Suelen acceder a ellas los más vulnerables del sector

El Gobierno aprueba ayudas de 30.000 euros para transportistas que se retiran

El Gobierno publicó el pasado viernes las ayudas de 30.000 que se destinan al abandono de la actividad de los transportistas autónomos. Son profesionales que necesitan de esta aportación para poder vivir cuando deben dejar el vehículo. Sin embargo el sector teme que puedan desaparecer estas ayudas en unos años.

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El Gobierno aprueba ayudas de 30.000 euros para transportistas que se retiran

Son muchos los autónomos dedicados al transporte que respiran desde este jueves un poco más tranquilos. El Gobierno ha publicado las ayudas para el abandono de la actividad destinadas a los transportistas por cuenta propia más vulnerables del sector que están planeando su retirada y que necesitan de esta aportación para poder jubilarse. Estos profesionales podrán optar a una subvención de 30.000 euros.

Estas ayudas han sido aprobadas otros años atrás. Y esta vez, la Secretaría de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha vuelto ha hacerlo tras un 2019 lleno de incertidumbre sobre el futuro de esta convocatoria. Además, “este año, las ayudas tienen especial importancia para el colectivo. Ya no sólo porque hay muchos profesionales que la necesitan para poder vivir, sino porque el transporte se ha visto muy dañado en los últimos meses debido a la crisis del COVID-19” explicó José Carlos López Jato, vicepresidente de Fetransa (Federación Española de Transportistas Autónomos).

Según contó López, aunque el transporte fue considerado como una actividad esencial y, por lo tanto, estaba permitido, la caída de la actividad fue notable para los autónomos del sector. La convocatoria de las ayudas es “ahora como un balón de oxígeno para ellos”. Está especialmente “dirigida a los transportistas más vulnerables del sector, que son los más mayores o aquellos que tienen alguna enfermedad o incapacidad permanente, y para los que cuando llegue la reactivación económica ya será demasiado tarde” recalcó. 

En esta ocasión, las ayudas para el abandono de la profesión cuentan con un una partida de 9.780.000 euros. Una cifra que es algo superior a la del año pasado -cuando fue de 9.090.000 euros- y que va a beneficiar a entre 300 y 350 transportistas autónomos. Aunque para Fetransa las ayudas son “insuficientes” para cubrir la alta demanda por parte de los profesionales, son conscientes de que “se está trabajando con unos Presupuestos que están prorrogados”.

Desde la Federación piden que, en los próximos años, se aumente la partida, porque calculan que actualmente el número de autónomos de entre 60 y 65 años dedicados al transporte es de entre 3.000 y 4.000 personas.

Una generación depende de estas ayudas

Las ayudas al abandono de la actividad del transporte proporcionan al autónomo un colchón económico de 30.000 euros para el momento de su jubilación. Cifra que se puede incrementar en 5.300 euros en cada semestre que le falte al transportista para alcanzar los 65 años.

Aun con todo, la "realidad es que las ayudas sólo llegan a la gente que tiene más de 65 años y a personas a las que se les ha reconocido una invalidez permanente. Son transportistas que realmente necesitan este apoyo” dijo el vicepresidente de Fetransa. Para López es muy importante "echarle una mano a la gente que tiene 60 años o más, para que pueda salir del sector con una cierta dignidad. Son unas ayudas fundamentales para toda una generación de transportistas que empezó en una condiciones muy difíciles; que probablemente haya cotizado durante toda su vida por la base mínima, o bien porque no ha podido cotizar más o porque no ha sido bien aconsejado; y para la que su patrimonio se ha reducido a la nada, porque su tarjeta de transporte ha perdido todo el valor” relató.

El porqué de estas ayudas y de su importancia radica en la desinformación sobre la importancia de la cotización por parte de los autónomos y, concretamente, de los transportistas. Según el vicepresidente de la Federación Española de Transportistas Autónomos, la mayoría de los beneficiarios pertenecen a una generación a la que no se les ha explicado la importancia de cotizar más y que no ha pensado en la trascendencia de la cotización para la jubilación. “Lo dejaron todo en manos externas, de gestorías que les decían que por qué iban a cotizar más, que a saber qué iba a pasar. Esto provocó que, ahora, los transportistas que se jubilan, lo hagan con a penas 600 euros de pensión y cuatro montones de hierro que no valen nada”.

