Todos los pasos y dificultades

Quiero montar una clínica veterinaria, ¿cómo lo hago?

Poner en marcha un centro veterinario es un proyecto que muchos profesionales empiezan con ilusión pero, a veces, se va perdiendo a lo largo de todo el proceso de constitución. Abrir las puertas de su propia clínica puede convertirse en todo un reto.

Veterinaria_Mascota
Quiero montar una clínica veterinaria, ¿cómo lo hago?

Ejercer por cuenta propia una actividad sanitaria orientada a los animales en tu propia clínica es decir, trabajar como veterinario autónomo no es fácil. Abrir un centro veterinario es un proceso que requiere de una serie de conocimientos, de trámites burocráticos y supone un coste que, en muchas ocasiones, hace que el profesional pierda la ilusión.

“Si uno piensa bien todo el proceso que conlleva montar un centro veterinario…se quitan las ganas de llevarlo a cabo. Es un proceso horrible” afirmó Alfredo Fernández, perito del Consejo General de Colegios Veterinarios de España (Covet) y dueño de varias clínicas veterinarias en Madrid. “Además, al principio hay que validar el proyecto, cumplir con una serie de permisos y es un proceso en el que lo único que se hace es pagar, pagar y pagar”. 

La inversión necesaria y los costes fijos son dos aspectos que según Fernández muy pocos emprendedores tienen en cuenta al abrir una clínica veterinaria. “La falta de previsión y el desconocimiento de no saber que la inversión no se va a recuperar hasta que pasen unos -por ejemplo- tres años hace que se originen lo que nosotros calificamos como veterinarias autocontratación. Si verdaderamente se hiciera al principio un cálculo económico de su futuro rendimiento, muchos se darían cuenta de éste no va a llegar ni para el sueldo mínimo de un profesional” explicó Fernandez. Este perito considera que esta falta de visión  va en detrimento de todo el sector, porque la clínica acabará bajando los precios, la calidad del servicio no será la óptima y la competitividad se altera porque el cliente no tiene una referencia objetiva de los precios. “Así un servicio que puede rondar los 50 euros, se puede encontrar en el mercado por 65, por 45 e, incluso, por 15 o 10 euros”.

¿Cómo poner en marcha una clínica veterinaria?

En España hay casi 7.000 veterinarios que ejercen la actividad por cuenta propia, es decir, tienen su propio centro. Para ello, han tenido que pasar por un proceso de constitución complicado. Lo primero que hay que saber, según Alfredo Fernández, es que “montar una clínica veterinaria en Madrid -por ejemplo- no es diferentes de montar otro tipo de negocio. La clínica veterinaria es la plasmación de toda una fase de formación, de estudios y de realización de un sueño que tiene un facultativo a la hora de ejercer su trabajo”.

Para que abrir las puertas de un centro veterinario veterinario, el autónomo debe hacer frente a una serie de dificultades que Alfredo Fernández resume en las siguientes:

1.- Formación y experiencia

Una de las primeras dificultades a las que va a tener que enfrentarse el emprendedor es la necesidad de formarse, pero no sólo en Veterinaria, sino también en es necesario tener conocimientos empresariales. “Lo primero que tiene que hacer un graduado que quiera ejercer por cuenta propia es emprender un periodo de formación de al menos dos o tres años trabajando en una clínica o mediante cursos o masters de posgrado que tengan capacidad aplicativa” afirmó Fernández.

Ello le permitiría al emprendedor aprender cómo funciona un negocio por dentro y especializarse en aquello a lo que quiera dedicarse: medicina interna, cirugía, etc. “Aquí hay que entender que la clínica veterinaria en los últimos años ha cambiado notablemente, la imagen convencional de un profesional, parecida a la de un médico, sentado en un consultorio realizando un servicio a cambio de unos honorarios ahora mismo es impensable. Las estructuras que hay ahora son complejas, especializadas en diferentes niveles: consultorios, clínicas u hospitales, con tecnologías y profesionales altamente cualificados”.

