Conoce Marrakech a través de los ojos de Yves Saint Laurent

Coincidiendo con la inauguración del Museo de Yves Saint Laurent en la ciudad roja, te preparamos una guía por los lugares preferidos y que más inspiraron al coutier. Abre la puerta de África para descubrir los oasis predilectos de los viajeros más exquisitos.

Foto1
El Jardin Majorelle.
Conoce Marrakech a través de los ojos de Yves Saint Laurent

Cuando Yves conoció Marrakech en 1966 quedó tan sorprendido que compró el Jardin Majorelle, construido en 1919 por el pintor francés Jacques Majorelle y lo convirtió en su Villa Oasis, a la que iba a menudo. Este jardín es una obra de arte viva en movimiento, compuesto de plantas traídas de muchas partes del mundo. Tras la muerte del diseñador, sus cenizas fueron esparcidas en el jardín y se construyó un monumento en su honor.

50 años después y cumpliendo el sueño del courier, Pierre Bergé, cofundador de la marca y excompañero sentimental del modisto, encargó a Studio K.O. la realización de un templo que acaba de abrir sus puertas. Situado en la calle que lleva el nombre del diseñador, este edificio tiene 4.000 metros y está inspirado en el mítico esmoquin femenino que diseñó el modisto: a partir de ladrillos satinados en terracota intentan reproducir el ligero brillo del tejido desde su fachada.

FotoApertura

Más que como un museo, está planteado como un centro cultural que cuenta con salas de exposiciones, una biblioteca sobre moda y cultura bereber, una librería, un auditorio y un café. Además, se exhiben parte de los archivos de la firma, compuesta por 5.000 vestidos y 15.000 accesorios de alta costura, así como numerosos esbozos y dibujos de sus colecciones.

De compras por la meca del regateo 

El coutier declaró en su día que descubrió el color gracias a Marruecos y que acudía a menudo en busca de inspiración para sus colecciones. Desde el norte de la Plaza de Jamaa el Fna y ocupando decenas de laberínticas calles, se encuentra el zoco más famoso de la ciudad para adquirir todo tipo de productos típicos.

Foto2

Muy cerca se encuentra Dar el Bacha, una calle de lo más trendy en la que encontrarás muchas tiendas originales. Entre ellas, destaca la Boutique Hanout, de la diseñadora Meriem Nour Rawlings que combina lo antiguo con lo nuevo: incorpora técnicas marroquíes antiguas en piezas contemporáneas, como túnicas con cuentas de seda, mensajeros con flecos de gamuza y monos con aire resplandeciente. La diseñadora marroquí estudió en la St. Martin School y funde tendencias británicas con las clásicas prendas marroquíes.

Hotel a los pies del Atlas

Foto3

La primera vez que Yves Sain Laurent visitó Marrakech se hospedó en La Mamounia, el hotel de lujo por excelencia. Es un oasis de inmensos y exóticos jardines con más de dos mil rosales, olivos, jacarandas, buganvillas, naranjos y limoneros. La piscina interior es una de las más fotografiadas del mundo y la exterior el eje de la vida social. 

Es el escenario en el que Hitchcock filmó, Churchill pintó y sobre el que Roosevelt dijo “es el lugar más hermoso del mundo entero”. Además, cuenta con un restaurante a cargo de dos chefs con estrellas Michelin, tiendas de Fucci y Fendi… Cuando La Mamounia reabrió en 2010, tras una reforma que combina la arquitectura arábigo-andaluza con el Art Déco, se decidió dedicar una suite a Churchill, su visitante más célebre.

Fragancia oriental 

Marrakech es un lugar muy sensorial, donde la tradición perfumista está muy establecida y donde te cautiva el aroma a agua de rosa, dátil o especias. La primera fragancia de Yves Saint Laurent, Opium, nació tras los primeros viajes del diseñador a este paraíso y él mismo afirma que tanto sus notas de salida como su nombre denotan un aire oriental.

Por ello, es parada obligada la tienda especializada en la elaboración artesanal de perfumes, Heritage Berbere, creada por Marie-Jeanne Combredet. En ella, ofrece fragancias, perfumes para el hogar y velas creadas a partir de aromas locales como resultado de la maceración de productos naturales, como la canela, la bergamota o la verbena.