Han logrado acuerdos con más de 270 propietarios

Tres emprendedores revolucionan los alquileres conectando personas mayores con jóvenes que buscan alojamiento

Tres emprendedores españoles han puesto en marcha una plataforma que conecta a personas mayores que tienen espacio en sus casas con personas jóvenes que buscan alojamiento. Es uno de los proyectos ganadores de los premios a la Innovación Social que concede la Fundación Mapfre. 

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Los tres emprendedores que han creado Kuvu. | Imagen cedida.
Tres emprendedores revolucionan los alquileres conectando personas mayores con jóvenes que buscan alojamiento

Juntar a personas mayores que tienen una habitación libre, con jóvenes que buscan alojamiento es la idea que han desarrollado tres jóvenes emprendedores. Su plataforma Kuvu quiere convertirse en un referente de las relaciones intergeneracionales en el país y en Europa. Para ello, han desarrollado un contrato de alquiler que va más allá del pago de las mensualidades y analiza la compatibilidad entre arrendador y arrendatario, para evitar roces en la convivencia.

La idea de esta startup, que es una de las ganadoras de los premios de Innovación Social de la Fundación Mapfre de este 2022, se cuajó en los pasillos de la Universidad de Deusto en Vizcaya, cuando Eduardo Fierro (29 años), Jon Ander Fernández (24 años) y Haize Trueba (25 años) buscaban poner en marcha un negocio que aportara una solución real a las personas mayores. Tras realizar varios análisis y estudios en esta franja de población, vieron que uno de los mayores problemas a los que se enfrentan estas personas es el aislamiento social. Esto es, la soledad no deseada de las personas mayores.

“Decidimos que queríamos luchar contra eso y reducir el aislamiento social que sufren muchos mayores en España. Investigamos en el panorama internacional para ver qué se estaba haciendo, para ver cómo se podía trasladar. Fue entonces cuando descubrimos la convivencia intergeneracional” dijo una de los fundadores, Haize Trueba. La solución de que aporta Kuvu al problema de las personas mayores que viven solas es ofrecerles un compañero de piso, normalmente una persona joven.

“Normalmente, la convivencia intergeneracional se produce entre personas que acaban de jubilarse, con jóvenes estudiantes de grado o máster, o que se mudan por su primer trabajo. De esta forma, Kuvu también ayuda a toda aquella gente joven que no puede emanciparse porque su economía no se lo permite” explicó la emprendedora.

La propuesta de valor que les distingue en el mercado del alquiler

Una vez que encontraron el problema y la solución, tuvieron que buscar la forma de ponerla en marcha. Empezaron entonces a investigar cuáles eran las motivaciones y los miedos que podrían tener ambas partes para compartir piso. Y descubrieron que el mayor problema estaba en la convivencia.

¿Cómo podemos hacer para que las dos personas tengan cosas en común? Estuvimos durante un tiempo haciéndonos esta pregunta e intentando resolverla. Hasta que empezamos a trabajar con un equipo de psicólogos para configurar lo que tenemos ahora mismo dentro de la plataforma y que no es otra cosa que un formulario, que deben rellenar ambas partes. En él se les pregunta sobre cómo socializan, qué costumbren tienen, preferencias y demás aspectos de las costumbres de un individuo, para conseguir juntar a dos personas con la mayor compatibilidad posible” explicó Haize Trueba.

De esta forma, estos emprendedores han conseguido desarrollar un modelo de contrato que va más allá de regular el alquiler de una habitación libre, pues se hace un análisis de arrendador y del arrendatario para que la convivencia entre ambos sea satisfactoria.

Un test que analiza el nivel de compatibilidad 

Este contrato es la propuesta de valor que pusieron marcha estos emprendedores y es lo que hace que Kuvu sea diferente al resto de programas y empresas del mercado. Según reveló Trueba, ambas partes tienen que auto completar este test para utilizar la plataforma.

