Según un estudio de Acierto.com

Los autónomos pueden ahorrar 2.000 euros al año si son eficientes en su consumo de energía

Con gestos tan sencillos como vigilar los grifos, limpiar el polvo de las bombillas, utilizar las persianas como aislantes o desenchufar los ordenadores, quienes tienen un negocio pueden llegar ahorrarse un pico de hasta 2.000 euros en las facturas de electricidad.

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Los autónomos pueden ahorrar 2.000 euros al año si son eficientes en su consumo de energía

Desde 1974, cada cinco de junio se celebra el Día mundial del Medioambiente. Aunque parezca mentira, en una sociedad que se jacta de ser “eco” ocho de cada diez ciudadanos reconoce “podría hacer más” en materia de sostenibilidad medioambiental. De hecho, sólo el 20% reconoce fijarse si los productos que compran son respetuosos con nuestro planeta y  todavía hay un 35% de personas que no reciclan, en su mayoría “por falta de espacio”.

Además, pese a que hace seis años entró en vigor la certificación energética para edificios, ésto es todavía un reto en España. Los consumidores no son conscientes de que, independientemente del confort que pueda suponer, desarrollar una actividad o vivir en una edificio sostenible y eficiente significa que los costes energéticos se reducen entre un 60% y un 80%. 

Los datos proceden de un estudio realizado por el comparador de seguros Acierto.com en el que además se destaca que, los consumidores y entre ellos los propietarios de un negocio, pueden llegar a ahorrar hasta 2.000 euros al año en facturas por ser eficientes en materia energética. “No solo estamos hablando de cerrar el grifo, sino de cambiar las ventanas, apostar por electrodomésticos inteligentes”, explican fuentes de la compañía.

Así, desde el comparador de seguros proponen un vademecum de sencillos  gestos para autónomos y consumidores que dejaran en el “haber” de la cuenta de resultados unos cuantos euros más cada ejercicio.

  1. Lo primero es dedicar un tiempo a comparar tarifas energéticas.- algo que ya hacen nueve de cada diez autónomos y consumidores en España. “Es fundamental revisar las condiciones que ofrecen las compañías, elegir un plan que se adapte a nuestros horarios y necesidades constituyen acciones imprescindibles”, explica Carlos Brüggemann, cofundador de Acierto.com.
  2. Cerrar los grifos.- mientras nos enjabonamos las manos o  nos lavamos los dientes después de comer en la oficina. Si además se instalan aireadores, el consumo se reducirá un 50%.
  3. Iluminación.- cambiar las tradicionales bombillas por otras de bajo consumo y mantenerlas limpias de polvo. Esto último aumentará un 40% la luminosidad de nuestro centro de trabajo. Por otra parte, hay que estar pendiente de apagar la luz cada vez que se salga de la estancia y sólo encenderlas cuando sea necesario. “Convierte la luz natural en tu aliada”, insisten desde Acierto.com.
  4. Calefacción.-  instalar una caldera de condensación. A priori la inversión puede parecer elevada, no obstante su coste se amortiza en muy poco tiempo al reducirse la factura.
  5. Desenchufar los ordenadores cuando 'se eche el cierre' así como cualquier otro electrodoméstico que tengamos en la oficina, evitando el standyby, es decir, que la lucecita roja que permanece encendida aunque el aparato esté apagado.
  6. Para aquellos autónomos que trabajan desde casa o quienes tienen un negocio con cocina (sea del tamaño que sea), los expertos recomiendan poner el lavavajillas sólo si está completamente lleno, aprovechar la inducción en lugar del horno y elegir accesorios que transmitan y aprovechen bien todo el calor. Además, si se renuevan los electrodomésticos más viejos por otros de eficiencia energética A+++ se puede llegar a ahorrar hasta 200 euros en la factura.
  7. Aislamiento.- lo ideal es instalar ventanas de doble acristalamiento así como una cubierta aislante en el edificio en el que se desarrolle la actividad. Sólo con esto último el coste energético se reduce unos 300 euros cada año. Ahora bien, para empezar y durante el impasse de tiempo hasta la instalación, el truco pasa por utilizar alfombras, cortinas y persianas como aislantes. Con ello se evitarán las pérdidas energéticas que suponen un 30% del total de la factura.  

La tecnología también juega un papel clave en materia de ahorro energético. En este punto no hace falta tener una oficina o smart home como el de la película Ex Machina en la que todo está conectado y cada estancia es un laboratorio del Internet de la Cosas (IoT). Algo tan sencillo como colocar sensores de movimiento, bombillas inteligentes y programables o los revolucionarios Dimmer (aparatos que permiten controlar la salida de la luz) puede conseguir que ahorremos hasta un 75% en la factura.

Además, se puede recurrir a termostatos inteligentes -algunos incluso cuentan con sistemas de localización para apagarse o reducir la temperatura al mínimo cuando no estamos en casa o en la oficia- y las persianas inteligentes (que se bajan durante nuestra ausencia cuando detectan que se está generando demasiado calor en la casa).