Algunos elementos básicos a tener en cuenta.

Guía que debe seguir un autónomo antes de comprar un vehículo usado

La adquisición de un vehículo de segunda mano tiene algunas características completamente diferentes a la compra de uno nuevo que, aunque parecen sencillas, no siempre seguimos. Esta guía da unas cuantas claves a tener en cuenta. .
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Guía que debe seguir un autónomo antes de comprar un vehículo usado

Si bien comprar un vehículo nuevo es relativamente sencillo -siempre que tengamos la decisión tomada del modelo y las características, además  de los medios económicos para hacerlo-, a veces, un usado trae más quebraderos de cabeza que pueden ser resueltos si seguimos unas sencillas directrices.

Al elegir un coche nuevo, elegimos un modelo, un color, una motorización y una forma de pago (contado, financiado, renting) que, aunque a veces modificamos sobre la marcha porque hay una unidad disponible en otro color, o con otro motor o porque el vendedor nos asesora investigando adecuadamente sobre nuestras necesidades, en general reduce bastante la complejidad de la compra.

Al comprar un coche usado es muy importante pensar que estamos comprando una unidad concreta, con una vida anterior concreta y unos elementos de equipamiento que ya están ahí, lo que hace que la compra sea muy diferente y debamos regirnos por otros principios. Vamos a ver cuales pueden ser los consejos fundamentales al afrontar esta compra.

Tener las ideas claras

Tenemos que saber muy bien lo que buscamos, lo que realmente se ajusta a nuestras necesidades. El hecho de ser un vehículo usado nos permite jugar con las opciones incluidas en el coche sin aumentar su coste, elegir un modelo superior o, si lo preferimos, gastar menos. Pero siempre es necesario conocer con certeza cual es nuestro plan de compra, lo que pedimos que tenga el vehículo, lo que se adapta a nuestros deseos. Lo contrario será una búsqueda errática que no siempre nos llevará a buen puerto.

Tener la mente abierta

Aunque, en principio, parezca contradictorio con el primer punto, no lo es. No conviene cerrarse a un modelo concreto. Tal vez podamos encontrar en otra marca un coche equivalente que nos dé todo aquello que buscamos pero que, si nos cerramos, podemos perder. Recordemos que lo que buscamos en un Megane turbodiésel que no encontramos, tal vez lo obtengamos en aquel Opel Astra que desechamos sin mirar.

El origen del coche

Por muy poco dinero se puede solicitar, incluso por internet, un informe a la Jefatura de Tráfico sobre ese coche que nos interesa. No nos va a dar un informe de taller o de averías, pero sí sobre los anteriores propietarios. No todos los usados eran de un señor mayor que casi no lo usaba o de una señora muy prudente. Ni siquiera todos los coches de empresa que venden los concesionarios son coches de empresa que venden los concesionarios. Muchos provienen de recompras a compañías de alquiler lo que, no siendo en principio ningún problema, hay que saberlo de antemano. Hay quien no usa el coche de alquiler con el mismo mimo que el propio.

El vendedor

Hay quien sigue pensando que comprar un coche que ha visto en la calle con un cartel es buena idea. De acuerdo, puede salir bien, pero también puede que no.  Existen unas garantía que los concesionarios y servicios oficiales ofrecen de oficio, en muchos casos, en las mismas condiciones y extensión que la garantía oficial o muy parecida. Los vendedores de vehículos usados que ejercen su trabajo desde una empresa tienen la obligación oficial de ofrecer garantías que se ajustan a la legalidad. Un coche comprado a un particular o en la calle (sigue habiendo algunos polígonos industriales con filas de coches con un letrero de “busco dueño”) difícilmente se harán cargo de ninguna responsabilidad en caso de tener un problema.

Los papeles

Aunque nadie lo reconozca, mucha gente ha hecho una operación de compra-venta de un vehículo usado sin contrato legal. Y es absolutamente imprescindible. Ver el nombre del anterior propietario, firmar con original y copia y comprobar que todo está en regla es muy necesario. El permiso de circulación, la ficha técnica del vehículo (con la ITV en vigor. Si nos llevamos el vehículo sin ella y luego no la pasa la inspección, no se puede reclamar), DNI del vendedor, impuesto de circulación pagado ( el titular a 1 de enero tiene la obligación legal de pagar el del año, no hay discusión) y si hemos tenido la precaución de pedir un informa a tráfico, habremos confirmado con anterioridad que el coche tiene los impuestos al día y que no está embargado por multas o por cualquier otra cuestión. A veces sucede. En el contrato, debe aparecer claramente el día y la hora de la compra, para delimitar responsabilidades y de ahí, de debe acudir a una gestoría, que ahora transfieren los vehículos en el acto, aunque la documentación definitiva se demore unos días. Así, el coche ya está bajo nuestra titularidad y no caben dudas.

El mecánico

En caso de compra el coche a un particular, y antes de hacerlo, se debe ir a verlo acompañado de un mecánico. Verificar, si se puede, el libro de mantenimiento del coche, que no presente golpes, soldaduras extrañas en el vano motor o en el maletero, ni óxido en los bajos. Todo ello nos dará una idea del cuidado, el mantenimiento y sobre todo, del estado físico del coche.  Y un mecánico (amigo o pagado) nos puede dar una opinión experta y una ayuda inestimable antes de adquirir un vehículo que nos pueda costar la bolsa o algo peor.