“Entre las preguntas que se les plantea se encuentran, por un lado, todas aquellas donde se analizan las preferencias de una persona. Son aspectos súper concretos como: fumar sí o no, mascotas sí o no. […] Pero luego hay otro cuestionario que ahonda más en la convivencia y que a la gente le sorprende. Algunas de ellas son: ¿Cómo tienes colocada las especias en la cocina? Ordenados por tipos, por alfabeto o no siguen un orden concreto. Este tipo de preguntas sencillas y raras nos dan pistas sobre la compatibilidad para convivir que puedan tener dos personas, porque al final lo que se analizan son las costumbres de cada uno” detalló la emprendedora.

A través de este test quieren eliminar el miedo que supone para una persona mayor meter a alguien extraño en su casa y también los temores que una persona joven para irse a vivir a la casa de un desconocido.

Una inmobiliaria con el plus de servicio de compatibilidad

La función que hace Kuvu es muy parecida a la que puede llegar a hacer una inmobiliaria, con la diferenciación de que esta startup busca poner en contacto a personas mayores con inquilinos jóvenes. “Es cierto que somos un poco inmobiliaria, con ese plus de prestación de servicio” reconoció la emprendedora, Haize Trueba. 

De hecho, al principio la persona que alquila la habitación debe pagar una mensualidad. Tal y como ocurre normalmente con los contratos de alquiler que se exige el pago de un mes a la agencia.

Aparte de ello, Kuvu también cobra un pago mensual de 30 euros a la persona mayor una vez que se ha cerrado el contrato y durante toda la vigencia del mismo. Mantienen el cobro en el tiempo, según justificaron, porque eso les permite analizar la relación y dar soporte para que no se produzcan problemas de convivencia.

Trueba apuntó que normalmente las experiencias suelen ser positivas. “Sé que puede sonar poco creíble, pero una vez que ambas partas superan los estereotipos y empiezan a convivir. Ven que encajan, que encuentran su forma de vivir y aprenden a gestionarse” señaló Trueba. Actualmente, Kuvu ha logrado acuerdos con más de 270 propietarios mayores.

La pandemia les ha jugado una mala pasada, pero tanto Trueba, como el resto de emprendedores y trabajadores implicados en el proyecto (son un total de cinco) creen en la plataforma y “seguirán peleando” por ella. Ya están preparando nuevas fórmulas para atraer a personas interesadas.

Ganadora de los Premios a la Innovación Social de la Fundación Mapfre

Aunque Kuvu arrancó en 2017 en un ambiente universitario, no fue hasta abril de 2019 cuando empezó a dar sus primeros pasos en serio. “Hemos ido poco a poco desarrollando Kuvu. Cuando estábamos en la universidad conseguimos una subvención de la Fundación BBK. Con ella pudimos seguir apostando por nuestra idea” dijo Trueba. Con esos fondos, consiguieron entrar en una aceleradora de startups de Barcelona. Durante este tiempo también consiguieron inversión con un programa asociado de la Fundación BBK. También solicitaron un préstamos participativo.

En la última semana, Kuvu ha sido una de los tres proyectos ganadores de la quinta edición de los Premios Fundación Mapfre a la Innovación Social - iniciativa que busca mejorar la vida de las personas apoyando proyectos de emprendimiento, que se transforman en propuestas de alto valor social, y que está impulsada también por IE University-. El resto de proyectos ganadores son Lysa (Brasil), el primer perro guía robot GPS, diseñado para proporcionar autonomía, seguridad y calidad de vida a personas con discapacidad visual; y ANA-Paz Mental (México), un servicio online que da soporte a cuidadores y familiares de personas con enfermedades crónicas y degenerativas.

Tras el premio, los emprendedores de Kuvu tienen la vista puesta en la conquista Europa. “Nos han aceptando en una aceleradora belga” dijo Trueba. Por último, Trueba comentó que aunque “Kuvu aún no ha llegado al punto de dar beneficios, si bien es verdad que 2021 fue muy positivo y hemos conseguido una facturación de 40.000 euros a nivel negocio, seguimos en proceso de crecimiento y con los retos del día a día”.