Errores frecuentes y cómo prevenirlos

¿Cómo evitar que un negocio familiar desparezca por falta de sucesión?

En España, hay 1,1 millones de negocios familiares. Sólo el 70% logrará pasar de la primera a la segunda generación y la mitad no llegará a la tercera. La mayoría muere por problemas de gestión. La escuela de negocios EAE ha identificado los errores más frecuentes de los negocios familiares y la forma de prevenirlos.
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¿Cómo evitar que un negocio familiar desparezca por falta de sucesión?

Algunos piensan que familia y trabajo deberían ir por separado. Otros, sin embargo, apuestan por unir la esfera familiar y la empresarial. De hecho, son cada vez más los autónomos que lo hacen. En España, hay 1,1 millones de negocios familiares. Sólo ellos generan el 69% del empleo privado, según datos del Instituto de la Empresa Familiar (IEF).

Poner en marcha un negocio en familia puede ser una buena idea, siempre y cuando se asegure su continuidad. Y aquí el primer y gran problema de las actividades dirigidas entre familiares: la sucesión del negocio. Según datos del IEF, sólo un 70% de los negocios familiares sobreviven al paso entre la primera y la segunda generación. De entre los que lo consiguen, sólo la mitad logra pasar a manos de la tercera.

Cabría pensar que la muerte de estos negocios se debe a problemas económicos; que los dueños no hayan sido capaces de afrontar los pagos; o que, poco a poco, la actividad deje de ser rentable por no haber sabido adaptarse a los tiempos. Nada más lejos de la realidad. Según la Asociación Andaluza de la Empresa Familiar la mitad de estos negocios que mueren entre la primera y la segunda generación lo hacen por problemas familiares y de relevo generacional, y no por circunstancias económicas.

En la misma línea, desde la escuela de negocios EAE, identificaron los problemas en la sucesión como la gran asignatura pendiente de los pequeños negocios familiares junto a la falta de profesionalización. De ellos, se derivan todos los demás conflictos en este tipo de actividades. Estos son, según la misma escuela, los errores más frecuentes que se cometen al llevar un negocio con la familia.

Los problemas más habituales en negocios familiares

- La sucesión: Pasar un negocio de una generación a otra es un momento crítico para la continuidad de la actividad familiar. En este punto, salen a la luz todo tipo de conflictos. ¿Quién se quedará con el negocio? ¿Cómo se traspasará? ¿A nombre de quién estará ? ¿Qué lugar pasará a desempañar cada miembro?  Se trata, según EAB, de "un momento decisivo que implica distintos problemas a nivel familiar, patrimonial y empresarial"

-Problemas para separar la esfera familiar de la empresarial: Se hace complicado trazar una línea entre la familia y el negocio en actividades de este tipo. Es muy común que los problemas del ámbito personal se pasen al empresarial, y viceversa. No sólo eso, "también hay dobles roles que se traspasan entre ambas áreas. Además, se entrecruzan los afectos y las preferencias personales. Es común que los dueños de un negocio familiar no sepan diferenciar entre los sentimientos y el bien de la actividad a la hora de gestionar cuestiones como la atribución de un sueldo o un puesto". 

-La emotividad: La emotividad en la gestión de un negocio puede afectar a la toma de decisiones. Es muy habitual que se antepongan las emociones a la razón. Tal y como explicaron desde EAE :"trabajar con familiares puede añadir un componente extra emocional en cualquier interacción". Y esto, a la larga, le pasa factura al negocio.

-Choque generacional:  A veces, que dos generaciones distintas se entiendan puede ser complicado. En muchos casos, las ideas de las primeras generaciones no admiten los cambios e innovaciones propuestos por las siguientes. La visión de los más jóvenes puede chocar con la perspectiva tradicional de los más mayores. 

-Dificultades para delegar:  Si la delegación es difícil de gestionar en un negocio cualquiera, más aún en uno familiar. La atribución de funciones se hace complicada cuando los roles entre familiares ya están planteados de antemano. En esta situación, es común que haya personas consideradas imprescindibles que se nieguen a delegar algunas de sus funciones y responsabilidades en el negocio.   

La falta de mecanismos:  En un negocio familiar es más que habitual regular todas los vínculos sin escritos de por medio. La ausencia de reglas y normas en el negocio suele acarrear malos entendidos y conflictos entre los miembros. 

- Responsabilidades confusas: Es habitual que en los negocios dirigidos por familiares no queden claras las funciones y responsabilidades de cada uno de los miembros. Cuando esto sucede, la organización del trabajo y toma de decisiones se hace difícil. 

Al final ,todos y cada uno de estos errores atienden al mismo problema : la falta de profesionalidad y previsión para asegurar la continuidad. La escuela EAE ha elaborado una guía para que los negocios familiares se anticipen a estos errores en la gestión de la actividad. 

¿Cómo prevenirlos?

Comunicación abierta y flexibilidad. Lo pactado hace unos años no tiene porque servir ahora. Comunicarse, reunirse regularmente y plantear soluciones asegurará una mejor comprensión entre todos los miembros del negocio familiar. 

- Intentar minimizar el choque generacional.  En una actividad familiar las generaciones, tarde o temprano, tendrán que entenderse. De no ser así, se pondría en peligro la continuidad del negocio. Por ello, es muy recomendable que las mentalidades se adapten unas a otras, que cada generación aporte valor y que se lleguen a acuerdos mediante el diálogo y una mente abierta al cambio.

-Contar con un experto. La aportación de un experto en la materia no sólo ayudará a llevar mejor el negocio, "su visión independiente en asuntos de finanzas o de cualquier otro campo ayudará a facilitar los procesos" comentaron desde EAE.

- Establecer un plan sucesorio: ¿Quién se hará cargo del negocio? ¿Cuando y cómo lo hará? Responder a estas preguntas de forma detallada puede asegurar el futuro y sucesión de la actividad. 

- Protocolo familiar: La esfera familiar no debería entrelazarse con la empresarial. Los acuerdos y reglas de funcionamiento son imprescindibles en cualquier negocio, por más que se lleve con la familia. Tener normas claras "sobre roles y responsabilidades será el primer paso para un tratamiento profesional de los conflictos" apuntaron desde la escuela de negocios. Y es que, contar con un escrito que recoja todas las reglas, planes y objetivos del negocio no sólo puede mejorar la eficiencia empresarial, sino que además será garantía de un mejor entendimiento y armonía en la esfera familiar.