Tres de cada diez nuevos emprendedores eligen el sector agroalimentario

El campo entra en la era de la inteligencia artificial

Internet, big data e inteligencia artificial, entre otras tecnologías, se han convertido en fertilizante para el sector agroalimentario. El año pasado tres de cada diez nuevos emprendedores eligieron ‘el campo’ para desarrollar sus proyectos. En el sector de la alimentación y las bebidas, el 96% son autónomos y pymes, facturan más de 93.000 millones de euros al año y emplean de forma directa a más de medio millón de personas.

Dron_Campo_Agricultura
El campo entra en la era de la inteligencia artificial

De manera opuesta al éxodo rural que se produjo en España a partir de la década de los 60 del siglo pasado, hoy son muchos los que optan por hacer las maletas y trasladarse de la ciudad al campo. La búsqueda de oportunidades de negocio es una de las razones que subyacen en este proceso de emigración a la inversa.

Pese a que en España existen 17 millones de hectáreas de cultivo y que el sector agroalimentario supone el 2,6% del PIB (datos INE), la falta de innovación y la escasa modernización del campo han supuesto dos de las principales barreras para los emprendedores. No obstante, la diversidad de aplicaciones que permiten internet, el big data y ahora la inteligencia artificial (IA) han reavivado el interés “en lo relacionado con la industria auxiliar y muy especialmente en sectores de desarrollo incipiente, como los relacionados con la mejora de la sostenibilidad y eficiencia de la producción y la comercialización agraria o el mundo de la biotecnología. Ambos están mostrando tasas de crecimiento muy elevadas” explica Roberto García Torrente, director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar Caja Rural.

La IA es otro de los tractores del emprendimiento en el campo tanto por las posibilidades que ofrece a la hora de anticiparse anticiparse a la evolución de los mercados como porque permite modelizar y predecir el comportamiento de los cultivos y cosechas. Avances que también están favoreciendo la robotización y automatización de los procesos de producción.       

Su posición como motor económico así como su potencial de crecimiento por la irrupción de las nuevas tecnologías, ha hecho que, poco a poco, el sector agroalimentario esté ganando posiciones frente a otros como el transporte, las finanzas o los servicios al consumidor entre aquellos que deciden crear su propio negocio. Según el Informe GEM (Global Enterpreneurship Monitor) 2017-2018, que analiza el estado del emprendimiento a nivel mundial, el 3,5% de los emprendedores eligen ámbitos como la agricultura, la ganadería o la alimentación para llevar adelante sus proyectos. “Históricamente el nivel de emprendimiento en este sector ha sido bajo, pero estamos observando bastante dinamismo en los últimos años”, afirma García Torrente.

Empleo e internacionalización

El sector agroalimentario sostiene 2,4 millones de puestos de trabajo, sin embargo cuenta con una de las tasas más elevadas de ocupados mayores de 65 años. Un 33% tal y como destaca el último informe de Orizont, aceleradora de proyectos agroalimentarios, elaborado a partir de los datos de la Oficina Estadística de la Unión Europea. Asimismo, sólo el 3,7% de los ocupados del sector tiene menos de 35 años.

Ahora bien, la situación puede revertirse de aquí a los próximos años. En primer lugar porque, en palabras del director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar, “existen muchas producciones en los que la inversión tecnológica que hay que realizar es muy superior a la que requiere la base territorial, lo que ha generado un notable aumento en los rendimientos esperados”. En segundo, porque “España está siendo un modelo en la rápida transformación de la forma en la que se producen y transforman los alimentos, lo que nos está convirtiendo en un referente internacional. El resultado es un fuerte incremento de las ventas de alimentos en el exterior y, progresivamente, que la tecnología española esté cada vez más presente en las principales zonas de desarrollo agrario del mundo”. A este respecto, cabe destacar que el sector agrolimentario volvió a situarse entre los de mayor peso exportador en 2017, superándose por primera vez los 50.000 millones de euros de ventas en los mercados exteriores, incrementándose un 6,8% interanual.

Superalimentos y comercio electrónico

El cambio en los patrones y hábitos de consumo también está favoreciendo el emprendimiento en el sector agroalimentario. El consumo de productos ‘eco’ y de 'superalimentos' hace necesaria una transformación en el sector “observamos que se está experimentando una revolución tecnológica en aspectos como los procesos de transformación de las materias primas en alimentos cada vez más saludables”, apunta García Torrente.

A ello se suma la metamorfosis del comercio, en el que las ventas por internet aumentan a pasos agigantados -el 40% de los españoles según el INE compraron online en 2017- y han favorecido la entrada de nuevos intermediarios.

Pese a los vientos a favor, lo cierto es que queda mucho campo por segar en la industria que ocupa el primer lugar en España. Además de estar muy atomizada, la agroalimentaria, está constituida en su mayoría por trabajadores por cuenta propia y pequeñas y medianas empresas. Según los datos de FIAB (Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas), sólo en el ámbito de alimentación y bebidas el 96% son autónomos y pymes, que facturan más de 93.000 millones de euros al año y emplea de forma directa a más de medio millón de personas.

Financiación

Entre los retos a los que enfrenta el sector está, según destaca el informe de Orizont, el de la falta de financiación. A sabiendas del su potencial cada vez son más la iniciativas y el respaldo que las entidades tradicionales, aceleradoras e inversores privados otorgan los proyectos agroalimentarios. En este sentido, el director de Innovación Agroalimentaria de Cajamar Caja Rural insiste en que “el fomento de la innovación y el emprendimeinto en el sector agroalimentario han constituído desde siempre el ADN y las señas de identidad de Cajamar”. La entidad cuenta con centros experimentales en Almería y Valencia que son “centros tecnológicos de agricultura intensiva mediterránea desde donde se transfiere tecnología y conocimiento al sector”. Asimismo dispone de programas específicos para difundir y formar a jóvenes que orienten su actividad profesional y emprendedora en materia agroalimentaria.

Otras entidades como Bankia cuentan también con productos de financiación específicos para el sector agroalimentario. La entidad que preside José Antonio Goirigolzarri dispone de Línea de financiación BEI Agroalimentación. Suscrita con el BEI facilita hasta 25 millones de euros de crédito para autónomos y pymes de hasta 250 empleados que desarrollen su actividad dentro del sector. BBVA con la Línea Pymes Agroalimentaria y Banco Santander, con soluciones Agro, son otros dos ejemplos de la apuesta que la banca está realizando por los emprendedores y la modernización del campo.  

Por otra parte, en el caso de la aceleradora Orizont, facilita hasta 110.000 euros durante seis meses, mediante un mix que incluye un préstamos participativo, capital y bonos de servicios a cambio de una participación del 9% en el proyecto.