Cepyme pide que el Estado pague los test de contagio

Acondicionar un negocio contra el COVID viene a costar una media de 2.000 euros

Los trabajadores autónomos con empleados a su cargo tienen que asumir costes de hasta 2.000 euros para acondicionar el espacio de trabajo y evitar contagios de Covid-19. Los negocios se ven obligadas a correr con los gastos derivados de las medidas preventivas en materia de sanidad, incluso las pruebas PCR.

 

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Acondicionar un negocio contra el COVID viene a costar una media de 2.000 euros

Los autónomos tienen que asumir costes de más de 2.000 euros para acondicionar sus negocios en función las nuevas restricciones y medidas sanitarias que deja el Covid-19. Según un informe de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), la vuelta al trabajo en las oficinas supone para muchos trabajadores por cuenta propia un desembolso de dinero al que resulta muy difícil hacer frente dada la situación de inestabilidad económica que deja la pandemia.

El inicio de septiembre ha sido el detonante para el regreso de la -aunque nueva- normalidad en la mayoría de los negocios. No obstante, dejar atrás la fórmula del teletrabajo que tuvo lugar durante el confinamiento, y retomar el espacio presencial donde se desarrollaba la actividad, envuelve al autónomo en multitud de nuevos requisitos en materia de prevención sanitaria derivados del Covid19.

Todo esto además, tiene lugar en un contexto de especial debilidad en el colectivo de trabajadores por cuenta propia. La crisis del coronavirus ha causado grandes estragos en la mayoría de los negocios de todos los sectores, que ahora, para volver a retomar su actividad, se ven obligados a asumir importantes gastos sin saber hasta qué punto volverán a ser rentables.

Desde CEPYME destacaron como el cumplimiento de estas medidas está suponiendo un gran coste para las pequeñas y medianas empresas. “Según los datos que hemos obtenido, los autónomos con cinco empleados a su cargo invierten de media más de 2.000 euros para cubrir adaptar sus instalaciones de acuerdo con los requerimientos y protocolos sanitarios”, apuntaron desde la Confederación.

Según las autoridades sanitarias, el objetivo que tienen que perseguir los trabajadores por cuenta propia es tratar de es garantizar un retorno seguro para sus empleados. Y esto no implica otra cosa que acondicionar todos los lugares de trabajo en función de la normativa de salud pública establecidas por el Ministerio de Sanidad.

Prevención, protección e higienización

Concretamente, las empresas han llevado a cabo tres tipos de medidas: de prevención, de protección y de higienización. Las medidas preventivas son aquellas referidas a la reorganización de puestos de trabajo, distribución de los turnos e informar a sus trabajadores sobre la leyes vigentes al respecto. El gasto más obvio, aparentemente, es el de las mascarillas, guantes y toallas desechables tanto para el autónomo como para sus trabajadores. En ciertos casos, algunos negocios incluso tienen ese material disponible para sus clientes, lo que incrementa en mayor medida el capital a invertir en prevención.

Entre las medidas de protección se encuentra la instalación de mamparas, distancias y barreras de seguridad o entrega de EPIs. Las mamparas transparentes fue una de las primeras ideas que surgieron por parte de algunos restauradores, no obstante, sus precios no están al alcance de todos los hosteleros. Según el empresario madrileño Manuel Gil, al frente de un pequeño restaurante, las mamparas de metacrilato que ha comprado para su negocio le han costado entre 600 y 700 euros. Además, muchos autónomos también han optado por adquirir termómetros de infrarrojo - sin contacto - , para medir la temperatura de los empleados y de los clientes. Dichos dispositivos rondan entre los 50 y los 100 euros por unidad.

Por último, las medidas de higienización, aquellas ligadas a la limpieza intensiva y periódica de puestos de trabajo y espacios comunes, o la instalación de dispensadores de gel hidroalcohólico, han sido otro de los puntos fuertes en la inversión de los negocios. “Las autoridades oficiales afirman que, para bloquear el Covid-19 en cualquier superficie, es necesaria una concentración de 1.000ppm - partes por millón - de cloro activo”, aseguraron desde Arelux, una empresa de desinfectante autorizada para inactivar el Coronavirus. “Cada pastilla Virucida Cleanpill tiene 1.500 ppm: si diluyes 1 pastilla en 1,5 litros de agua ya tienes la cantidad estipulada”, explicaron los expertos. Gracias a este producto es posible desinfectar el local y el material de trabajo por unos 30 euros”.

Bien es verdad que la cuantía es susceptible de aumentar o disminuir conforme al número de trabajadores, y, además también depende de las características de cada lugar de trabajo. Pero lo que es común a todos los trabajadores por cuenta propia, independientemente del tamaño de su negocio, es que “supone un importante desembolso en un momento en el que la actividad económica se encuentra dañada y todavía muy paralizada para la mayoría de ellos”, añadieron desde CEPYME.

El Gobierno debe hacerse cargo de las PCRs

A todos estos gastos de acondicionamiento, los autónomos tienen que sumarle además, la realización de pruebas PCR para la detección del virus Covid-19 a sus empleados. Este gasto también corre a cargo del dueño del negocio, y según el estudio de CEPYME, “el coste de una PCR por trabajador es, en promedio, de 180€. Se trata de un importe muy elevado para una pyme, puesto que, por ejemplo, un negocio con 5 trabajadores tendría que desembolsar mínimo 900€ sólo en pruebas médicas”, explicaron desde la Confederación.

Sin embargo, para que estas pruebas fueran realmente efectivas deberían realizarse de forma periódica, pero su coste lo hace totalmente inviable, sobre todo para los negocios más pequeños. Es por ello que, desde la Confederación  aluden que la realización y el pago de esas pruebas debería asumirlo el Gobierno. "Dado que el Covid-19 es un problema de salud pública y no de naturaleza laboral, el coste de las pruebas PCR debería ser asumido por el erario público", .

Además, para la pequeña y mediana empresa el cumplimiento de estas medidas y la realización de PCRs es vital. La cuarentena obligatoria en caso de que exista algún positivo en las plantillas, supondría para la mayoría el cierre de sus negocios, lo que se traduce en una vuelta a las pérdidas y la falta de facturación.

Se combinará el teletrabajo con la presencialidad

El confinamiento provocó que una modalidad laboral como el trabajo a distancia o teletrabajo, que era prácticamente residual en nuestro país, creciera a pasos agigantados. De acuerdo con el barómetro de la PYME realizado durante el confinamiento, los datos revelaron como un 43% de las pequeñas y medianas empresas optaron por esta práctica para poder continuar con su actividad los meses en los que no se podía salir de casa.

Desde CEPYME han observado que la mayoría de los negocios que instauraron el teletrabajo entre sus empleados durante el confinamiento, no eliminarán por completo esta fórmula, sino que la combinaran con la presencialidad en las oficinas. "Las fórmulas mixtas ganarán peso de septiembre en adelante, con el objetivo de garantizar tanto su funcionamiento, como la seguridad y salud de los trabajadores", afirmaron desde la entidad.

De esta forma, tal como enuncia el informe de la Confederación de la Pequeña y Mediana Empresa, “la mayoría de los negocios se están organizando con parte de la jornada presencial y parte a distancia, también están introduciendo turnos alternos, con coordinación de desplazamientos. Muchos cuentan ya con horarios especiales de entrada y salida y para comer con el fin de evitar una coincidencia masiva de personas en los espacios de trabajo y minimizar el riesgo de contagio”, concluyó la Confederación.