La falta de motivación, la dificultad para hacer cambios, la complejidad de las grandes estructuras y la tendencia de acomodarse en un mercado. Esta son las razones por las que a las grandes empresas les cuesta innovar. Muchas lo intentan mediante la compra de startups -que son caras-, otras, en cambio, deciden crear programas de intra-emprendimiento, pero con ellos corren el riesgo de que el proyecto salga mal y ponga en peligro la marca. Byld es el nombre de la empresa que se ha dado cuenta de este problema y que ha desarrollado un modelo de negocio que lo resuelve creando startups desde cero junto a la gran empresa.

Para ello lo primero que hacen es hablar con las grandes empresas para ver si tienen algún proyecto de innovación “olvidado en el cajón”, o si quieren innovar en algún área, o simplemente se reúnen con ellos para ver qué nuevos productos o servicios pueden desarrollar... Una vez que tienen la idea, que puede ir variando conforme la consolidación del proyecto, comienza el periodo de validación y prototipado que dura unos tres meses y del que se obtiene el mvp (el producto mínimo viable). A partir de ahí, comienza la frase de crecimiento, con un equipo sólido y al que se le incorpora el emprendedor.

“Nosotros estamos alrededor y vamos a poyando a la startup en lo que vaya necesitando -en términos estratégicos y económicos-, vamos integrando diferentes miembros al equipo. De esta manera en la época de construcción (o building como ellos lo denominan), que dura entre nueves meses y un año, la startup ya contaría con su propio equipo independiente, y paulatinamente se irían integrando en la corporación” explican desde Byld.

Las startups también sacan partido

Las empresas semillas o startups, que cuentan por el simplemente hecho de nacer con una serie de ventajas como mentalidad ágil y flexibilidad para adaptarse al mercado, también sacan partido del modelo de negocio de Byld. Y es que tienen un gran problema a la hora de crecer y mantenerse en el mercado y es la falta de clientes y recursos; dos aspectos que a las grandes corporaciones les sobran. Sin embargo, a estas últimas les faltan incentivos para innovar y agilidad para adaptarse al mercado, aspectos por los que las startups son conocidas.

“Hemos encontrado el punto de encuentro entre ambos que es crear startups junto a corporaciones, de esta manera nos convertimos en co-fundadores” han explicado desde Byld. Una pyme con mentalidad de startup, que nació en mayo del año pasado como una extensión de Sonar Venture, es decir, nace a raíz de esa empresa, pero implementa una novedad “porque muchas de las startups que creaban, a pesar de estar muy bien montadas y de tener un buen modelo de negocio, no llegaban a los clientes y se hundían en el mercado”. Por ello, integran a las corporaciones en el proceso de creación.

Hechas a mano

El hecho de ir paso a paso, aumentando poco a poco el personal, los recursos y la financiación de la startup que van creando junto con la corporación, hace que se autodenominen handmade startups, lo que traducido al español significa: startups hechas a mano. 

Precisamente es este proceso de construcción de una empresa semilla lo que distingue Byld de las aceleradoras de startups, dado que crean empresas tecnológicas emergentes desde cero con un nivel de implicación muy alto. Esto supondrá como explican desde la propia compañía que “nunca vayamos a hacer 20 startups en un año, hacemos pocas pero les dedicamos mucho tiempo, esfuerzo y cariño”.