Su recuperación depende del turismo y la hostelería

Los pescadores se quejan de que la crisis del virus ha bajado los precios un 40%

El precio de algunos pescados ha descendido hasta un 40% debido a la crisis económica del COVID-19. Los autónomos del mar no han cesado su actividad durante el Estado de Alarma, pero han sufrido graves pérdidas. El sector sigue sin reactivarse porque dependen del turismo y la hostelería, ambos en mínimos.

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Los pescadores se quejan de que la crisis del virus ha bajado los precios un 40%

Los pescadores han desempeñado un importante papel durante el Estado de Alarma. Como sector esencial, no han frenado su actividad y han seguido proporcionando productos a la sociedad. Sin embargo, su esfuerzo no ha tenido recompensa. El precio de su producto no ha hecho más que bajar tras la pandemia y los pescadores se muestran preocupados por el futuro.

En España hay 220 cofradías de pescadores, casi 9.000 barcos que salen cada día, si la mar lo permite, a faenar por nuestras costas. Una actividad que sigue en pie gracias a los autónomos del sector. Pescadores que trabajan solos o que tienen trabajadores a su cargo, que han continuado desarrollando su trabajo durante el confinamiento a pesar de las fuertes pérdidas que han experimentado. 

El precio del pescado cayó un 40%

Una de las consecuencias más directas en el desplome de la economía de las cofradías de pescadores ha sido el precio de su producto. “Hubo zonas a las que la pandemia pilló en plena campaña de pescado anual y el precio llegó a descender hasta un 40%”, destacó Basilio Otero presidente de la Federación de Cofradías de España. 

A día de hoy, el fin de la desescalada y el inicio de la "nueva" normalidad no han sido suficiente para que el sector recupere sus pérdidas y reactive por completo la actividad. Las cofradías de pescadores ingresan a través de tres vías. Una son las cuotas sociales, pero no las cobran o directamente las han eliminado a fin de ayudar a sus socios; otra es el tanto por ciento de la venta de los servicios prestados en las lonjas que, al descender el precio del producto y la actividad, se ha visto muy reducido. Y, por último, generan beneficios a través de los alquileres. Las cofradías suelen estar a pie de puerto y, en situaciones excepcionales, muchas alquilan sus locales a bares y restaurantes, que como han permanecido cerrados durante estos meses, los pescadores apenas han podido cobrar esa parte. 

Es justo en este último punto donde el presidente de la Federación Nacional de Cofradías hace especial hincapié. “La recuperación del canal Horeca (Hoteles, Restaurantes y Cafeterías), y la reactivación del turismo son sectores imprescindibles para que los precios y la situación vuelva a normalizarse en nuestra actividad”, explicó el presidente. 

El turismo y la hostelería son sectores clave 

Tal y como explicó Otero, la reactivación de la pesca y en especial de la vuelta a unos precios de mercado competitivos para los pescadores está directamente relacionado con los turistas. Bien es cierto que algunas fronteras ya se han abierto y territorios como las Islas Baleares ya cuentan con turistas. Sin embargo, eso no es suficiente, afirman.

“Todo se está ralentizando. Independientemente de que abran todas las fronteras, los pescadores somos conscientes de que este año no va a ser como los anteriores”, comentó un pescador valenciano. Especialmente su mar, el mediterráneo, ha sido el más afectado. “Hubo momentos en los que prácticamente el 85% del mediterráneo estuvo parado. No había compradores para comprar lo que traíamos a tierra, además nuestro producto suele ser de alto valor económico, que, tras las crisis son lo que salen peor parados”, se lamentó. 

Estos productos que se consideran ‘de lujo’, son los que principalmente consumen los turistas que llegan a veranear a las costas. “Seguimos teniendo un importante problema con los pescados y mariscos de alto valor, sus precios continúan siendo muy bajos, no salen rentables para los marineros”, denunció Basilio. “Esta campaña estival nos lo va a poner muy complicado. El confinamiento ha hecho que la gente se acostumbre a comer en sus casas. Esperamos que la gente que venga de fuera consuma más y los restaurantes vuelvan a comprarnos las cantidades de antes”, añadió un pescador gallego. 

Las cofradías de marineros y pescadores necesitan también que los bares y restaurantes retomen su actividad para volver a tener la vía de comercialización más rentable en sus negocios. Estos autónomos son conscientes de la importancia que tiene su producto en estos establecimientos, es por ello que esperan su pronta recuperación para que les ayude a adaptarse a la –nueva- normalidad.

Los pescadores trabajaban sin protección

Para los marineros ha sido “muy complicado” desarrollar su trabajo en pleno confinamiento, ya que al principio no disponían de EPIs (Equipos de Protección Individual) con los que protegerse. “Estábamos preocupados porque fuimos considerados sector esencial pero tuvimos que ir al mar sin la protección”, explicó el presidente de la Federación Nacional de Cofradías. Además, el presidente señaló que la falta de material sanitario “marcó mucho la reacción de las tripulaciones, muchas por miedo al contagio cesaron su actividad”.

“Decidí no salir a faenar ya que no nos proporcionaban mascarillas ni nada con lo que protegernos. Soy consciente de que mi actividad era esencial, pero priorice mi salud y la de mi familia”, concluyó un pescador gallego.