Antes podían vender su tarjeta de transporte

Antes de la entrada el vigor del Real Decreto 70/2019 y que modificó la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres (ROTT), los transportistas más mayores vendían, en el momento de su jubilación, su tarjeta de transporte por uno 25.000 euros a los nuevos autónomos del sector. Antiguamente, los requisitos para acceder a la actividad eran muy altos - había que tener, por ejemplo, una flota mínima de tres vehículos –, un coste muy alto para los conductores primerizos, que aprovechaban la retirada de un transportista mayor para conseguir este permiso.

Sin embargo, con el ROTT, desapareció la tarjeta de transporte y, por tanto, el colchón extra que tenían reservados muchos autónomos. “Ahora sólo tienen esta ayuda para dejar la profesión con cierta dignidad y poder navegar los últimos años de su vida” dijo López.

El vicepresidente incidió en la importancia que tenían las ayudas ya no sólo para el transportistas, sino también para su cónyuge. Aseguró que normalmente es un matrimonio el que vive exclusivamente de estas ayudas “porque pertenecen a una generación en la que la mujer todavía no se había incorporado al trabajo”.

A las ayudas al abandono le quedan cuatro o cinco años

Aunque las ayudas para el abandono de la actividad del transporte autónomos son, en estos momentos, indispensables para muchas personas, lo cierto es que tienen fecha de caducidad. El año pasado ya peligró su renovación. “Tenemos suerte porque la Directora general de Transporte Terrestre, Mercedes Gómez, está concienciada y tiene una visión del transporte no sólo económica, sino también social ”dijo el vicepresidente de Fetransa.

Sin embargo, López apuntó que, en unos cuatro o cinco años, las ayudas desaparecerán. “El efecto que va a tener sobre el mercado el ROOT es que, en un futuro, va a haber menos oferentes. Es decir, la oferta de transporte se va a concentrar en menos empresas y, a medio plazo, lo que se espera es que los precios suban” contó.

Una situación que empezará a notarse en el sector dentro de unos ocho o diez años pero, hasta que eso ocurra y los negocios puedan obtener más beneficios por su actividad, “las ayudas deben mantenerse”. Los efectos y beneficios del nuevo Reglamento en el sector serán evidentes cuando la actividad pase de tener 57.000 empresas a 33.000 empresas y, hasta entonces, las ayudas al abandono tienen que seguir estando. “La situación de los transportistas en el futuro será diferente. Operarán en un mercado distinto, dónde el autónomo estará más especializado y los precios se prevé que vayan a ser mejores”.

Requisitos para ser beneficiario

Para ser beneficiario de estas ayudas para el abandono de la actividad, los transportistas deberán cumplir una serie de condiciones en la fecha de presentación de la solicitud.

  • Los autónomos deberán tener, en la fecha en la que tramiten su solicitud, una edad superior o igual a cincuenta y ocho años o haberle sido declarada una incapacidad permanente absoluta o total para el desempeño de la profesión habitual de transportista.

  • El trabajador por cuenta propia deberá, además, ser titular, en el momento de la solicitud de una autorización vigente de transporte público de mercancías o de viajeros en autobús con un máximo de tres copias. Deberá haber sido titular de esta durante los diez últimos años de forma ininterrumpida.
  • Se entenderán como autorizaciones válidas para la presentación de la solicitud las que sean de transporte público de mercancías de ámbito nacional, comarcal o local para vehículo con capacidad de tracción propia, incluidas las de la clase TD. También las de transporte público de viajeros en autobús de ámbito nacional, comarcal o local.
  • A los solicitantes no sólo se les exigirá haber tenido vigente ininterrumpidamente su autorización de transporte durante los diez últimos años, sino también estar dado de alta en el RETA durante este mismo plazo de tiempo.
  • Además, será condición sin equa nonque el autónomo se comprometa a abandonar la actividad de transporte público, procediendo a la renuncia de todas las sus autorizaciones como transportista.