La startup gallega Neoalgae

Emprendedores a la vanguardia del cultivo de microalgas

En 2012, Ignacio Albert y su socio Fidel, que venían de la consultoría ambiental, crearon la startup biotecnológica Neoalgae, una empresa que busca llegar al mercado de la alimentación, la cosmética y hasta productos para mejorar el rendimiento de los caballos, basándose en el cultivo de las microalgas y que en poco más de seis años se ha expandido a países como Malasia e Irán.

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Emprendedores a la vanguardia del cultivo de microalgas

Neoalgae es una empresa gijonesa que busca impulsar una alimentación sostenible a través de la producción de microalgas,  microorganismos que se cultivan en fotobiorreactores y son “altamente eficientes en la fijación de CO2”.

La empresa, que tiene un centro de trabajo en Gijón y una planta de producción de microalgas en Almería -en la que colabora Endesa-, llega a producir anualmente una tonelada de biomasa seca que tarda alrededor de un mes en producirse.

Neoalgae, que utiliza únicamente ingredientes naturales como la cúrcuma, pretende “dar un alto valor añadido a su batería de productos” cultivando, cosechando y secando las algas en laboratorios de extracción donde el producto se reduce a polvo.

Vesana, Spiragro y Alskin, proyectos de Neoalgae

La start up tiene cuatro líneas de negocio diferenciadas. Por un lado, desarrollan complementos alimenticios a base de un tipo de microalga llamada spirulina, que “tiene un alto valor nutricional” y “recupera el nombre de la empresa”.

Además, llevan una línea de cremas de verduras ecológicas, Vesana Superfoods, aptas para veganos, y Spiragro, otra marca de fertilizantes que también se basa en la spirulina. Por último, la compañía ha puesto en marcha Alskin, una marca que desarrolla productos cosméticos como cremas naturales de microalgas.

“Lo que nos diferencia de otras empresas es la variedad de productos y la tecnología de fluidos supercríticos“, porque “es algo que otras empresas no tienen”, dice Ignacio Albert, el co fundador de Neoalgae. Asegura que no hay competitividad entre las empresas que producen microalgas, como Fitoplacton marino, sino que muchas veces se comparte el camino.

Además, Neoalgae está inmersa en varios proyectos nacionales, uno de tratamiento de residuos con la empresa asturiana Cogersa, que “busca dar valor a los vertederos” y otro con el “chef del mar“, que busca impulsar las microalgas en el sector de la restauración.

Actualmente desarrolla otro proyecto, con ayuda de la Unión Europea, para explorar las propiedades del grafeno, y colabora con el Centro para el Desarrollo tecnológico Industrial (CDTI) con varios proyectos enfocados en I+D.

“Hemos notado un cambio en la demanda del consumidor”

La start up ha logrado introducirse en el mercado internacional y camina hacia nuevos proyectos. “Nos dimos cuenta de que podíamos competir con el mercado asiático basándonos en productos naturales con alto valor añadido”, dice Albert.

La empresa, que ahora está intentando firmar acuerdos en Emiratos Árabes, pretende abrir su negocio a Estados Unidos. “Estamos contactando con un agente comercial”, asegura Albert, quien recuerda que la apertura a países como Malasia e Irán fue complicada.

 “Las negociaciones en Malasia empezaron en abril de 2017 y hasta julio no hemos podido sacarlo porque te piden muchos requisitos sanitarios”, comenta.

“Hemos notado un cambio en la demanda del consumidor”, asegura el co fundador de la empresa, que dice que todos los productos se venden vía online a través de Amazon y la página web Supersaludables. “Contamos con algunos distribuidores a nivel nacional en herbolarios y pequeños establecimientos, aunque se está valorando la apertura de una tienda física“, asegura Albert.

El fundador de Neoalgae destaca el ‘business to business‘, que permite una mejora de la comunicación entre las empresas.

Cómo aprovechar el nicho de mercado

La empresa cuenta con jóvenes emprendedores que aprovechan el nicho de mercado que ofrecen las microalgas. En este sentido, el fundador de Neoalgae se refiere al proyecto de Equialgae, que ofrece a los amantes de la hípica la posibilidad de “mejorar el rendimiento deportivo” de estos animales.

Albert explica que la idea vino de una compañera bióloga que se relacionaba con el mundo de los caballos. “De alguna forma aprovechó el vacío del mercado para desarrollar este producto”, asegura Albert.

Actualmente la empresa tiene 18 trabajadores y busca expandirse hacia un mercado más serio, con perfiles más específicos en el sector. “Hasta ahora hacíamos de todo, pero ahora buscamos gente que esté más especializada, sobre todo en el sector de las ventas”, concluye Albert.