónomos. En segundo porque, tal y como es deseo del sector “permitiría corregir las condiciones precarias en las que se encuentran muchos de los trabajadores contratados por las clínicas y recuperar muchos de los empleos que se han destruido”, insiste Reinoso.

Jaime Díaz, gerente de AMVAC (Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía) explica que “muchos optaron por asumir la subida y no repercutirla al cliente, lo que resultó un desastre económico para las clínicas que se vieron obligadas a rebajar sus costes laborales”. Punto este se constata en el Informe de la CEVE. Entre 2011 y 2014 los gastos de personal del sector descendieron un 6,28% y, entre 2008 y 2014 el salario medio se recortó un 13,63%, lo que en términos salariales se traduce en 2.100 euros por año. Se añade otra puntilla, los veterinarios se encuentran entre los cuatro últimos puestos del ranking salarial de actividades sanitarias, ocupando el puesto 75 de 79.

Fondos de inversión y sobredimensionamiento

Cuatro de cada diez hogares en España tienen, al menos, una mascota y se calcula que hay cerca de 22 millones de ellas en el país. Un boom que ha despertado el interés de los fondos de inversión. “Es un riesgo al que nos enfrentamos y que afecta especialmente a los autónomos del sector”, alerta Lázaro.

Circunstancia que también ha sido denunciada por la AEVET, que señala que unas 6.000 clínicas estarían amenazadas por la entrada de estos actores para los que “no prevalece la salud de los animales. Su único objetivo es la explotación económica de las mascotas”, lamenta Reinoso. Desde la asociación han detectado, al menos, ocho fondos de inversión que “se quedan con traspasos de clínicas en quiebra. Despiden al personal y contratan recién licenciados, lo que está afectando a la calidad de vida de las mascotas y, como consecuencia, a la salud de sus dueños. En definitiva, se está poniendo en riesgo la salud pública”.   

A este respecto, el Gerente de la AMVAC, aporta una versión más optimista, “los fondos compran un porcentaje minoritario. Si mantienen las cosas tal y como están tanto en empleo como en equipamiento, servicios… podría incluso ser beneficioso para el sector”.

Otro de los problemas con los que se enfrenta el sector es del del sobredimensionamiento de profesionales. “Sobran veterinarios en proporción a la población de España”, destaca Lázaro. Cada año se matriculan 1.400 nuevos estudiantes en Veterinaria, en uno de los 13 centros universitarios de las distintas comunidades autónomas. Cifra, esta última, muy por encima de la de países como Francia o Reino Unido donde el número oscila entre tres y cuatro.  En este apartado, la CEVE califica de “desolador” el panorama para las nuevas generaciones de veterinarios y apunta que entre 2016 y 2017 el desempleo entre los profesionales de entre 25 y 29 años creció un 700%.   

Mucha inversión y poco margen

Vocacional. Este es el adjetivo en el que coinciden los representantes de los veterinarios. Tal es así que “pese a que muchos estamos asfixiados y vivimos al límite nos sacrificamos y seguimos ejerciendo sin peros”, relata el miembro de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid.

Abrir una clínica veterinaria requiere una inversión de entre 30.000 y 50.000 euros en el caso de las más pequeñas y de entre 100.000 y 120.000 euros para una de tamaño medio equipada con lo imprescindible. Como referencia a tener en cuenta, un buen equipo de rayos tiene un coste medio de 28.000 euros. Se suman a la factura los gastos mensuales, que en el caso de un consultorio o clínica con un veterinario y un empleado se aproximan a los 8.000 euros, es decir 96.000 euros cada año. Sin contar impuestos (IVA, sociedades en su caso...)

Los ingresos, sin embargo, no son para tirar cohetes. Según AMVAC rondan los 180.000 – 200.000 euros anuales. En definitiva, el margen de beneficio medio obtenido por una clínica veterinaria es de entre el 10% y el 15%.

En relación a lo anterior, el vicepresidente de la AEVET hace hincapié en que, “nosotros no somos médicos, no cobramos un sueldo fijo a fin de mes, los costes de inversión y mantenimiento de los equipos los tenemos que asumir de nuestros ingresos… No somos ricos, al igual que tampoco somos conscientes del papel que tenemos en la sociedad. Todos los alimentos han de pasar por nuestras manos. Si los veterinarios nos ponemos en huelga los supermercados se quedarían sin comida”.