Los márgenes abusivos se han agravado durante la crisis

El campo necesita que se recuperen los hoteles y restaurantes para sobrevivir

El sector agroalimentario también ha sufrido las consecuencias de la crisis del Coronavirus, pero con la peculiaridad de que no ha parado su actividad. Necesitan que se recuperen los hoteles y restaurantes para sobrevivir pero, sobre todo, siguen insistiendo en el daño que les hace los márgenes comerciales abusivos que se han agravado durante la crisis.  

El campo necesita que se recuperen los hoteles y restaurantes para sobrevivir

Mientras muchos sectores han estado completamente parados debido al Estado de Alarma, el campo ha seguido trabajando. Sin embargo, eso no significa que estos autónomos no hayan sufrido la caída de la demanda. Han abastecido a las tiendas y supermercados pero eso sólo es una parte de su mercado.

Y es que, el sector agroalimentario en España tienen una relación muy estrecha con la hostelería. Por ejemplo, hay ganaderos especializados en productos destinados a la restauración que han visto cancelados todos sus pedidos de la noche a la mañana.

Tal y como explicó Diego Juste, de UPA - Unión de Pequeños Agricultores -, “no se han detenido porque su carácter esencial no puede detenerse, pero esto no quiere decir que no haya acarreado pérdidas y graves problemas. De hecho, todos los que abastecen al sector horeca (hoteles, restaurantes y bares) han tenido caídas de ventas del 50%”.

Subida de precios a los consumidores finales por los márgenes

Ahora de cara a la desescalada no se ven tan afectadas porque siguen trabajando con toda la normalidad que son capaces, con la esperanza de que se recuperen las perdidas, se abra el canal horeca que de salida a los productos y sobre todo que se luche contra los márgenes comerciales abusivos. Es un problema muy grave que afronta el campo y que se ha agravado durante la crisis”, apuntó explicó Diego Juste, de UPA.

Algunas cadenas de la gran distribución realizan prácticas muy dañinas para el sector de la fruta en España. Así lo aseguró la organización agraria UPA, haciendo un llamamiento a la gran distribución que opera en nuestro país para que cambie su actitud respecto a la fruta, en especial la fruta de verano, dando a este producto “la importancia que merece”.

Entre las prácticas que denuncia UPA están la subida del precio a los consumidores, que ha llegado a rozar el 22%. “Una subida que no llega en absoluto al campo”, han recalcado. Otra “mala práctica” de algunas cadenas es no dar salida a ciertas variedades de primera calidad de fruta de origen nacional, y dan un ejemplo: las nectarinas. Desde que empiezan a recogerse en los campos hasta que empiezan a estar disponibles en algunas grandes cadenas pasa hasta un mes.

UPA achaca esta mala praxis a cuestiones logísticas propias de este modelo que dificultan un tránsito más directo desde el campo a los consumidores, pero también un “problema de concepto” de estas grandes empresas, que no acaban de asumir que la fruta es un producto de temporada, que ha de consumirse en su momento óptimo de maduración, y ese momento debe ser cuanto más cercano posible a su recolección.

UPA ha pedido a las empresas que operan en los canales de hipermercados, supermercados y autoservicios que traten mejor a la fruta, apostando por variedades nacionales en su momento óptimo de maduración, por primeras calidades, y ofreciéndola a los consumidores a un precio justo que se traslade también con justicia hasta los agricultores.

Las cuentas no les salen a los agricultores y ganaderos españoles

Debido a la situación que vive el sector, se han articulado ayudas y aseguran que están llegando. “Aunque siempre son insuficientes nosotros no tenemos queja”, aseguró Diego Juste, de UPA.

Sin embargo, un primer vistazo a las partidas destinadas al sistema agroalimentario europeo demuestra que la PAC sufrirá recortes, lo que a juicio de UPA es “incongruente e ilógico” con las cada vez mayores exigencias a las que deben ajustarse los agricultores y ganaderos”.

La PAC que propone la CE sufrirá un recorte de alrededor del 9% entre el primer y el segundo pilar. Algo que para UPA no encaja con la ambición de las instituciones europeas de apuntalar un sistema agroalimentario fuerte y sostenible que esté en el centro de políticas estrella de la UE como el Green New Deal.

