Podrá solicitarse hasta el próximo 12 de abril

Los transportistas que decidan jubilarse recibirán 30.000 euros de ayuda

El Gobierno aprobó el pasado viernes ayudas de 30.000 euros para los transportistas de más de 58 años que decidan abandonar la actividad. El plazo para solicitarlas finaliza el próximo 12 de abril.

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Los transportistas que decidan jubilarse recibirán 30.000 euros de ayuda

Los autónomos dedicados al transporte respiran desde el pasado viernes un poco más tranquilos. Un año más, el Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la convocatoria de la nueva partida de ayudas para el abandono de la actividad destinadas a los transportistas por cuenta propia mayores de 58 años -o con una incapacidad- que están planeando su retirada y que necesitan de esta aportación para poder jubilarse. Estos profesionales podrán optar a una subvención de 30.000 euros.

Los transportistas podrán solicitar esta prestación hasta el próximo 12 abril y a través de la sede electrónica del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma). Las ayudas al abandono está especialmente dirigida a los transportistas "más vulnerables del sector, que son los más mayores o aquellos que tienen alguna enfermedad o incapacidad permanente, y para los que cuando llegue la reactivación económica ya será demasiado tarde” explicó el vicepresidente de la Federación Española de Transportistas Autónomos (Fetransa), José Carlos López Jato. 

Para el 2021, la Resolución de la Secretaría de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, cuentan con una partida de 9.540.000 millones de euros. Una cifra algo inferior a la del año pasado -cuando fue de 9.780.000 euros-v que, en principio, beneficiará a entre 300 y 350 transportistas autónomos. No obstante, Fetransa considera que las ayudas son “insuficientes” para cubrir la alta demanda por parte de los profesionales, ya que según calculan, "el número de autónomos de entre 60 y 65 años dedicados al transporte es de entre 3.000 y 4.000 personas".

Estas ayudas son vitales para toda una generación

Las ayudas al abandono de la actividad del transporte proporcionan al autónomo un colchón económico de 30.000 euros para el momento de su jubilación. Cifra que se puede incrementar en 5.300 euros por cada semestre que le falte al transportista para alcanzar los 65 años.

Aun con todo, la "realidad es que las ayudas sólo llegan a la gente que tiene más de 65 años y a personas a las que se les ha reconocido una invalidez permanente. Son transportistas que realmente necesitan este apoyo” dijo el vicepresidente de Fetransa. Para López es muy importante "echarle una mano a la gente que tiene 60 años o más, para que pueda salir del sector con una cierta dignidad. Son unas ayudas fundamentales para toda una generación de transportistas que empezó en una condiciones muy difíciles; que probablemente haya cotizado durante toda su vida por la base mínima, o bien porque no ha podido cotizar más o porque no ha sido bien aconsejado; y para la que su patrimonio se ha reducido a la nada, porque su tarjeta de transporte ha perdido todo el valor” relató.

El porqué de estas ayudas y de su importancia radica en la desinformación sobre la importancia de la cotización por parte de los autónomos y, concretamente, de los transportistas. Según el vicepresidente de la Federación Española de Transportistas Autónomos, la mayoría de los beneficiarios pertenecen a una generación a la que no se les ha explicado la importancia de cotizar más y que no ha pensado en la trascendencia de la cotización para la jubilación. “Lo dejaron todo en manos externas, de gestorías que les decían que por qué iban a cotizar más, que a saber qué iba a pasar. Esto provocó que, ahora, los transportistas que se jubilan, lo hagan con apenas 600 euros de pensión y cuatro montones de hierro que no valen nada”.

Requisitos para ser beneficiario

Para ser beneficiario de estas ayudas para el abandono de la actividad, los transportistas deberán cumplir una serie de condiciones en la fecha de presentación de la solicitud.

  • Los autónomos deberán tener, en la fecha en la que tramiten su solicitud, una edad superior o igual a cincuenta y ocho años o haberle sido declarada una incapacidad permanente absoluta o total para el desempeño de la profesión habitual de transportista.
  • El trabajador por cuenta propia deberá, además, ser titular, en el momento de la solicitud de una autorización vigente de transporte público de mercancías o de viajeros en autobús con un máximo de tres copias. Deberá haber sido titular de esta durante los diez últimos años de forma ininterrumpida.
  • Se entenderán como autorizaciones válidas para la presentación de la solicitud las que sean de transporte público de mercancías de ámbito nacional, comarcal o local para vehículo con capacidad de tracción propia, incluidas las de la clase TD. También las de transporte público de viajeros en autobús de ámbito nacional, comarcal o local.
  • A los solicitantes no sólo se les exigirá haber tenido vigente ininterrumpidamente su autorización de transporte durante los diez últimos años, sino también estar dado de alta en el RETA durante este mismo plazo de tiempo.
  • Además, será condición que el autónomo se comprometa a abandonar la actividad de transporte público, procediendo a la renuncia de todas las sus autorizaciones como transportista.

Antes tenía la opción de vender su tarjeta de transporte

Antes de la entrada el vigor del Real Decreto 70/2019, que modificó la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres (ROTT), los transportistas más mayores vendían, en el momento de su jubilación, su tarjeta de transporte por unos 25.000 euros a los nuevos autónomos del sector. Antiguamente, los requisitos para acceder a la actividad eran muy altos - había que tener, por ejemplo, una flota mínima de tres vehículos –, un coste muy alto para los conductores primerizos, que aprovechaban la retirada de un transportista mayor para conseguir este permiso.

No obstante, con el ROTT, desapareció la tarjeta de transporte y, por tanto, el colchón extra que tenían reservados muchos autónomos. “Ahora sólo tienen esta ayuda para dejar la profesión con cierta dignidad y poder navegar los últimos años de su vida” dijo López.

El vicepresidente incidió en la importancia que tenían las ayudas ya no sólo para el transportistas, sino también para su cónyuge. Aseguró que normalmente es un matrimonio el que vive exclusivamente de estas ayudas “porque pertenecen a una generación en la que la mujer todavía no se había incorporado al trabajo”, concluyó.