Una sentencia reabre el debate

¿Es ‘procedente’ el despido de un empleado sustituido por una máquina?

Un Juez de Gran Canaria ha obligado a readmitir e indemnizar con más de 28.000 euros a la empleada de un hotel cuyo trabajo había sido sustituido por un software de automatización de procesos.

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¿Es ‘procedente’ el despido de un empleado sustituido por una máquina?

La robotización está dejando al descubierto profundas lagunas en materia de legislación laboral y, a falta de una regulación única, son los juzgados los encargados de dirimir cuestiones relativas a la protección de los derechos de los empleados cuyas empresas empiezan a robotizar determinados procesos de fabricación o gestión. Un ejemplo lo tenemos en la sentencia del Juzgado de lo Social número 10 de Las Palmas de Gran Canaria, que ha abierto la puerta al debate sobre si el despido de un empleado que es sustituido por un robot se considera procedente o no.

Cecilia -nombre que se recoge en la sentencia a la que ha tenido acceso Autónomos y Emprendedores-, recibió una carta de “despido objetivo por causas técnicas” de la empresa Lopesan Hotel Group el pasado 29 de marzo. Según se extrae del documento judicial, la compañía adquirió un software de Autómatización Robótica de Procesos (RPA por sus siglas en inglés) que opera de 17:15 hasta las 6:00 de la madrugada entre semana y 24 horas sábados y domingos. El RPA pasó a sustituir las tareas de “conciliación y gestión de cobro, gestión general y otras” de la empleada, que llevaba prestando sus servicios para la empresa desde 2006, en horario de 8 a 16 de lunes a jueves y de 8 a 14 los viernes.

Alegando que la "robotización de parte de las funciones administrativas que, hasta el momento, venían siendo desarrolladas directamente por el personal" no era causa suficiente para justificar su cese. Cecilia inició el periplo judicial y el Juez del tribunal canario admitió la sentencia a trámite. Con fecha 23 de septiembre de 2019, emitió el fallo por el que se daba la razón a la demandante y declaraba “improcedente el despido efectuado por la empresa demandada a la parte actora” según la sentencia. Con ello, se obligaba a Lopesan a readmitir a la trabajadora y a abonarla una indemnización de 28.305,49 euros más el importe de los salarios que tenía que haber percibido desde la fecha del despido hasta la readmisión.

A la lectura de la sentencia, el abogado laboralista Alberto Sierra, de la editorial jurídica Sepin, aclaró que el Juez considera que “la ganancia de competitividad fundamentada sobre la base de reducir costes laborales a través de la implementación de 'bots' o, -como en este caso- softwares de tareas repetitivas y mecánicas, antepone los intereses de la empresa a los derechos de los trabajadores”.

De hecho, el Juez concluyó en en el fallo que “la automatización mediante ‘bots’ o robots, con la única excusa de reducir costes, entre ellos los laborales, para aumentar la competitividad, viene a significar los mismo que reducir el Derecho al Trabajo para aumentar la Libertad de Empresa.”

No obstante, Sierra recordó que la sentencia “no es definitiva y puede ser revocada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias”.

De hecho, recuerda que este debate “viene de años atrás” y no todas las sentencias que se han emitido han sido favorables a los trabajadores, lo cual genera incertidumbre entre las empresas y autónomos. Es el caso de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León de 23 de julio de 2009, en el que un soldador demandó a la compañía para la que trabajaba por haber sido sustituido por un máquina. “Se falló en criterio opuesto”, recalcó el abogado laboralista, y citó que el Juez consideró que “el despido era procedente ya que sobraban los soldadores que desarrollaban los trabajos que empezaron a ser realizados por los robots de forma más rápida y eficaz”.    

Sentencias que no son ajenas a los autónomos

Aunque, a priori, pueda parecer algo lejano, estos fallos afectan tanto a las grandes compañías como a los pequeños negocios en los que muchas tareas que antes se desarrollaban manualmente, ahora son realizadas por robots. Pensemos, por ejemplo, en talleres mecánicos donde los diagnósticos de los vehículos se hacen con una máquina. O en un comercio que haya sustituido al personal de caja por un escáner de códigos de barras.

Varios estudios señalaron que, en torno al 70% de los empleos en España están en riesgo de automatización. Hecho que suscita múltiples controversias. Según algunos expertos, la robotización destruirá entre el 50 y el 60% de los puestos de trabajo. Tesis que son rebatidas por los que opinan que no será tanto una destrucción como una transformación. Es decir, se eliminarán tareas mecánicas que las máquinas realizan de forma más eficiente pero se crearán nuevos puestos de trabajo más cualificados, entre ellos, los destinados a controlar el funcionamiento de los robots. Es más, desde la consultora Manpower explicaron que, en una década, se necesitarán más de 2,5 millones de profesionales cualificados para cubrir ese vacío.

La robotización también contribuirá a que los autónomos mejoren su competitividad y, por tanto, ayudará a que sus negocios crezcan. Automatizar determinados procesos o digitalizarse permitirá que quienes están al frente de un negocio destinen una mayor parte de sus recursos y tiempo a realizar funciones como, por ejemplo, la mejora de las relaciones con sus clientes y el desarrollo de nuevas líneas de productos y servicios adaptados a la demanda. Eso sin contar, entre otros, con la optimización del control de inventario y stocks y la agilidad de los tiempos de respuesta. David Lastra, Manager de CRM y Canales Digitales de Minsait, se pronunció a este respecto durante la jornada La logística en los picos de demanda derivados del e-commerce, organizada por UNO, la patronal del sector. "En un sector clave como la logística y el transporte, la automatización de procesos mediante 'bots' optimiza los procesos y permite a los empleados dedicarse a tareas nuevas, lo que beneficia al negocio". 

Incluso, para muchos analistas, la escalabilidad de los negocios de tamaño medio, e incluso grandes, dependerá en gran medida de los ‘freelancers’ -autónomos altamente cualificados y especializados en el sector de las nuevas tecnologías-. Tesis que, si atendemos a los datos de paro y afiliación del mes de octubre publicados el pasado martes, cobra fuerza, ya que son las actividades profesionales, científicas y técnicas junto con otras, como las del sector de la información y comunicaciones, las que lideran el crecimiento del colectivo en el último año en detrimento de algunas de las más tradicionales como el comercio.