Efectos del fin de la crisis

El comercio de segunda mano presenta un alto riesgo de impago

La recuperación económica ha supuesto para un sector comercial concreto, el de la segunda mano, lo contrario que para el resto. La vitalidad que tuvieron las ventas de productos usados a partir de 2008 se ha frenado, hasta tal punto que este subsector del comercio al por menor tiene en la actualidad un riesgo de no pagar a sus proveedores y acreedores financieros de un 21%. El 80% del sector está formado por microempresas y autónomos.

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El comercio de segunda mano presenta un alto riesgo de impago

La firma Insight View considera que el comercio de segunda mano en España está de capa caída. La crisis económica que empezó en 2008 provocó un auge de este tipo de ventas, de forma que la facturación media de este tipo de negocios creció en España más de un 60% de 2008 a 2011. En 2018, con la recuperación, el riesgo de impago se sitúa en un 21%, porcentaje considerado alto para Insight View, filial de la aseguradora Crédito y Caución.

Si la facturación y el número de comercios de artículos de segunda mano abiertos a partir de 2008 fue de un 60% en ambos casos, diez años después el panorama ha cambiado sustancialmente. Según los datos de la firma, desde hace cuatro años el subsector presenta pérdidas en su conjunto. Desde que la economía española empezó a salir de la crisis, hacia el año 2014, “la facturación media ha ido declinando hasta volver a niveles previos a la crisis”, afirman desde Insight View. Igualmente, han bajado notablemente los márgenes comerciales de esta clase de comercios al por menor.

Razones de un declive

El informe de Insight View ofrece varias razones para la evolución negativa de la segunda mano en estos últimos años. En primer lugar, la saturación del mercado con este tipo de establecimientos en los primeros años de la crisis. La apertura de comercios con artículos usados proliferó hasta tal punto y, ésta es la segunda razón, que el cambio económico y el aumento de poder de compra de los españoles hizo innecesarias muchas de estas tiendas. La tercera razón es producto de los tiempos: las plataformas online de venta de artículos de segunda mano suponen una dura competencia para los comercios físicos.

La situación pone de manifiesto la poca implantación que la segunda mano tiene en España. Al contrario que en muchos otros países europeos, el público español no tiene demasiada cultura de comprar productos ya usados y falta aún una mentalización importante sobre la reutilización de los recursos. Comprar algo que no es a estrenar se sigue considerando, en general, una actividad de “pobres”.