Los pequeños agricultores creen que esta primera propuesta deberá ser trabajada y modificada. “Europa se merece una Política Agraria Común más fuerte, más justa y más social, que apoye a los modelos que más beneficios aportan a la sociedad y que garantice a los 500 millones de europeos la soberanía alimentaria que merecen y demandan”, declararon desde UPA.

Una oportunidad para la agricultura y la ganadería familiar

La Comisión Europea presentó las Estrategias De la Granja a la Mesa: una guía para cambiar el sistema alimentario y ponerlo en el camino de la transición ecológica. Sus objetivos van desde disminuir un 50% el uso de plaguicidas, un 20% de fertilizantes y un 50% de antimicrobianos para animales de granja y acuicultura, hasta alcanzar un 25% de cultivo ecológico para 2030. También quiere potenciar el consumo local y acortar los canales de comercialización.

Según UPA, “para los pequeños productores, esta estrategia vendrá a brindar un mayor apoyo, fomentará el comercio de proximidad y cercanía y cambiará el etiquetado de los alimentos para dar una mayor información sobre el origen. También pretende preservar la asequibilidad de los alimentos al tiempo que genera retornos económicos más justos en la cadena de suministro, fomentará la competitividad del sector de suministro, promoverá el comercio justo, creará nuevas oportunidades de negocio y garantizará la integridad del mercado único y la salud y seguridad en el trabajo”.

Entre lo más positivo, a juicio de UPA, está el hecho de que la estrategia pone “en el centro” a los agricultores y ganaderos como protagonistas de la cadena agroalimentaria y trabajará para mejorar sus condiciones y evitar los abusos. En esa línea, se promoverán los canales cortos de comercialización y se trabajará con la idea de lograr un “comercio justo” de los alimentos. Algo que coincide con la histórica reivindicación de “precios justos” que los productores llevan años reclamando.

“Los agricultores españoles hemos hecho los deberes, y podemos seguir haciéndolos, pero es básico que el mercado y los consumidores estén dispuestos a remunerar con justicia los mayores costes que afronta este modelo”, explican desde esta organización.

Sin embargo también hay sombras en esta estrategia. Una de las ideas más “peregrinas” y que más molesta en UPA es la intención de promover una menor producción de carne. Algo que no tiene sentido en España, donde la producción ganadera es una actividad sostenible e integrada en el territorio, con una enorme importancia socioeconómica y en muchos casos un alto valor ambiental. Este tema debe ser, a su juicio, “desterrado de inmediato de la estrategia”, dado que además el consumo de carne no es en absoluto excesivo según las autoridades sanitarias.

Inpectores de Trabajo con la Guardia Civil para ver si hay "esclavitud"

Pese a los supuestos problemas que había en cuanto al personal necesario para recoger las cosechas o el temor en cuanto al desabastecimiento, lo cual no se ha producido, el sector ha hecho un papel ejemplar. “Los productos han llegado a la cadena agroalimentaria con toda la normalidad y los agricultores y ganaderos están muy orgullosos deber abastecido de una manera ejemplar”, dijo Diego Juste, de UPA.

Pero ahora el Gobierno parece haber iniciado una campaña de inspección para detectar casos de "esclavitud" en las explotaciones agrarias. Félix Bariáin UAGN - Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra - afirmó que “varios agricultores nos han comunicado que inspectores de trabajo acompañados de la guardia civil se han personado en sus explotaciones y se ha repartido un cuestionario a los trabajadores con preguntas inadmisibles como por ejemplo si se sienten estresados, agobiados o explotados”.

Según afirmó Bariáin de UAGN, “hace tres meses estábamos en las carreteras, hace dos jugándonos la vida porque no podían quedar desasbastecidos los supermercados, y a día de hoy, cuando el Gobierno tenía que estar proponiendo medidas para salvar al sector primario, y cuando la mayoría de agricultores y ganaderos están pidiendo préstamos para salvar sus explotaciones, el Gobierno nos envía a la guardia civil para comprobar si los trabajadores están en época feudal, esto se llama provocación con mayúsculas”.

En la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra se tramitan cerca de 6.000 altas anuales, todos están acogidos al Convenio de Trabajadores del Campo, y han creado un Servicio de Prevención Mancomunado Agrario con alrededor de 800 empresas. “En Navarra ningún agricultor ni ganadero explota a sus trabajadores y si hay algún caso lo denunciaremos”, concluyó Bariáin.