2.- Desarrollo de la idea de negocio

Una vez que el emprendedor ya cuenta con la formación y la experiencia necesaria empieza a desarrollar su idea de negocio. Éste es uno de los pasos más complicados debido a que son muchos los factores a tener en cuenta. “Hay que hacer un plan de negocio, donde se lleve a cabo un análisis de mercado, se estudie el lugar dónde se va a situar la clínica, qué tipo de servicio se va a ofrecer, qué horario se va a tener, el coste del servicio, cuáles serán los posibles clientes, cuál es nuestra competencia… En resumen, hay que analizar empresarialmente las oportunidades y los riesgos a los que nos podemos encontrar”.

El emprendedor tendrá que decidir en este punto qué tipo de negocio quiere abrir. Normalmente los veterinarios pueden poner en marcha tres tipo de centros, cada uno con unos requisitos, características e inversiones diferentes:

  1. Consultorio veterinario: suelen tener en torno a 75 m2. Está dotado de una sala de espera, otra de consulta y una de curas; además de un aseo. También podrían llegar a tener una sala comercial dónde se expondría una serie de accesorios y alimentos para mascotas. La inversión está en los 100.000 euros.
  2. Clínica veterinaria: en estos centros se puede pasar consulta y terapias básicas, además se tiene la posibilidad de realizar pequeñas intervenciones quirúrgicas. Tendría una estructura por el encima de los 100 m2 y debería estar compuesta con una sala de espera -un poco más grande que el centro anterior-, con una recepción, una tienda o área comercial anexa, dos consultas veterinarias, una sala de pre-cirugía y un quirófano. Además de diferentes elementos para hacer diagnóstico de imagen mediante máquinas de Rayos X -por ejemplo- y un pequeño laboratorio. La inversión ronda los 250.000 euros.
  3. Hospitales veterinarios: tienen más de 250 m2 y están dotados de dos o tres consultas, un par de quirófanos, una sala de hospitalización, de diagnóstico con imagen y laboratorio “dónde el límite de los materiales los pone la inversión de los que se dispone: TAC, scanners, resonancias magnéticas, etc.  La inversión ronda los 400.000 euros.

En este apartado también se debe configurar y definir la marca del negocio, con su merchandising y su imagen corporativa. Además de tener en cuenta todos aquellos elementos decorativos (cuadros, sillas, camillas, mostradores…) que va a necesitar para realizar su actividad.

La ubicación del centro es una decisión fundamental ya que cada local está sujeto a una serie de requisitos y costes en función del Ayuntamiento que lo regule. “Hay que tener en cuentas todos estos elementos normativos. Asimismo mi consejo para los emprendedores es que mejor alquilen un local, ya que el dinero que destinarían a comprar un establecimiento lo pueden utilizar para invertir en el propio centro  En cuanto a cómo financiar la clínica, Fernández piensa que “lo ideal es combinar las diferentes posibilidades: fondos propios, préstamos, la utilización de renting o leasing para las maquinarias, etc”.

3.- Permisos y licencias

Una vez que el emprendedor tenga definido cómo va a ser su negocio, llega el momento de cumplir con los trámites de carácter administrativo. “Tienes que hacer un proyecto del local y debe estar firmado por el arquitecto. Ésto, según la legislación local, puede tener una serie de particularidades” aclaró Fernández.  Además, hay que pedir la licencia apertura, actividad y funcionamiento, inscribir el negocio en el Ayuntamiento en el Registro de Centros y Profesionales Veterinarios, disponer de la autorización municipal visible y se ha de dar de alta en Registro de Actividades Económico Pecuarias de la Comunidad de Madrid (si se monta en este territorio) en la categoría de núcleo zoológico: consultorio, clínica u hospital.

El uso de métodos de diagnóstico de imagen, como los Rayos X, exige que se tengan que pedir unos permisos especiales a Industria, al Consejo General de Energía de Nuclear que tiene que hacer un proyecto sobre el impacto de la radiación y tiene que verificar la seguridad. Asimismo, hay externalizar la recogida de los residuos que generan estos centros: punzantes y cortantes; biológicos y químicos.

También hay que asegurar el local contra incendios y robos (los centros veterinarios son robados una media de dos veces al año según reveló Fernández). El profesional debe contratar un seguro de responsabilidad sanitario y colegiarse. 

El personal y el tipo de contrato que se le va hacer: a tiempo parcial, completo o la contratación de un freelance, dependerá del tipo de sociedad empresarial escogida: autónomo persona física o sociedad, normalmente suele ser limitada.