Muchos no podrán aguantar las dos semanas que quedan

Los bares de Cataluña perderán de media 24.000 euros por el cierre de sus locales

El Gobierno de Cataluña ha decretado nuevas restricciones y los bares y restaurantes permanecerán cerrados, al menos, durante dos semanas. Los hosteleros denuncian que podrían perder una media de 24.000 euros.
Los bares de Cataluña perderán de media 24.000 euros por el cierre de sus locales

Desde la medianoche del pasado jueves, los bares y los restaurantes de toda Cataluña tendrán que soportar las nuevas restricciones impuestas por el Gobierno autonómico en funciones y permanecer cerrados, al menos, durante dos semanas más. Sólo se les permitirá trabajar a domicilio con el objetivo de intentar frenar la transmisión del virus ante el empeoramiento de los datos registrados en la región en los últimos días.

Este nuevo cierre supone paralizar más de 300.000 empleos directos e indirectos de la comunidad durante 15 días, poniendo en jaque a más de 50.000 pequeños negocios. De hecho, gran parte de ellos no podrán volver a reabrir después de estas restricciones, según afirma el sector. “Va a ser el colofón final para muchos bares y restaurantes que no estaba claro si podrían mantenerse en pie", explicó Manuel Ángel Ortiz, presidente del Gremi D’Hosteleria de Castelldefels i Baix Llobregat.

Los bares en Cataluña asumirán pérdidas de hasta 24.000 euros

“No he podido dormir en toda la noche intentando encontrarle una explicación a esta decisión y pensando en lo que se nos viene encima”, lamentó Ortiz. Como él, son muchos los autónomos y trabajadores del sector en Cataluña que están preocupados por su futuro económico y laboral. Las pérdidas a las que se enfrentan los negocios de la hostelería son “cuantiosas”. De media, un bar factura entre 1.500 y 2.000 euros diarios, duplicando dicha cantidad durante los fines de semanas. Si las medidas duran lo que se ha decretado, es decir, dos semanas, los establecimientos de la región perderán algo más de 24.000 euros de media.

Ese impacto económico será todavía mayor en el caso de la restauración, que en el mismo periodo de tiempo dejará de facturar en torno a 35.000 y 40.000 euros, según los cálculos de Ortiz.

Los trabajadores de la hostelería viven entre el desconcierto, el hastío y la desesperación, sentimientos provocados por los sucesivos cambios normativos a los que se vienen enfrentando desde la desescalada. “Estamos al límite, ya no hay más que hacer. Hemos sufrido todas las restricciones que se podían aplicar al sector”, subrayó Ortiz, quien considera además que “el problema viene por la dejadez política” a la hora de ejecutar las medidas puestas en marcha. Puso de ejemplo el hecho de que “no hayan venido ni una sola vez a inspeccionar mi local a ver si cumplía con las normas sanitarias”.

A la espera de ayudas que pueden volverse en su contra

Por otro lado, la Generalitat de Catalunya aprobará el próximo martes un decreto ley que incluirá ayudas directas por valor de 40.000 euros dirigidos a los establecimientos que hayan sufrido un mayor impacto en la facturación a raíz del cierre. También se pondrá en marcha una nueva línea de avales para cubrir necesidades de liquidez a corto plazo a partir de 12.000 euros.

A priori esto puede parecer un mecanismo de protección al sector. Sin embargo, la hostelería lleva meses acumulando préstamos y créditos que, si bien al inicio supusieron un respiro para su economía, pueden llegar a volverse en su contra. La realidad que se impone es la del efecto ‘bola de nieve’: "las únicas empresas que van a tener capacidad de endeudarse en avales son las grandes multinacionales. Los pequeños negocios no pueden soportarlo más. Los políticos deberían salir de sus despachos y darse cuenta de cómo vive el sector a diario”, exclamó Ortiz.

Desde el  Gobierno catalán preparan también varios cambios legislativos que permitirían modificar las condiciones de los pagos de los alquileres. Se trata en concreto de modificar la cláusula ‘rebus sic stantibus’ que regula “el cambio imprevisible de las circunstancias en los contratos”, según explicó la institución en un comunicado. De este modo, si el casero rechaza la renegociación de la cuantía del alquiler, el arrendatario podría acudir a un juez para que éste adapte el contrato a las nuevas circunstancias.

En su cuenta de Twitter, el Gremi de Restauració de Barcelona ha valorado positivamente la intención del Ejecutivo regional de introducir este mecanismo jurídico, pero creen que es "un primer paso" cuya "mecánica se debe estudiar".

Los contagios "no recaen en la hostelería"

En general, las asociaciones del sector mostraron de forma unánime su rechazo a las acciones emprendidas por la Generalitat. En un comunicado, la patronal Fecasarm, que representa tanto al ocio nocturno como a la hostelería, calificó de “insólita” y “desproporcionada” la decisión de la Generalitat y advirtió de que solicitarían la suspensión de la misma al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).

Por su parte, Ortiz denunció que ni siquiera han tenido oportunidad de expresarse o negociar las restricciones. Cree que es posible encontrar “las fórmulas y vías adecuadas” que no dejen en la calle a tantos autónomos y trabajadores del sector.

Además, se mostró totalmente convencido de que los brotes y el aumento de contagios no son consecuencia directa de la hostelería que “está cumpliendo estrictamente con la normativa”, a diferencia de lo que puede ocurrir en las reuniones privadas de miles de hogares españoles. “La infección no recae en la hostelería. Nosotros tomamos la temperatura, llevamos a cabo las tareas de desinfección, imponemos la distancia social y el uso de mascarillas. Tú en tu casa no haces cumplir esa ley, a los diez minutos le das la mano o un beso al que entra por la puerta”, destacó.